Daihatsu lleva 30 años con las manipulaciones en los sistemas de seguridad

FILE PHOTO: Daihatsu Motors logo is seen at its showroom in Tokyo, Japan June 12, 2017. Picture taken on June 12, 2017. REUTERS/Kim Kyung-Hoon/File Photo

El escándalo que también alcanzó a Toyota no frena su escalada y ahora obligará a paralizar fábricas.




El escándalo que afectó a Dahiatsu y que salpicó a Toyota debido a la adulteración de vehículos para que pudiesen sortear con éxito las pruebas de choque sigue escalando. Si hace unos días se anunció la suspensión de la exportación de distintos modelos, entre ellos el Toyota Yaris Cross a Chile, ahora se dio a conocer que los problemas por irregularidades tienen 30 años.

La noticia de la suspensión de las exportaciones ya era un duro golpe, especialmente a la esencia de la cultura japonesa, que condena con dureza las faltas éticas. Y esa noticia golpeó fuerte, puesto que un comité independiente encontró pruebas de manipulaciones en las pruebas de choque de 64 modelos, de los cuales 22 se venden bajo la marca Toyota. En total fueron 174 casos de manipulaciones.

Es tal el problema que al entrar en el sitio https://www.daihatsu.com/ lo primero que aparece es un mensaje que dice “DAIHATSU se disculpa profundamente con nuestros clientes y otras partes interesadas por causar grandes inconvenientes y preocupaciones con respecto a las irregularidades procesales en la solicitud de certificación”.

El tema es que los problemas no son de los últimos años. La investigación que cita medios como CNN y Top Gear dan cuenta que el caso más antiguo se remonta a 1989, “de manera que Daihatsu ha mantenido presuntamente esta tendencia durante más de 30 años, aunque el informe de la investigación destaca un crecimiento notable a partir de 2014. Ante esto, la semana pasada se decidió paralizar la venta y los envíos de los coches de la marca”, precisa el sitio especializado de autos.

El escándalo sigue aumentando. Por todos estos problemas, la firma paralizó la producción de cuatro fábricas en Japón. El cierre se mantendría hasta finales de enero y afectará a unos 9.000 empleados, aunque el número podría crecer si también se cierran las plantas de Indonesia y Malasia.

La salida al problema no es sencillo para Daihatsu. Por ahora, Toyota ya ha dicho que se realizará una reorganización y una reforma completa de la firma para revitalizarla, lo que indica que seguirá existiendo, aunque lo que demore en recuperar su reputación es un misterio.

Lo único medianamente positivo de este embrollo japonés es que no se han reportado casos de accidentes o de muertes cuya causa esté relacionada con los test de seguridad adulterados, pero eso también será muy difícil de comprobar, sabiendo que son muchos vehículos vendidos durante décadas en Asia y en distintos países de América Latina, incluyendo Chile.

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