Julián Casanova, historiador de la U. de Zaragoza: "Los españoles están divididos en torno a Franco"

PATIO DE LOS CAÍDOS
Una mujer envuelta en una bandera en el Valle de los Caídos. Foto: EFE

En entrevista con La Tercera, se refiere a la reforma que aprobará hoy el gobierno para exhumar los restos del dictador.


Aunque el opositor Partido Popular (PP) ha anunciado que presentará un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la medida, por considerar que "reabre heridas superadas", el gobierno español que preside el socialista Pedro Sánchez aprobará hoy una reforma legislativa para la exhumación de los restos mortales del dictador Francisco Franco y su traslado fuera del Valle de los Caídos, un monumento que él mandó construir y donde están enterrados combatientes de los dos bandos de la Guerra Civil (1936-1939). El decreto que modificará la ley de memoria histórica deberá ser posteriormente convalidado por el Congreso. En entrevista con La Tercera, Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, analiza el debate abierto en España a raíz de esta decisión del gobierno.

Según la prensa española, el PSOE ha propuesto exhumar a Franco en secreto para evitar protestas. ¿Cuán polarizadora sigue siendo hoy su figura en el país?

No lo ha propuesto en secreto. Y la exhumación, está claro, debería ser un acto privado y el "nuevo" entierro, tras la exhumación, debería competer solo a la familia del dictador. Los españoles están divididos en torno a la figura de Franco como están todas las sociedades con pasados traumáticos y dictaduras violentas, desde Rusia a Alemania, pasando por Chile o Argentina.

¿Hay una apuesta política por parte del Ejecutivo al decidir exhumar los restos de Franco?

Franco ideó el Valle de los Caídos, y así se hizo, para inmortalizar su victoria en la Guerra Civil y honrar sólo a los muertos de su bando, aunque se montara después la farsa de trasladar también allí los restos de miles de "rojos" muertos o asesinados por su bando durante esa guerra. La continuidad de su tumba, con sus restos, en ese lugar es un símbolo de la permanencia de esa larga y cruel dictadura que no debe mantenerse. Deber ser exhumado. Otra cosa es el debate político que eso genera.

Algunos juristas alertan de los riesgos de anular los juicios del franquismo. Sin embargo, usted ha señalado que los consejos de guerra fueron "farsas jurídicas". ¿Cómo debería resolverse ese tema entonces?

Mi artículo en el diario El País es sobre historia, para quienes niegan la ilegitimidad y crueldad de esos juicios. La anulación no me corresponde a mí juzgarla, en cuanto a decisión política. Es un tema de educación, de transmitir conocimiento riguroso sobre el pasado, de mirar con libertad y diversidad a la historia.

Foreign Policy dedicó un artículo a Franco en el que destacó que su popularidad aún "vive". ¿Quiénes son sus herederos políticos ? ¿Algún partido se identifica con él?

Hay una razón política muy clara: la derecha española, primero con Alianza Popular y después con el Partido Popular, transitó hacia la democracia, y ahora el PP es un partido democrático, pero nunca aceptó hacer un reconocimiento de los crímenes de la dictadura, siempre salió con el argumento de que eso era mirar al pasado. Y millones de votantes han seguido ese argumento, contrario al conocimiento y a una mirada libre al pasado.

Varios militares españoles han firmado una declaración en defensa de Franco. ¿Qué influencia tiene hoy su figura en las FF.AA.?

Creo que el Ejército español, tras el intento de golpe de Estado de 1981, se alejó, no sin problemas, de sus posiciones intervencionistas que habían dominado la historia de España en los siglos XIX y XX. A partir de ese momento, con la consolidación de la democracia, aceptó, por primera vez en la historia, la subordinación al poder civil. Eso es lo fundamental.

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