Embajada de EE.UU. rinde homenaje a diplomático que enfrentó a Pinochet

La Embajadora de EE.UU. en Chile Bernadette Meehan (a la derecha) junto a Betsy Barnes, viuda del embajador Harry Barnes, durante una ceremonia en honor al fallecido diplomático el 3 de octubre de 2023 en Santiago. Foto: Agencia Makro

En una ceremonia en honor al fallecido embajador Harry G. Barnes, que encabezó esta legación durante 1985-1988, la residencia del embajador en Santiago fue designada como “La Casa Barnes”.


La Embajada de Estados Unidos rindió un homenaje, el martes, al fallecido diplomático Harry G. Barnes, quien encabezó esta legación durante 1985-1988, enfrentándose al general Augusto Pinochet, al punto de ganarse su enemistad, y que jugó un rol clave durante el plebiscito de 1988.

Justo en momentos en que se cumplen 35 años de esa consulta realizada el 5 de octubre de 1988, que obligó a Pinochet a dejar el poder, el Departamento de Estado designó la residencia del embajador en Santiago como “La Casa Barnes”. El embajador falleció en 2012.

“Para mí es un honor nombrar la residencia de los embajadores, en representación de Estados Unidos, como Harry G. Barnes, que fue embajador entre 1985 y 1988, años que fueron críticos para el regreso a la democracia de Chile. Creo que lo que es más importante, y lo que creo que Harry Barnes le gustaría que fuera el mensaje esta noche, es que jugó un rol de respaldo, porque fue el pueblo chileno que tenía el liderazgo en cuanto a encontrar un camino pacífico y democrático para que Chile regresara a la democracia, que había sido tan fuerte antes de la dictadura”, dijo la embajadora Bernadette Meehan al conversar con los medios, tras la ceremonia.

“Este año celebramos 200 años de relaciones bilaterales y también conmemoramos los 50 años del golpe militar y el 35 aniversario del triunfo del No en el plebiscito, así que es un importante año para Estados Unidos en su relación con Chile, y no solo reconocer todos los avances y el estatus positivo de las relaciones hoy, pero también mirar atrás y conmemorar de manera apropiada algunos de los desafíos que hemos tenido durante nuestras relaciones. Y la Casa Barnes es una manera de reconocer que tuvimos desafíos y que los superamos, y que al final del día, cuando Chile retornó a la democracia, Harry Barnes estaba ahí como representante de Estados Unidos para respaldar a Chile a medida que tomaba el siguiente paso”, añadió.

La embajadora de EE.UU. en Chile, Bernadette Meehan, ofrece un discurso durante la ceremonia de nombramiento de la residencia del embajador de Estados Unidos en honor al exdiplomático Harry Barnes, el 3 de octubre de 2023 en Santiago. Foto: Agencia Makro

La ceremonia contó con la presencia de la viuda del embajador, Betsy Barnes, y sus hijas Sasha y Pauline. Además de diferentes figuras del ámbito político en Chile como el ministro de Justicia, Luis Cordero; el ministro de Relaciones Exteriores, Alberto van Klaveren, y el excanciller Heraldo Muñoz, entre otros.

En un gesto inusual, el secretario de Estado, Anthony Blinken, envió un mensaje en video en el que señaló que desde “el momento en que Harry Barnes llegó a Chile, dejó muy claro lo que Estados Unidos defendería y con quién estaría bajo su mandato. Su claridad moral llegó en un momento crítico para Chile y su pueblo, que habían soportado años de asesinatos y desapariciones, de torturas y terror, todo ello a manos del régimen”. “Aunque fue el valor y el sacrificio de los chilenos lo que finalmente puso fin a la dictadura y restauró pacíficamente la democracia de la nación, lo hicieron en esos últimos años sabiendo que Estados Unidos estaba de su lado, algo que sabían gracias a Harry Barnes”, concluyó.

Figura clave en el plebiscito

Según sus documentos citados por la embajada, cuando llegó a Chile en 1985, Barnes desarrolló un bosquejo o una breve lista de puntos básicos que “parecían ser necesarios para la política estadounidense. Lo primero fue el respeto a los derechos humanos y alentar el respeto a los derechos humanos”.

Y fue así que cuando presentó sus cartas credenciales en noviembre de 1985 le ofreció un consejo a Pinochet: “Los males de la democracia solo pueden curarse con más democracia”. Esto no solo le valió la enemistad del general, que incluso lo apodó como “Harry El Sucio”, sino que también nunca más lo volvió a recibir en La Moneda.

Según el diario The New York Times, incluso antes de reunirse con el general Pinochet, Barnes había ignorado el protocolo diplomático al reunirse con líderes de la oposición y asistir a velatones organizadas por activistas de derechos humanos. “Estaba llevando a cabo una iniciativa explícita del entonces Presidente, Ronald Reagan: enfrentar la tiranía tanto de derecha como de izquierda”, indicó el diario.

El general Augusto Pinochet y el embajador de Estados Unidos en Chile, Harry Barnes, se saludan en 1985. Foto: Archivo.

En julio de 1986 asistió, junto a su esposa, al funeral de Rodrigo Rojas de Negri, el joven fotógrafo de 19 años que fue quemado vivo por una patrulla militar junto a Carmen Gloria Quintana en una manifestación. “Fuimos al funeral básicamente porque creíamos sustancial demostrar la gravedad con la cual nuestro país valora todo el problema de los derechos humanos. Si pudiera ponerlo brevemente, diría que la esencia de nuestra política en Chile es hacer todo para incentivar la defensa de los derechos humanos. Su muerte (fue) muy bárbara, muy horrible”, dijo en esa oportunidad.

Barnes tuvo un rol activo en el plebiscito, al tender puentes de diálogo con todos los sectores políticos a favor de un cambio democrático. Según documentos archivos desclasificados de Estados Unidos referidos a Chile, publicados por el National Security Archive (NSA), el embajador Barnes envió “una evaluación exhaustiva de los posibles resultados y escenarios relacionados con el referéndum sobre la continuidad de Pinochet en el poder, previsto para el 5 de octubre de 1988″.

“Un escenario que se aborda repetidamente es la posibilidad de un ‘autogolpe’ -un segundo golpe de Estado- si la votación es contraria a Pinochet”, indicó el texto. Barnes señala que no hay “suficiente inteligencia” para conocer los planes de contingencia de Pinochet para mantenerse en el poder. Pero, aconseja, “no se puede descartar, y debemos estar preparados para reaccionar ante ello, y rápidamente, mientras todavía haya una posibilidad de que se revierta”.

En este sentido, el excanciller Heraldo Muñoz recordó que poco antes del plebiscito del 88, Ricardo Lagos lo citó en una cancha de tenis, a la que llegó vestido como si estuviera jugando, pero en realidad había tenido una reunión reservada con un alto oficial de las Fuerzas Armadas, quien les había revelado que la CNI había robado buses parecidos a los de Carabineros para provocar disturbios en las poblaciones si ganaba el No. Lagos le dijo a Muñoz que le transmitiera el mensaje a Harry Barnes. Y así lo hizo. Barnes, inmediatamente alertó al Departamento de Estado de Estados Unidos de los planes de la dictadura, incluso fue más allá al idear una suerte de plan para conseguir un pronunciamiento del Departamento de Estado sobre el tema.

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