Xu Bu: El golpe del dragón

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El embajador de China en Chile, Xu Bu, se vioenvuelto en ua polémica con el diputado Jaime Bellolio. Foto: Richard Ulloa/Archivo

La áspera polémica con el diputado Jaime Bellolio evidenció el estilo del embajador de China, que llegó con instrucciones expresas de alzar la voz cuando se toquen los intereses de su país. Con línea directa con las máximas autoridades de Beijing, es considerado el más político de todos los diplomáticos chinos que han recalado en Santiago.


Xu Bu tiene una voz profunda, como la de los viejos locutores de radio. Pero por su carácter introvertido -algunos lo describen, incluso, como tímido, un adjetivo que va bien con un rostro poco expresivo-, es de aquellos que hablan poco. La noche del domingo 1 de septiembre pasado, sin embargo, a orillas del lago Llanquihue, durante las más de tres horas que se extendió la cena en casa del diputado socialista Fidel Espinoza, el embajador de la República Popular China estuvo inusualmente locuaz.

Xu Bu alabó la ensalada de cochayuyo y las empanadas de queso-camarón que le ofreció Espinoza, uno de los diputados -junto al UDI Issa Kort- más activos dentro del Grupo Parlamentario de Amistad Chile-China. También dejó de manifiesto su fascinación por el salmón a la plancha, que saboreó mientras relataba algunas de sus aventuras en la pesca con mosca, uno de sus hobbies predilectos, que espera retomar en los ríos del sur durante su estadía en Chile.

De pronto, el rostro de Xu Bu volvió a su seriedad habitual.

"¿Qué opina de la carta que escribí hoy sobre el diputado Bellolio?", le preguntó a Espinoza.

Espinoza se sonrojó, avergonzado. Había pasado el día junto a miembros de la ONG local Visión y Desarrollo Humano afinando la agenda del embajador chino para el día siguiente: primero a la localidad de San Juan de la Costa, donde regalaría 100 computadores a niños de 15 comunidades mapuches; luego el encuentro con recolectores de cochayuyo de la zona, y las reuniones con los alcaldes de San Juan de la Costa y de Osorno. Había seguido al dedillo las instrucciones del diplomático chino, que en cada salida a terreno pide tener actividades culturales, comerciales y políticas, pero como había estado tan ocupado, Espinoza tuvo que reconocer que había pasado por alto la carta que había aparecido en la sección editorial de El Mercurio con la firma y el rostro de Bu.

El embajador sacó una copia y se la pasó.

"El diputado Bellolio se reunió con la persona equivocada", tenía por título la carta en la que criticaba con duras palabras a Joshua Wong, el joven líder de las protestas prodemocracia en Hong Kong y quien, pocas semanas antes, había recibido al diputado de la UDI en su paso por la hoy convulsionada isla china. "El señor Bellolio viajó a Hong Kong para reunirse con Joshua Wong, y no sé qué es lo que ha conseguido. Espero que pueda trabajar más para el pueblo de su distrito. Como saben, las ciudades chinas de Beijing, Shanghai, Shenzhen y Guangzhu ya han sobrepasado a Hong Kong en el PIB, por eso lo que necesita Hong Kong no es turbulencia y violencia, sino estabilidad y desarrollo, que también necesitan otros países, incluyendo Chile", remataba la misiva.

-Está un poco fuerte -dijo el diputado Espinoza.

-Va a tener repercusiones -respondió el diplomático chino, sonriendo.

Así ocurrió. La carta de Xu Bu encendió una inédita polémica esta semana entre el representante chino y Bellolio, que incluyó el intercambio de nuevas cartas públicas, por lo que varios parlamentarios, como los frenteamplistas Gabriel Boric y Vlado Mirosevic, y el socialista Jaime Naranjo, se sumaron al ruedo, criticando al representante chino, mientras desde la Cancillería chilena llamaban a Bu y a Bellolio a cuidar el tono para evitar que escalara una confrontación en la que el gobierno no tenía interés de entrar, menos a solo meses de la visita de Estado a Chile que anunció -pero que aún no confirma oficialmente- el Presidente chino, Xi Jinping, en la previa de la cumbre de la Apec.

A muchos les extrañó que Xu Bu, a un año y medio de haber llegado a Chile -presentó sus cartas credenciales el 24 de enero de 2018- haya roto el tradicional recato con el que solían moverse hasta ahora los diplomáticos chinos. Pero su intervención estuvo lejos de ser una salida de libreto.

Esta misma semana, los máximos representantes de Beijing en Australia y en el Reino Unido rompieron también el silencio y escribieron duras cartas en contra de autoridades australianas e inglesas -el embajador de China en Londres acusó a estos últimos de colonialistas y de creer que la isla china seguía siendo parte del imperio británico- por apoyar las manifestaciones prodemocracia en Hong Kong.

La misma actitud de Xu Bu se replicaba en distintas partes del mundo. A fines de agosto, un artículo del Global Times, el periódico oficial del Partido Comunista de China (PCCh) en inglés, daba cuenta de los opiniones que estaban publicando los embajadores chinos en Marruecos, Qatar, Líbano, Kuwait, Palestina, Egipto e Irán en los medios de comunicación locales, criticando la interferencia internacional en Hong Kong.

Al igual que con los dos textos de Xu Bu en Chile contra Bellolio, la Cancillería china había leído las misivas que firmarían sus embajadores y habían visado cada palabra antes de su publicación.

La orden es clara. El gigante asiático no dejará pasar ningún acto o declaración que afecte el concepto de "una sola China", y los diplomáticos chinos deberán alzar al voz cada vez que alguien, sea quien sea, cruce la línea roja que Beijing ha fijado respecto de Taiwán y Hong Kong.

La instrucción es reciente y proviene directamente del Presidente chino, Xi Jinping.

A fines de 2017, tras cinco largos años de estudio y debate -algo usual en la forma de planificar de los chinos-, Xi Jinping dio a conocer los principios y pautas que debían seguir los diplomáticos en la "China de la nueva era".

Se trata de un decálogo estricto. En el principio noveno, considerado en el documento como "el punto de partida y el objetivo final de la diplomacia china", se instruye a los diplomáticos chinos "hacer esfuerzos persistentes para salvaguardar nuestros intereses nacionales de soberanía, seguridad y desarrollo, con nuestros intereses nacionales centrales, como el resultado final inviolable", señala el texto del PCCh que lleva la firma de Xi Jinping.

En un artículo enviado hace precisamente un año por Yang Jiechi, representante especial del Presidente Xi Jinping y director de la Comisión de Asuntos Exteriores del PCCh, a todo el cuerpo diplomático de su país, explicaba la hoja de ruta. "Debemos defender resueltamente el liderazgo del PCCh y el sistema del socialismo chino, salvaguardar nuestra soberanía nacional, seguridad e integridad territorial, tomar medidas enérgicas contra el separatismo en todas sus formas".

Por lo mismo, aseguran cercanos a Xu Bu, no debiera extrañarle a nadie que vuelva a alzar la voz.

Bu, el más político

Desde su llegada a Chile a inicios del año pasado, Xu Bu (56 años, casado, un hijo) ha demostrado ser un embajador que se sale de la norma a la que nos tenía acostumbrado Beijing en las últimas tres décadas.

Doctorado en Derecho, con estudios en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en importantes universidades chinas, Bu es el primer embajador en Chile que no habla español. Recién está aprendiendo algunas palabras, tras tomar clases intensivas con un profesor particular, y aunque maneja bien el inglés, el idioma ha sido una barrera importante en su trabajo en Chile. Bu ha debido recurrir permanentemente a Cecilia, una joven funcionaria de la embajada china con ascendencia chino-mexicana, quien ha oficiado de intérprete del embajador y en pieza clave de su gestión en Chile.

Lo usual, hasta ahora, es que la Cancillería china rote por América Latina a sus diplomáticos que manejan el español. Por ejemplo, el antecesor de Bu en Santiago, Li Baorong, fue redestinado a Venezuela; mientras que Yang Wanming, quien estuvo en Chile entre 2012 y 2014, actualmente se desempeña como jefe de la misión diplomática en Brasilia y antes se había desempeñado en Argentina.

A diferencia de sus antecesores, los que comenzaron su carrera diplomática como intérpretes, Xu Bu es calificado como un "peso pesado" en la Cancillería china. Estuvo a cargo de áreas altamente sensibles para Beijing: trabajó en la Dirección de Planificación Estratégica de la Cancillería china, fue responsable de monitorear la situación de la península coreana y embajador de China ante el Asean, el bloque comercial asiático.

En 2016, incluso, antes de que se estableciera el instructivo de salir a responder los ataques contra China, Xu Bu escribió un extenso artículo en el periódico The StraitsTimes acusando Estados Unidos y a la exsecretaria del Departamento de Estado Hillary Clinton de estar provocando tensiones entre China y sus vecinos por el Mar del Sur de China. Algo similar a lo que hizo en abril pasado, cuando como embajador en Chile se le encomendó desde Beijing salir a responder en duros términos al jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, a quien tildó de "hipócrita", en el marco de la guerra comercial que enfrenta a las dos superpotencias.

A su casa en Las Condes han ido a cenar empresarios como Andrónico Luksic, Francisco Silva y Juan Eduardo Errázuriz. Es lector empedernido de ensayos políticos, libros de historia y política internacional.

Pese a ello, dicen quienes lo conocen, Xu Bu está lejos de ser un polemista.

Hijo de funcionarios del gobierno chino que llegaron a Beijing desde una provincia del sur de China, Bu es el embajador más político que ha sido destinado a Chile desde el retorno a la democracia y un miembro importante de las estructuras superiores del PC chino.

En junio del año pasado, cinco meses después de aterrizar en Santiago, Xu Bu invitó a la directiva del Partido Comunista chileno a una reunión en la embajada. Pese a que es usual que los embajadores chinos tengan un encuentro protocolar con los comunistas chilenos, dirigentes del PC admiten que desde que está Xu Bu, han aumentado las delegaciones estudiantiles chinas que han llegado a Chile a participar en encuentros con las Juventudes Comunistas chilenas.

Al mismo tiempo, sin embargo, es un hombre pragmático para defender y estimular el intercambio comercial entre China y Chile. A su casa en Las Condes han ido a cenar empresarios como Andrónico Luksic, Francisco Silva y Juan Eduardo Errázuriz. Xu Bu tampoco eludió los elogios en público hacia Julio Ponce Lerou en medio del lobby que desplegó para el ingreso de la minera china Tianqi al mercado del litio en sociedad con SQM.

Lector empedernido de ensayos políticos, de libros de historia y de política internacional, Xu Bu en sus conversaciones con políticos y empresarios chilenos es directo y franco. No le gusta hablar de otra cosas que no sea de política y temas de coyuntura. Como lo señala un senador chileno con amplias redes en China, Bu "no vino a Chile a hacer amigos, sino a cumplir su misión".

Y aunque puede ser directo y franco para plantear sus puntos de vista, en la Cancillería chilena aseguran que ha demostrado ser un gran facilitador en las relaciones entre los dos países.

En mayo pasado, recuerdan, se discutía la declaración de los ministros de comercio de la Apec, un texto clave para Chile, pues hace cinco años que la guerra comercial entre Estados Unidos y China impedía lograr un acuerdo.En esa ocasión, Xu Bu llegó a la Cancillería a reclamar por el tenor de la redacción de uno de los párrafos.

-Eso en la práctica es bloquear la declaración, le dijo el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, Rodrigo Yáñez, con la misma franqueza con la que se había expresado el embajador.

Xu Bu, entonces, tomó el teléfono, llamó al viceministro de Comercio chino y en dos minutos destrabó el problema.

No es la única vez que ha exhibido su línea directa con las altas esferas del poder político en China.

A fines de julio pasado, durante los tres días que estuvo el canciller chino, Wang Yi, de visita en Chile, Xu Bu no solo lo acompañó en todo momento, sino que era habitual que Yi le consultara en privado cosas y le pidiera consejo delante de los funcionarios diplomáticos chilenos.

Con su presencia imperturbable y voz profunda, Xu Bu dejaba en claro que no es un embajador más.

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