Gustavo Canales, el goleador cábala de la "U"

El delantero, autor del gol del triunfo, ganó todos los torneos que disputó con los azules. Al final, emocionado, no pudo contener las lágrimas.




Minuto 80. La U no puede superar a Unión La Calera y la tensión aumenta. Los jugadores azules lucen nerviosos. Pese a la presión constante, el gol no llega. Todos se recriminan los errores dentro de la cancha, excepto Gustavo Canales, que se ve ensimismado, esperando una oportunidad que, en apariencia, sabe que va a llegar.

La espera no es muy prolongada. Minuto 86 y Carlos Ulloa no duda ni un instante para cobrar una mano dentro del área. Canales fue el único azul que no celebró la sanción del juez. Mientras el Estadio Nacional parecía venirse abajo, el oriundo de General Roca tomó la pelota y comenzó a pensar en la responsabilidad que recaería sobre sus hombros.

La confianza en el nacionalizado chileno era absoluta. Pocos, quzás, tenían dudas de que la pelota terminaría en el fondo del arco. El goleador, en tanto, manos en jarra y mirada fija en el césped, sólo esperaba la indicación del árbitro para rematar.

Minuto 88. el estadio en silencio. No tomó mucha carrera. Quizás porque sabía que esa pelota iba con el impulso de toda la hinchada que, hoy más que nunca, lo idolatra.

Fueron tres pasos y un remate lleno de ilusión. Gol y campeonato. Como en la final del Apertura de 2011. Recién ahí vino el desahogo.

El Mágico corrió con los brazos abiertos hacia el codo suroriente del Estadio Nacional. Mismo lugar donde encontró los brazos de sus compañeros mientras, en Valparaíso, Colo Colo se desmoronaba y la nueva corona estudiantil era una realidad. Él, de paso, consumaba su valor de hombre cábala, puesto que sumó su tercera corona nacional en igual cantidad de torneos con la camiseta azul. Todo un récord.

Tras el gol, Martín Lasarte lo sustituyó por Paulo Magalhaes. Para cerrar el compromiso y para que Canales gozara del cariño de la gente. Que lo ovacionó al salir y coreó largo rato su nombre.

"Sabía que era una tremenda responsabilidad pararme ahí, pero la asumí con orgullo. He jugado cuatro campeonatos con este equipo y los he ganado todos. Eso, creo, resume todo lo que siento y lo identificado que me siento con los colores de este club. No tengo palabras para describir lo que estamos viviendo. Es realmente maravilloso", dijo el delantero con la estrella 17 de la historia laica ya consumada.

Visiblemente emocionado, el ariete añadió, honesto, que "es un tremendo orgullo vestir la camiseta de Universidad de Chile. Fue un campeonato muy apasionante y no podemos olvidarnos de felicitar a Colo Colo y Santiago Wanderers. Ambos equipos, me parece, hicieron una gran campaña y fueron muy dignos rivales durante todo el semestre".

Finalmente, no escondió su satisfacción y proyectó su futuro: "Me siento realmente realizado, pero no me puedo conformar. Siento que aún tengo mucho para entregarle a esta institución y quiero seguir luchando para obtener más cosas. ¿Las lesiones durante el semestre? Quizás, con un poco más de suerte en ese aspecto hubiésemos abrochado mucho antes el torneo", concluyó, mientras la fiesta azul se desataba en todos los rincones del país.

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