Alfa Romeo 8C de 1939 supera los US$ 18 millones en subasta

Alfa Romeo 8C

La serie 8C 2900 fue una serie limitada de firma italiana para celebrar sus triunfos en las carreras más importantes de la época.




Cada año la casa de subastas Artcurial realiza un evento llamado Rétromobile en París, donde históricos y exclusivos autos -como el Porsche 916- son puestos bajo el martillo. Este año, el centro de atención es el Alfa Romeo 8C 2900B Touring Berlinetta de 1939, que se estimaba que podía alcanzar entre € 16.000.000 y € 22.000.000.

Y aunque la apuesta no subió mucho más del estimado, el auto alcanzó los € 16.745.600, cifra que equivale a casi 19 millones de dólares ($ 12.481.017.389). Esto convierte a este clásico italiano en el onceavo auto más caro en una subasta, por detrás de un vehículo de la misma marca y del mismo año, el Alfa Romeo 8C 2900B Lungo Spider por Touring.

El 8C 2900B de Rétromobile fue ganador del Concurso de Elegancia de Pebble Beach en Estados Unidos y de Villa del Este, en Italia. Es uno de los autos de posguerra más buscados del mundo, ya que solo existen cinco unidades.

De los 8C 2900 se fabricaron unos 50 ejemplares, todos con raíces y experiencia en las competiciones más importantes de la época. Esto, ya que esta serie limitada de autos comenzó  su vida para celebrar los grandes triunfos obtenidos por Alfa Romeo en las carreras más importantes de los años 30. De esta manera, la marca decide llevar esos éxitos a la producción creando versiones de calle para sus clientes.

Así nace el Alfa Romeo 8C 2900 diseñado como un auto de carreras adaptado para circular por la calle. Monta un motor de ocho cilindros en línea de 2.9 litros que con la ayuda de un compresor, desarrolla unos impresionantes 180 Hp.

Esta unidad en particular es la número dos, de la exclusiva serie de cinco ejemplares, y ha pasado 43 años en las mismas manos antes de salir a la venta. Perteneció al padre del ahora ex dueño, Jam Willem Martens, quien lo compró en 1976 y tras su muerte se lo dejó a su hijo, que durante los años ochenta incluso  lo usó para ir a trabajar.

“He tenido el auto por más de la mitad de mi vida y por más de la mitad de la vida del auto. Por lo que pienso que, ya es tiempo que tenga un nuevo dueño”, dijo Jam Willem Martens.

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