Editor de medio independiente cubano tras muerte de Fidel: "Casi todo lo real de este país está por contar"

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José Jasán Nieves (29 años) es editor del medio independiente cubano El Toque. Tras la divulgación de la muerte de Fidel Castro, reflexiona sobre el nuevo escenario político y de medios de comunicación que emerge en la Isla caribeña, y asegura que las nuevas maneras de contar el país generan preocupación en algunos sectores del poder.




¿Cómo te enteraste de la noticia del fallecimiento de Fidel Castro?

Justo en la medianoche, recién empezado el 26 de noviembre, la llamada de un amigo parecía indicarme su interés en felicitarme primero, pues es mi cumpleaños. Pero en lugar de unas felicidades, lo que recibí fue el impacto del anuncio: "pon la televisión, que se murió Fidel". Desde entonces llevo 18 horas ininterrumpidas trabajando, porque ahora es cuando toca hacerlo.

¿Qué impacto tiene el fallecimiento en la sociedad cubana y especialmente en los jóvenes?

Las calles de La Habana, y de todo el país, parecerían no haberse enterado de que nada pasó. Pero si se aguza la vista se notará que hay un aire grave en el país, un recogimiento, muchísima menos actividad que la habitual. Los cubanos, impactados, han decidido plegarse hacia su intimidad para recibir el impacto de esta noticia.

Varias generaciones de personas nacidas antes, pero sobre todo después de 1959 reciben con especial afectación esta noticia. Son aquellos que crecieron viendo a la figura de Fidel Castro como una presencia cotidiana en sus vidas, con largos discursos de más de ocho horas o su opinión decidiendo desde el tipo de pastos que deberían sembrarse hasta la recuperación de un atleta de alto rendimiento.

Ese Fidel "paternal", "cabeza de familia", que trata a todos como sus "hijos", es un patrón para muchos de los que en estas horas asimilan con mayor tristeza la definitiva partida física del "Comandante en Jefe".

Sin embargo, también es notable que un número no despreciable de jóvenes nacidos después del derrumbe del bloque eurosoviético, en plena crisis económica de los noventa, o a fines de la década, la figura de Fidel ya no era tan relevante. En ellos es notable cierta indiferencia al suceso, un alejamiento.

Entre la tristeza y la apatía está La Habana y Cuba, según me cuentan colegas de todo el país. Quizás las emociones se destapen cuando llegue el momento de poder pasar a rendir tributo ante las cenizas o grandes fotos del líder fallecido.

¿Hay incertidumbre en la población?

Expectación cautelosa, le diría yo. En estos días, de innegable tensión, la gente prefiere quedarse en sus casas, no exponerse mucho en la calle a que puedan ser requeridos por una autoridad policial o verse involucrados en algún incidente de protestas de la oposición. Una vez que pasen los 9 días de duelo nacional, ya todo será un poco más claro.

¿Se aceleran los cambios propuestos por Raúl Castro con la partida del líder histórico?

Puede ser una apreciación muy fácil de hacer asumir que en Cuba muchos estaban esperando a que finalmente muriera Fidel Castro para que la reforma económica y la restauración de un capitalismo finalmente ocurrieran. Pero esa es una apreciación errada, pues Castro estaba alejado del poder efectivo hace unos diez años.

No obstante, sería mentira negar que su existencia era una barrera de contención para tomar determinadas medidas de liberalización de la economía y el sistema político. Ahora que no está, tampoco van a aparecer de la noche a la mañana las leyes de estímulos a nuevos tipos de empresas y de nuevos ordenamientos políticos en el país, que tantos demandan que acaben de aparecer.

El ritmo de las reformas lo seguirá determinando, como desde hace diez años, el presidente Raúl Castro. No olvidemos que toda la negociación con los Estados Unidos para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas fueron llevadas a cabo bajo el más estricto secreto, incluso hacia Fidel, por enviados del hermano menor de los Castro.

¿Cómo evolucionará el modelo político cubano sin Fidel?

La evolución del modelo político cubano dependerá más de las nuevas correlaciones de fuerzas que se establezcan dentro del país, que de la influencia del pensamiento fidelista en la estructuración del Estado y el gobierno cubanos. También influirá sobre manera el estado de las relaciones con Estados Unidos, su mejoría o enfriamiento.

La retórica del recién electo presidente Donald Trump inclina a muchos a pensar que dará muchos motivos de fácil uso por los dirigentes de línea dura en el Partido Comunista cubano, que desean un estado de enfrentamiento bilateral continuo a tener que lidiar con un nuevo escenario en el que tendrían que ser más transparentes, ceder cuotas de poder y negociar en lugar de ningunear.

¿Cuál es el estado de la libertad de prensa en Cuba?

En Cuba, con el creciente acceso a internet y a las nuevas tecnologías de la información, que para nosotros incluye memorias USB, smartphones, computadoras, ha ocurrido un interesante fenómeno de ampliación de los márgenes expresivos en la sociedad.

Ya no existe sólo la versión oficial de los medios públicos, todos bajo gestión estatal, ni su contracara de medios opositores, usualmente enfocados en la descalificación del sistema social cubano. Un grupo cada vez más creciente de jóvenes profesionales de la comunicación lanzan sus propios proyectos, ya sea en forma de revistas digitales en la web o en formato PDF para el consumo offline, de casa en casa, de USB en USB.

En este espacio es que ha crecido y se multiplica El Toque, una plataforma transmedia que cuenta historias de jóvenes para jóvenes cubanos. Nosotros buscamos visibilizar experiencias y conflictos de jóvenes que se esfuerzan por transformar su realidad y muchas veces no encuentra apoyo suficiente para sus ideas.

Como parte de esa relativa explosión de nuevos medios que se ha dado en Cuba, los de El Toque también hemos sumado un poco de diversidad a las maneras de contar el país, que ya genera preocupación en algunos sectores del poder.

Esos sectores, vinculados al aparato ideológico del Partido Comunista y la Seguridad del Estado, sienten que van perdiendo la hegemonía sobre la información y los mensajes que se transmiten, y por eso han pasado de una tácita tolerancia hacia los nuevos medios a una actitud de creciente estigmatización y ataques.

En los últimos meses, la temperatura de la polarización vuelve a crecer mediante episodios de despidos de periodistas de medios estatales y de académicos universitarios por colaborar con los nuevos medios. Ha ocurrido incluso que se detenga a equipos de jóvenes periodistas por reportear en una zona de desastre, por supuestamente ir sin un permiso que no hay manera de conseguir. El trasfondo que lo determina todo es la ausencia de leyes de prensa, comunicación o transparencias que permitan realizar periodismo no estatal.

¿Cuáles son las dificultades de intentar hacer periodismo independiente en Cuba?

Hacer periodismo independiente en Cuba, entendido "independiente" como dueño de su propia agenda, no subordinada a intereses partidistas o políticos, es una aventura que entraña riesgos, sobre todo profesionales, ninguno para la integridad física, pero también mucha motivación por colocarse en la vanguardia del cambio y la innovación en el país.

Comparados con otros países del área, nosotros apenas comenzamos a rescatar principios básicos del periodismo, tratando de encontrarle sentido en el contexto de Cuba. Pretender hacerlo con una conexión a internet que cuesta 2 USD por hora, en parques públicos casi sin asientos para sentarse y con la espada de Damocles de la estigmatización laboral pendiendo sobre nuestras cabezas; parece a veces una testarudez o un sacrificio en vano. Pero cuando vemos que contamos las historias más honestas y cercanas a la vida real del país, a la opinión de la gente, todo vuelve otra vez a cobrar sentido.

Oportunidades hay muchas, sobre todo porque casi todo lo real de este país está por contar, y a medida en que crezca el acceso de los cubanos a internet, nosotros estamos mejor preparados para captar su atención que los medios tradicionales embrollados en sus autolimitaciones de esencia.

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