Grupo Pérez Companc prepara expansión regional y mira a Chile

El presidente de Molinos Río de la Plata, Luis Pérez Companc, adelanta que el conglomerado argentino también reevalúa su negocio cárnico en Chile.




LA relación de la familia Pérez Companc con Chile es larga y diversa. Entre los segmentos que han marcado su presencia aquí se cuenta el de la carne (ámbito en el que participa hasta hoy, a través de Friosa) e incursiones en las que ya no está, como helados, con la marca Munchi's, y gastronomía, con el restaurante Raíces.  Los resultados a nivel local no siempre han cumplido con las expectativas de este grupo encabezado por el empresario Gregorio Pérez Companc (ex controlador de la mayor petrolera transandina, Pecom, y dueño de Molinos Río de la Plata), uno de los más importantes de Argentina, con un patrimonio de US$ 1.500 millones, de acuerdo con el último ranking Forbes 2012.

Pese a ello, Chile le sigue pareciendo atractivo, asegura el presidente de Molinos, Luis Pérez Companc. Tanto, que podría ser una parada en la expansión regional que está buscando en la industria alimenticia, lo que incluye también explorar mercados latinoamericanos. Para ello, uno de sus potenciales socios es Empresas Carozzi, de la familia Bofill, con quien tuvo negocios en Argentina, a través de Compañía Alimenticia de Los Andes (Cala), hasta inicios de este año.

Según Pérez Companc, si bien es difícil detectar un nuevo destino y la región es más bien compleja, "hay que encontrar el negocio para ir juntos. El espíritu está", según explica. Un país que ambos han mirado -cuenta- es Colombia, que resulta atractivo para nuevos negocios y donde podrían llegar de manera conjunta. "Lo que hemos compartido y lo que vemos es que las compañías de la región y del mismo sector tenemos que aprovechar las sinergias para crecer. Hay que ver en el futuro, pero creo que está todo como para que podamos hacer algo en conjunto", afirma.

Presente también en el negocio ganadero y dueño de Temaiken, uno de los mayores parques temáticos de América Latina, el grupo tiene su mayor exposición en Argentina. "Todavía no estamos maduros en negocios regionales y en Argentina somos fuertes, el core business nuestro es ahí y de a poco queremos ir saliendo", indica. Las trabas a las importaciones y la serie de restricciones vigentes en este mercado no lo complican. "Estamos acostumbrados a estos vaivenes", replica.

"Argentina tiene mucho potencial, puede hacer mucho en el sector donde estamos, que es el agroalimentario", agrega. Pérez Companc cree que Argentina saldrá adelante y el grupo podrá continuar con sus negocios y seguir creciendo. "Confiamos plenamente en que las cosas irán mejorando y que Argentina tomará el lugar que le corresponde en la región", sostiene.

De paso por Santiago, el ejecutivo afirma que Chile le parece llamativo para ampliar el negocio de la productora de pastas, aceites y harinas Molinos Río de la Plata, su empresa insigne. "Siempre estamos abiertos a hacer algún proyecto aquí", explica. La idea, aclara, no es llegar al país a competir con Carozzi, sino compartir sinergias. "Ellos son muy fuertes en pastas en Chile, pero en Argentina no, y nosotros sí. Hay que ver cómo se pueden complementar las dos compañías, la idea no es entrar en negocios o en países donde ambas compañías estén, no queremos colisionar", subraya. Confidencia que el diálogo entre ambas empresas es permanente. "Con Gonzalo (Bofill) tengo muy buena relación, el management nuestro también comparte distintas visiones o estrategias y compartimos información, así que el diálogo es muy fluido, muy bueno", apunta.

Negocio en estudio


El grupo tiene un pie puesto en Chile a través de Frigorífico O'Higgins (Friosa), procesadora de carne que adquirió en 2006. Su marcha,  no obstante, está lejos de lo planeado originalmente. La firma se ha visto complicada en los últimos años, entre otras variables por la crisis económica de 2008 y un freno a sus exportaciones de carne de cerdo a Asia por la presencia de dioxinas. La compañía enfrentó, además, una reestructuración en 2010, que implicó no sólo cambios en la plana directiva, sino también el cierre de la división de distribución (Transportes Chillán). Este año, además, desechó  la construcción de un frigorífico en Aysén.

Pérez Companc explica que la complicación estuvo en que los mercados resultaron mucho más complejos de lo previsto. "Hubo variables externas que no podíamos manejar y nos afectó mucho el tema del cerdo. (Ahora) tenemos que entender bien para dónde va el negocio y ver si tenemos algo que aportar. Si no, veremos cómo replantearlo", apunta. Lo primero será, dice, "restablecer el equilibrio del frigorífico que ya tenemos".

El siguiente paso será más definitivo. "Después veremos si realmente tiene sentido o no seguir creciendo", explica el ejecutivo. En todo caso, advierte, "Chile nos da la estabilidad que necesita el negocio y será cuestión de ir poniéndole el hombro para sacarlo a futuro".

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