José Ángel Di Mauro: “Claramente los mercados reaccionarán peor ante un gobierno de Javier Milei”

El candidato presidencial argentino Javier Milei sostiene un cartel que simula un billete de 100 dólares con su cara, durante el cierre de campaña en Córdoba. Foto: REUTERS.

A horas de una de las elecciones más inciertas e importantes de Argentina, el director del medio transandino Parlamentario conversó con La Tercera sobre cómo podrían desenvolverse la política y la economía una vez definido el balotaje. “La victoria de Massa generaría menos incertidumbre”, dice. Si gana Milei, “avanzará más a la moderación”.


Una de las grandes dudas de la elección presidencial argentina, además del incierto resultado la noche del domingo, es cómo amanecerá el país al día siguiente. O al subsiguiente, quizá. El feriado del lunes atrasará la inminente reacción financiera hasta el martes. Mientras un candidato es nada menos que el ministro de Economía que mantiene cifras inflacionarias interanuales del 142%, el otro promete hacer explotar el Banco Central y cambiar al dólar como la moneda oficial, en desmedro del peso argentino.

José Ángel Di Mauro, periodista y director del medio Parlamentario, habló con La Tercera tanto de si esta elección es una sobre peronismo contra antiperonismo -y de cómo cree que se comportará el mundo político en el Congreso-, como de la reacción de los mercados ante cada uno de los escenarios posibles.

¿Cómo llega cada candidato a la elección del domingo?

Llegan con muchas y buenas expectativas. A nadie deberá sorprender si gana uno u otro, a los dos les asisten enormes expectativas, a juzgar por lo que anticipan las encuestas. A priori, después de las elecciones primarias y con el triunfo -ajustado, pero impactante- de Javier Milei, parecía que hasta tenía chances de ganar en primera vuelta..., pero terminó ganando en las generales Sergio Massa. Y a partir de ese resultado, quedó la sensación de que el candidato oficialista sería el seguro ganador en el balotaje. Incluso se especuló con que Milei no se presentara. Pero al cabo de unos días esa sensación se fue esfumando y llegamos así a este domingo, con una paridad extrema que no permite augurar con firmeza el triunfo seguro de ninguno de los dos.

Un cartel de la campaña del candidato presidencial argentino Sergio Massa, fuera del edificio del Ministerio de Economía. Foto: REUTERS.

Considerando esa paridad, ¿se puede hablar de esta elección como una entre el peronismo y el antiperonismo?

Podría decirse que sí, salvo que muchos antiperonistas, o no peronistas, en este caso no tomarán partido por lo opuesto al oficialismo actual, por los enormes reparos que abre Milei, y la incertidumbre que él genera, y terminarán convalidando a Massa, votándolo, o votando en blanco.

Con miras hacia el futuro, ¿habrá alguna diferencia el día siguiente a la elección, dependiendo de quién gane, o podría ser similar la reacción?

No, para nada será la misma. Atento al detalle de que aquí el lunes es feriado y por lo menos no habrá mercados que vayan a convalidar o no el resultado. Pero claramente los mercados reaccionarán peor ante un gobierno de Milei que al revés. Porque Milei insistirá con la dolarización y es por eso que esa moneda puede dispararse en la siguiente rueda. Será bueno en ese caso que el presidente electo tome los recaudos para tratar de dar tranquilidad en su discurso del domingo y en las notas que dé al día siguiente. Tendrá al menos ese día de tregua el lunes.

Los candidatos presidenciales de Argentina, Sergio Massa y Javier Milei, durante el debate presidencial en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Foto: REUTERS.

Con Juntos por el Cambio virtualmente disuelto, ¿cómo se desarrollará la agenda parlamentaria en cada eventual gobierno?

Para el caso de que Milei gane, será el certificado de defunción inmediato para Juntos por el Cambio, porque una parte importante -los más duros del PRO, y algunos más- se irá con La Libertad Avanza y armarán un interbloque que, de todas formas, no será superior a los 80 diputados. O sea, muy pocos, teniendo en cuenta que para el quórum necesitan 129. Estarán muy lejos, de ahí que se les haga muy difícil avanzar en esa cámara, donde deberán negociar todo. Ni hablar en el Senado, donde La Libertad Avanza tendrá solo siete senadores propios. Con una parte de Juntos por el Cambio, serían no más de 15 de 72. Peor que en diputados.

Si resulta al revés, con Massa ganando, la tiene más sencilla. Sobre todo en el Senado, donde estará cerca del quórum propio. En diputados se le complicará, porque tendrá 105 propios, le faltarán 24 diputados, a los que no podrá reunir con los aliados más o menos seguros. Tendrá que negociar sí o sí con Juntos por el Cambio o lo que quede de ese espacio. Pero en caso de que gane Massa, es probable que Juntos por el Cambio no termine rompiéndose, porque no se irá una parte al oficialismo de Milei. Lo más probable es que cambien de nombre, y con fuertes heridas, pero probablemente se mantengan unidos, aunque una parte de los halcones se sienta tentada por asociarse a La Libertad Avanza en busca de armar ya un bloque decididamente de derecha.

¿Qué victoria entregaría, en su opinión, una mayor tranquilidad a los mercados nacionales e internacionales?

La de Massa generaría menos incertidumbre, lo cual no es un juicio de valor. No digo que él vaya a hacer una mejor economía, que de hecho no lo ha logrado en más de un año que lleva al frente de la economía. Pero uno u otro deberán avanzar con un ajuste al que sobre todo Massa se resiste, pero es inexorable. Eso lo saben también los mercados. Lo que es seguro es que el FMI ya no le tendrá paciencia a Massa, que ha venido incumpliendo todos los acuerdos prometidos.

De vencer Milei, ¿moderará sus propuestas internacionales más polémicas, como no conversar con Lula o no hacer negocios con China?

Todo indicaría que sí. Ya se ha moderado bastante los últimos tiempos, pero no lo ha hecho más para no perder votos. Ganando, me parece que se irá esfumando buena parte de sus ideas alocadas, y avanzará más a la moderación que le sugerirán sus nuevos socios del PRO, y sus propios asesores.

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