Joven que rompió histórica cruz deberá pagar $ 2,6 millones

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Estudiante irrumpió en templo de la Gratitud Nacional, en 2016, y fue declarado culpable de dos delitos.




Este miércoles se dio por cerrada la búsqueda de responsables del ataque a la Iglesia de la Gratitud Nacional, ocurrido en junio de 2016, en medio de una marcha estudiantil efectuada en Santiago, y que derivó en que un grupo de encapuchados sacara a la calle y destruyera la imagen de un Cristo.

El Cuarto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago determinó dos condenas para Bairon Arturo Pilquinao Lorca, de 19 años: 541 días de presidio remitido y una multa de 50 UTM (su valor actual es $46.693), por el daño a un monumento nacional, y 61 días de prisión remitida, más una multa de 6 UTM, por el ultraje a un objeto de culto.

Al poseer una conducta previa "irreprochable", la magistrada Paulina Sariego dictaminó que ambas condenas las cumpla bajo libertad vigilada. También permitió que los $ 2,6 millones a pagar sean desembolsados en 12 cuotas mensuales, al tratarse de un joven estudiante de preuniversitario con una menor a su cargo.

No obstante, el fallo enfatiza que, de no pagarse, la multa se sustituirá por prisión, correspondiendo un día de cárcel por cada tercio de UTM adeudado, con un máximo de seis meses.

De esta forma, Pilquinao se unió a los otros siete detenidos en el caso: cinco menores de edad, quienes recibieron la suspensión condicional del procedimiento, y los adultos Marlos Fuenzalida y Eduardo Gutiérrez, que aceptaron su responsabilidad y culminaron en un juicio abreviado. El primero recibió dos años de cárcel y al segundo se le dieron tres. Ambos también los cumplen en forma remitida, es decir, en libertad.

El fiscal Marcelo Cabrera se mostró conforme con el resultado y enfatizó que esto se logró a partir de una extenso trabajo: "Nos parece que la condena se ajusta a la investigación. Quedamos satisfechos, porque se trató de una indagatoria larga, que se inició el mismo día en que ocurrieron los hechos. Gracias a eso se logró identificar a los responsables".

Una de las inquietudes principales que se anticipaban al juicio, era la disputa con la defensa sobre la consideración de monumento nacional y objeto de culto, respecto del templo y de la imagen religiosa, respectivamente.

Finalmente, el tribunal estimó que la Iglesia, al estar ubicada en zona típica, era un monumento nacional, así como también se resolvió que la cruz destruida correspondía a un objeto de culto.

"Nos satisface enormemente, puesto que eran elementos cuestionados por la defensa. Todo ello lo logramos acreditar con claridad", dijo Cabrera.

Marco Medina, abogado de la parroquia María Auxiliadora, destacó la valoración que hizo el tribunal, dada la connotación histórica del templo, que fue construido en honor a los "Héroes de la Guerra del Pacífico", a fines del siglo XIX, misma época en que habría sido hecha la destruida imagen del Cristo.

"En un principio era poco probable llegar a esta condena. Sobre todo en el caso de Pilquinao, quien fue el primero que sacó a la calle, mostró y luego pateó la imagen", indicó Medina.

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