Vicepresidenta de Milei suma su primer triunfo legislativo y logra designaciones en el Senado apelando al antikirchnerismo

Javier Milei junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel, que sostiene la bandera argentina, tras una sesión en el Congreso, el 29 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

Pese a contar con solo siete de 72 escaños, el oficialismo argentino logró coordinar a un variopinto grupo de senadores que, unidos por su oposición al kirchnerismo, dejaron a la oposición sin capacidad de dirección en el Senado.


La primera prueba de fuego para la nueva vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel, fue una victoria antikirchnerista, y ocurrió nada menos que en el Senado. La número dos del Presidente Javier Milei, quien oficia como titular de la Cámara Alta, logró lo que algunos calificaron previo a la asunción libertaria como complicado: lograr unificar a todos los sectores molestos con el kirchnerismo y lograr superar la mayoría en el Senado, pese a contar con solo siete de los 72 escaños totales.

Si bien Unión por la Patria, el principal bloque opositor, tiene la mayor cantidad de curules, con 33 votos seguros, no es suficiente para conformar la mayoría simple de 36 apoyos, sin embargo, algunos apostaban a que era el kirchnerismo el que tomaría las riendas del Senado.

En un despliegue político importante, pero circunstancial, adelantan quienes se plegaron al libertarismo, Villarruel logró poner tras de sí a sus siete senadores, pero también los siete del PRO, los 13 radicales, sumado a otros 12 que conforman el heterogéneo grupo de legisladores federales y provinciales, llegando a los 39 votos.

Javier Milei y Victoria Villarruel saludan a sus seguidores tras ganar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Argentina, el 19 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

Con ello, no solo logró llegar al quórum necesario para la votación, sino que el oficialismo logró imponer a las autoridades del Senado, reteniendo el control de las comisiones y no permitiendo el poder de veto del kirchnerismo en ninguna de ellas. Desde el peronismo aseguraron que la sesión fue “ilegal, ilegítima e inconstitucional”, pero se mantuvieron en todo momento en la sala.

La victoria libertaria, sin embargo, dejó posibles damnificados, como fue el caso del formoseño Francisco Paoltroni, quien era el hombre que Javier Milei había elegido como el presidente provisional. Mas, tras un intenso debate interno, el bloque mileísta se terminó decantando por el puntano Bartolomé Abdala.

Cosechando votos

Previo a la asunción de Milei, el domingo pasado, no eran pocos los que veían un futuro poco favorable en el Congreso para el economista libertario. “No la tiene nada fácil el nuevo presidente: carece de diputados y senadores. Tiene apenas 35 de 257, y 7 de 72, respectivamente, lo que lo obliga a llegar a acuerdos para sacar las leyes que desee o, incluso, lograr que el Congreso siquiera sesione”, dijo el sábado a este periódico Orlando D’Adamo, especialista argentino en comunicación política.

Pero la abogada, apuntada por la oposición como “negacionista” por cuestionar la cifra de los 30.000 desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar argentina, logró negociar y sacar a flote una sesión compleja.

Según Clarín, a Villarruel “se la vio disfrutar de la silla de poder. Estuvo sonriente, prestó atención a los discursos, asintió con la cabeza algunos pasajes y se notó que había estudiado el reglamento. No dudó en ningún momento de cómo se debía proceder en cada parte y ordenó el debate con firmeza cuando se puso álgido”.

Los dos principales logros de la jornada libertaria fueron la designación de Bartolomé Abdala como presidente provisional, y la limitación del peronismo en las comisiones.

Abdala, con pasado político, fue fundador del PRO, el partido del expresidente Mauricio Macri, en San Luis durante 2007. En su opinión, el salto de un lado al otro ocurrió porque Milei “es el que mejor representa las ideas de la libertad que tenía el propio Mauricio Macri al inicio de su carrera política y que después, cuando fue gobierno, no supo o pudo aplicar. Por eso me convencí a acompañarlo a él”, dijo contador público, consignó el medio Perfil.

Sobre el segundo punto, la buena noticia para el mundo libertario llegó de la mano de la exclusión del veto en las comisiones del Senado por parte del kirchnerismo. De los 19 miembros que componen dichas instancias, 11 serán proclives al mileísmo más aliados circunstanciales, mientras que 8 quedarán en manos del Frente de Todos. De ser mayoría peronista, detallaron medios locales, la oposición podría haber paralizado las iniciativas oficialistas en las comisiones, logrando que los proyectos ni siquiera pasaran a la sala.

La vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel, el Presidente, Javier Milei, y el ministro de Interior, Guillermo Francos, en la ceremonia de asunción presidencial. Foto: Reuters

En todas las comisiones de trabajo, el kirchnerismo tendrá un asiento menos que la mitad de sus integrantes, explicó La Nación, en lo que calificó como una derrota “completa” del Partido Justicialista (PJ). Clarín, en tanto, calificó la derrota del partido como “tremenda”, ya que el PJ ha sido históricamente imbatible en el Senado.

Si bien no hubo celebraciones grandilocuentes, la sensación, describió el mismo medio, era de fiesta y alegría entre el variopinto mosaico de senadores que se plegaron al libertarismo. “Sacamos al kirchnerismo del control de la casa”, dijo un senador de Juntos por el Cambio que trabajó durante las últimas tres semanas para lograr el acuerdo concretado en el Senado. “Nos une el cansancio de haber tolerado 20 años de prepotencia en esta cámara”, añadió el salteño Juan Carlos Romero.

La propia Victoria Villarruel se dio un espacio para las felicitaciones: “El kirchnerismo trató por todas maneras de dinamitar los primeros días de Javier Milei y nosotros le pusimos freno con un espacio donde se integran todos aquellos que quieren defender la Constitución y no quieren imponer por la fuerza sus decisiones como han hecho a lo largo de los últimos años. Hasta acá llegaron señores”, señaló una vez terminada la sesión.

Eso sí, gran parte de las fuerzas que se aglutinaron para bajar al peronismo del poder en la Cámara Alta lo hicieron con un objetivo: dejar al PJ sin nada, detalló Clarín. Así lo transparentaron los senadores, quienes aún están molestos por los últimos cuatro años, donde, alegan, la mayoría bajo el mando de la exvicepresidenta Cristina Kirchner, impuso sus reglas a gusto.

Por lo mismo, muchos de los apoyos demostrados son circunstanciales y no se extenderán como un cheque en blanco cuando se traten las reformas prometidas por Javier Milei, aclararon en el debate.

La mayoría de los senadores que votaron junto a La Libertad Avanza y el PRO no son ordenados por un líder externo con el que negociar, salvo los que responden a sus gobernadores, aseguró Clarín, lo que hará compleja la negociación de la Casa Rosada en un potencial intercambio de votos por algo a cambio. Cada ley, por ende, se negociará una a una.

Por otro lado, queda la duda de cómo reaccionarán los damnificados por la elección de Victoria Villarruel sobre a quién dejar en las comisiones del Senado y las instancias bicamerales, abriendo la pregunta sobre si podrá más el sentimiento anti K que el honor dañado por ser dejado de lado.

Daños colaterales

Probablemente, el más visible perjudicado por la trama de la victoria mileísta es el formoseño Francisco Paoltroni, quien era el nombre que el propio Milei quería en la dirección provisional de la Cámara Alta. Varios medios locales hablan de que ya se habla de una posible salida del bloque, molesto por la decisión de relegarlo a última hora.

De hecho, el senador demostró su molestia de manera pública por no haber sido electo para el cargo. “La casta me ha dado la bienvenida. Como muchos saben, estaba postulado por el presidente (Javier Milei) como presidente provisional del Senado”, dijo al inicio de su discurso. Sin embargo, se trató de un “triste comienzo”, agregó.

En una frase que sonó a amenaza, Paoltroni dijo que él se debe “absolutamente a todos los formoseños. Del autoritarismo vengo y lo padezco junto a todo el pueblo de Formosa. De aquí en adelante, voy a votar fiel a mis principios que he recibido de la cuna como todos los argentinos de bien, pero como dice el presidente, ‘no somos manada’ y ‘el que las hace las paga’”.

Javier Milei porta la banda presidencial junto a Cristina Kirchner tras jurar como próximo mandatario de Argentina en el Congreso. Foto: Reuters

En el peronismo, en tanto, tocó recoger los platos rotos, pero no sin antes discutir la legalidad de la sesión. Según algunos de sus partidarios, esta fue “ilegal, ilegítima e inconstitucional”, y acusaron a sus rivales políticos de intentar “revivir el Grupo A”, referenciando a lo ocurrido en 2009, cuando toda la oposición en la Cámara de Diputados se unió para quitarle el control de las comisiones al kirchnerismo, recordó Clarín. Esta vez, eso sí, sería bajo el nombre del “grupo motosierra”, plantearon los senadores K.

Según el presidente del bloque peronista, José Mayans –luego secundado por toda la bancada–, la sesión “viola la Constitución y el reglamento del Senado. Es absolutamente ilegal, ilegítima e inconstitucional”, porque al haber terminado el período de sesiones ordinarias, no se puede volver a menos de que presidente convoque a instancias extraordinarias.

Al no contar con los votos para enfrentarse a la mayoría circunstancial, el mundo kirchnerista decidió abstenerse. “No queríamos nada. Somos oposición y ahora quedará más que claro”, dijo a Clarín un senador del sector.

La réplica llegó de la radical de Santa Fe, Carolina Losada. “Los reyes del si tengo número impongo todo, no escucho a nadie y del vamos por todo, ahora se ponen nerviosos. Están en minoría, chicos. Sorry, ya fue”, sentenció de manera ácida.

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