La hija millennial de Paul Auster lanza uno de los discos más tormentosos y elogiados del año

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Sophie Auster.

Con una grabación tormentosa que incluyó incendios de estudios, pérdida de tomas originales y demandas mutuas con su discográfica, Sophie Auster exhibe en Next Time un disco de rock y soul blanco contundente y que se sitúa entre lo mejor de su carrera.


Las mujeres fueron fundamentales en la educación musical de Sophie Auster. Cuando tenía seis años, un tío le regaló un disco de la francesa France Gall. Seis años después, con el dinero obtenido por un trabajo escolar, compró un recopilatorio con música femenina de los 60 y 70, y se obsesionó con The Supremes y Roberta Flack.

"Me encantaba la interpretación de las Supremes y empecé a imitar a Roberta Flack. Pensaba que quería cantar y ser como ella cuando fuera adulta", dijo Auster a la revista Esquire.

A sus 30 años, la única hija de los premiados escritores Paul Auster y Siri Hustvedt no es una advenediza en la música. Debutó a los 18 años con Sophie Auster and one ring zero (2006), pero recién empezó a llamar la atención con Dogs and men (2015), un álbum de pop que profundiza en su ruptura sentimental y que le generó confianza en sí misma.

Una de las canciones, Little bird, ganó al año siguiente el John Lennon Songwriting Contest, un concurso neoyorquino de composición –donde George Clinton era el presidente del jurado-, al mejor tema en la categoría folk. El galardón hizo que, por primera vez, la cantante no fuera comparada con sus padres. "Tenía confianza y escribí varias nuevas canciones. Pero no eran tan buenas como pensaba", indica Auster.

https://www.youtube.com/watch?v=Oi5_8xqk_Ic

La artista grabó un par de demos, se los mostró a sus padres y el diagnóstico fue lapidario: los temas tenían mínimas probabilidades de pasar a la posteridad. Hubo una señal, además, que acrecentó la sensación de que esos melodías no debían ver la luz. Se incendió el estudio de grabación donde registró las canciones y se perdieron las tomas originales. Sin material musical, su casa discográfica decidió finiquitarla, hubo demandas de ida y vuelta hasta que, gracias a un amigo, llegó al productor sueco, Tore Johansson –Tom Jones, New Order y The Cardigans, entre otros-, quien la invitó a viajar a Europa. "Tore produjo a dos grupos que me gustan mucho: Franz Ferdinand y Suede. Hablé con él, discutimos varias ideas y como estaba en Suecia, decidí salir de mi zona de confort y viajar a Malmoe. Tenía el estudio en su casa a mi disposición para cuando quisiera y estábamos tan relajados que el ambiente propiciaba la creatividad", cuenta a Rolling Stone.

Con un repertorio diferente y la satisfacción de sacar lo mejor de sí misma, Auster siguió en problemas. Los temas estaban listos, los mostró durante giras europeas y norteamericanas en 2017, pero el calvario continuó.

Llegó a un acuerdo con una discográfica que, al mes después de firmar, se declaró en quiebra; intentó en vano conseguir una distribución y llegó, incluso, a la idea de crear una disquera propia para publicarlo. En el intertanto, publicó su primer single, Mexico –un tema de rock fronterizo en la senda de Calexico-, y la respuesta fue inmediata: el director John Turturro la llamó para incluir la canción en la película Going places, un spin off de El gran Lebowski (1998), que se estrenará en el otoño estadounidense y la suerte jugó a su favor.

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Una multinacional la fichó –BMG- y la revista Vanity Fair de su país la contrató para que escribiera una columna mensual como representante de los millennials. "Soy consciente que para mi generación soy una millennial, que tiene preocupaciones de millennial y me involucro mucho en temas de feminismo. Conocí la misoginia en los estudios de grabación y me gusta ser una portavoz de las mujeres que me rodean en el tiempo que me ha tocado vivir. Puedo usar esta pequeña plataforma que es la columna para difundir un mensaje de igualdad y tolerancia", señaló a Esquire.

Música, cine y modelaje

Publicado hace dos semanas, su nuevo álbum Next Time es, según su protagonista, un trabajo de rock y soul blanco que refleja sus estados de ánimo durante la gestación del trabajo y que la ha ayudado a madurar como artista. Con más espesor melódico que su álbum anterior y una diversidad de estilos que le han valido comparaciones con Fiona Apple y PJ Harvey, la hija de Paul Auster evoluciona artísticamente y ha encontrado el reconocimiento de la crítica.

https://www.youtube.com/watch?v=r_tXZCuIihQ

"Al menos para mí, estas canciones han valido la pena. Aunque no sé qué esperar de ellas. Uno siempre quiere lo mejor, pero puede que gusten o que algunos piensen que son una mierda. Como lo tome el público no está en mi mano", indicó a la revista española Rockdelux.

Su rostro anguloso y su belleza clásica también le han generado otros trabajos. Desde su debut en la película dirigida por su padre, Lulu on the bridge (1998), cuando tenía once años, Auster ha participado en once películas y tiene algunos ofrecimientos para continuar en el cine como también ha desarrollado una incipiente carrera como modelo.

¿Le gustaría escribir libros para emular a sus padres? "Me gusta escribir canciones y algo de poesía, pero no me interesa una carrera profesional. Me gusta interpretar canciones. Sé cómo se hace y es a lo que me dedico. Es lo que me hace más feliz", reconoce.

https://open.spotify.com/album/2efTrO65k7TQUzvD3qXoOc

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