La maratón de Mónica

ximena

Salió del colegio con promedio 6,9. En la universidad siempre fue matea. En estos 15 años que lleva en TV ha ido ganando terreno y conduce un noticiero que no está sometido a los alardes del rating. Pero ojo, que la de Rincón ha sido una carrera con obstáculos.




3 de diciembre de 2006. Mónica Rincón, 30 años, llega a su trabajo en TVN. Lleva cuatro años conduciendo el noticiero de los días sábado y domingo a la hora de almuerzo. Pero ese día de diciembre le dicen que se vaya a su casa. Pinochet está a punto de morir y una noticia así debe estar en boca de los rostros ancla del canal. Los de la primera división.

10 de diciembre de 2006, 14 horas. Pinochet está estable dentro de su gravedad. Mónica conduce el noticiero hasta que termina. Se apagan las luces del set y ella se queda con los micrófonos puestos. Le dice al camarógafo que antes de ir a almorzar deje la cámara anclada. Por si acaso. Se dirige al switch. Le pregunta al editor si se va a su casa o se queda por si hay algún extra. Suena el teléfono. Se murió Pinochet. Mónica se pone su chaqueta, corre al estudio y es la primera en dar la noticia por la televisión.

12 de octubre de 2016, 11 horas. Mónica está sentada en un café, perfectamente maquillada, con zapatos y vestido de buen diseño. Y cuenta la historia. Mientras habla de ella, se acelera. Es como si esos ojos azules y redondos, enormes, se salieran de su cara. Como si dentro del vestido con flores volviera a sentir la emoción del triunfo. La historia es una manera de decir que su tesón, su paciencia, finalmente le hicieron justicia.

El teléfono le suena varias veces. Y el pájaro azul de Twitter se asoma a cada segundo en su pantalla. Son aplausos y críticas por el editorial que se despachó la noche anterior en CNN Prime, dando la razón a la propuesta de la diputada PC Camila Vallejo, sobre eliminar la mención a Dios en cada apertura de las sesiones legislativas.

"Lo que está en discusión es el valor del laicismo. O sea, esto es entre partidarios o no de un Estado laico. Donde incluso muchos de quienes creemos, pensamos que nuestras creencias particulares, en justicia, no deben ser favorecidas sobre otras", leyó. El texto lo escribió ella un par de horas antes, tras acordar con su compañero de pantalla, Daniel Matamala, y el productor ejecutivo del noticiero, Mario Alcántara, que ése era el tema del día. Cuenta que la mayoría de las veces están de acuerdo, y que es tal su sintonía con Matamala, que no tiene problema en leer un editorial escrito por él. ¿Y para arriba? "Tenemos plena libertad, siempre que haya una separación total entre información y opinión, y seamos completamente fieles a los hechos. No es lo mismo decir procesado que condenado. En eso no nos podemos equivocar".

¿Tú opinas bastante en Twitter también, no te complica?

Es que no opino tanto, y opino sobre lo que me interesa. Te diría que mis temas son inclusión, donde está el tema de la discapacidad y de la mujer; política nacional e internacional.

¿Sientes una menor valoración por ser mujer en tu trabajo?

Siento que he sido afortunada dentro del contexto país porque no me siento discriminada, salvo algunas excepciones. Una vez un entrevistado felicitó a mi compañero por su trabajo y a mí por mi facha. Al aire.

¿Y qué le dijiste?

Que era muy machista el comentario. Creo que muchas veces se hace sin mala intención, porque hay un background cultural que es muy fuerte.

¿Y no sientes una presión constante de tener que "empatar" con Matamala?

No, porque nunca me he sentido discriminada. Si lo sintiera, creo que tendría la necesidad de estar demostrando cada vez más. Pero sí creo que en Chile el trabajo de la mujer es doble, porque dudo que a un gerente de una empresa lo llamen en medio de una reunión para preguntarle si le da colado de manzana o durazno al hijo, y eso sí le pasa a la mayoría de las mujeres. Hay una sobrecarga entre las labores de afuera, que es un espacio que sí ha sido conquistado, y las labores del hogar. Todavía no se comparte, en el mejor de los casos se dice que el marido es muy ayudador, es un buena onda. También creo que en la TV hay una carga mayor sobre el aspecto de las mujeres y sobre la edad. Ahora, las dos barreras se han ido venciendo. A mí me tienen por el trabajo que hago, porque no soy la Naomi Campbell ni por si acaso, pero se fijan más en la ropa de la mujer que en la del hombre, y probablemente a una mujer con algunos kilos de más le va a costar más estar en pantalla que a un hombre.

¿Cuándo dirías que empezó tu consagración en el periodismo?

Una vez escuché a alguien decir que esto no es una carrera de 100 metros planos, sino una maratón. Es un oficio artesanal, que se hace todos los días, con muchos momentos.

La moralina

¿Entrarías a la política, como tus hermanos Ximena y Ricardo?

No. Me gusta para analizarla, pero jamás para ejercerla. No me apasiona, no hay ningún partido que me identifica, me parecen absurdas las órdenes de partido, me complica el tema del financiamiento de la política.

Tú no eres política como tus hermanos, pero tienes mucho poder.

No me siento poderosa. Siento que estoy haciendo mi trabajo, no más. Una periodista haciendo mi pega. Y de lo que sí soy muy consciente es del rol social que tiene este trabajo.

¿Cuál es ese rol?

Tiene varias líneas. Una, es democratizar la información, que es por un lado explicar los temas que son complejos, dar acceso a otras fuentes de información. También cuestionar al poder, correr las barreras de ese cuestionamiento. Y el poder no está sólo en la política, está en todas partes.

¿Pero tiene necesariamente que cuestionar? ¿No basta con informar?

No se trata de que toda noticia incomode a los poderosos, pero si hay un periodismo que nunca, jamás lo hace, hay algo que no está bien. Porque no se trata sólo de informar, sino de entender los por qué detrás de una noticia. Un ejemplo: en el cambio de domicilio de casi medio millón de chilenos o en las muertes del Sename no basta con informar que eso pasó, sino que hay que buscar por qué, quiénes son los responsables, si se pudo evitar o no. Solo así se puede fiscalizar para tratar de que los responsables en diferentes hechos asuman sus responsabilidades políticas, administrativas o incluso penales. Solo así se puede ser un aporte en tratar de que los errores no se repitan. Y eso inevitablemente incomoda, no a todos, pero a muchos poderosos. Se ha visto claramente con los casos de financiamiento ilegal de la política. No creo que hubieran avanzado sin una opinión pública vigilante y para eso la prensa debe estar ahí para cuestionar al poder.

¿Y en el poder de los medios, qué cuestionarías tú?

Que no haya más cobertura internacional, que la discapacidad no tenga espacio, y no se me ocurre nadie que tenga menos voz que los discapacitados. También la falta de cobertura de las regiones. En general, la invisibilización de hartos temas.

Uno de los cuestionamientos del último tiempo fue el que hizo Matías Rivas a los periodistas "reyes de la moralina", entre los que apuntaba a Matamala.

Creo que es válido que él de su opinión, lo que me parece paradójico es que cuestione a otro porque está haciendo el mismo ejercicio: dar su opinión. ¿Por qué no es más moralina lo que él está haciendo?

Él también iba a que la vida está llena de matices. Tener opiniones tan radicales es muy difícil. Y costoso, pienso.

Creo que una de las gracias que tienen nuestras editoriales es que tienen matices.

Pero tú también tuiteas opiniones.

No me parecen tan radicales, y no me siento para nada poseedora de la verdad.

No es periodismo justiciero, entonces.

¿Justiciero? Periodismo, nomás.

¿Te tocó trabajar con Alejandro Guillier?

Sí, en 24 H, teníamos oficina juntos. Le debo un par de kilos porque a él le traían muchas galletas. Es muy simpático, amable.

¿Crees que tiene posibilidades presidenciales?

Creo que mientras más avance la posibilidad de que haya un candidato único PS-PPD, más posibilidad de que la DC tenga de candidato a Guillier junto con el PR. Me parece mucho más interesante que vayan varios candidatos a las primarias, en todos los sectores. Como candidato tiene carisma, pero más allá de eso, me interesa saber qué ideas tiene.

Va a tener que hablar sobre la cámara oculta que le puso al juez Calvo para el caso Spiniak.

Sí, claro, es una de las cosas que tendrá que responder. También sobre haber sido vocero de las isapres, sobre cuán del PR van a ser sus equipos e ideas, etc., y me parece interesante que no haya ninguna solidaridad de gremio porque todas las preguntas están en el aire. Creo que él tiene el mismo derecho que cualquier persona de presentarse. Hay muchos presidentes cuyo primer cargo ha sido ser Presidente, y él ya fue senador. No creo que el que se ha dedicado 40 años a la política tiene más derecho a postular, o tampoco descalificarlo porque lleva demasiado tiempo. Hay que medir a cada uno por sus ideas, por sus actuar.

La prueba

¿Por qué la Presidenta no les da entrevista?

No sé, nunca nos ha dado en este segundo mandato. Sólo ella sabe por qué.

¿Y qué te dice tu hermana Ximena, ministra del Trabajo?

No reporteo ni con la familia ni con los amigos. Esa es la regla de oro.

¿En serio? Difícil aguantarse.

Es que con qué moral después voy a criticar a un empresario que gana dinero a través de información privilegiada, si yo estoy haciendo uso de acceso privilegiado a la fuente. Además, no lo necesito. He construido mi carrera con mi trabajo y tengo hartas fuentes.

¿Cuánto te influyen profesionalmente las actuaciones de tus hermanos? Imagino que con Ximena estás acostumbrada, pero el caso de Ricardo tiene que haber sido muy difícil, acusado de pegarle a la ex mujer.

Lo que puedo decir es que no me influye en nada profesionalmente. No reporteo con la familia y tampoco nunca los voy a entrevistar. No me limitan en absoluto para dar mi opinión sobre las políticas del gobierno, ni de Chile Vamos, ni de los sacerdotes. No es tema.

Pero este caso era especial, porque se trata además de algo tan fuerte como la violencia intrafamiliar.

Es en los momentos difíciles donde pruebas si crees en lo que dices creer. Y ahí me remito a lo que dije en el noticiero: lo único relevante en ese caso no es lo que yo piense, sino que la información sea entregada con independencia y sin ningún tipo de privilegios. El resto de lo difícil que puede ser queda para la privacidad de mi familia y mía.

UN ABORTO NAZI Y RETRÓGRADO

Tres años han pasado desde la muerte de Clara, su hija que nació con síndrome de Down. Mónica no habla de eso. Lo deja puertas adentro, con su marido y su hijo. Lo que sí cuenta es el compromiso que tomó en la lucha por los discapacitados. "Siempre pensé, y ahora con más fuerza, que hay que dar voz a los que no la tienen, y la gente con discapacidad es la que menos tiene. Cuando tienes en tu familia a alguien con discapacidad es un regalo, pero es un regalo que te compromete para siempre porque la cancha es extremadamente dispareja.

Creo que en Chile tenemos una fractura social muy fuerte, y si lo llevas al mundo de la discapacidad, es una herida lacerante. Yo celebro que se haya enviado un proyecto que propone cuotas, y espero que todos los parlamentarios lo apoyen. Porque el derecho al trabajo, a la salud, a la educación, no son favores que tenga que hacerles la sociedad a los discapacitados, sino que son derechos humanos que se están violando todos los días.

También se propone derogar una ley vergonzosa: a los únicos a los que les puedes pagar menos del sueldo mínimo es a quienes tienen discapacidad mental".

-¿Qué opinas sobre el aborto?

-Me parece bien el proyecto que se está proponiendo, en las tres causales. Es riesgo de la vida de la madre, inviabilidad fetal -que no tiene naada que ver con discapacidad- y violación, y no quiero que esté ni siquiera potencialmente tras las rejas una mujer que aborta en estas tres condiciones.

-¿Y el aborto libre?

-Estoy en proceso de formación sobre mi opinión. Lo que sí sé es que el peor proyecto sobre aborto es el eugenésico, en que sólo se puede decidir en caso de que venga con alguna discapacidad y eso me parece nazi. Ahí no estamos hablando del derecho a decidir, sino que habría vidas de primera y segunda categoría. Y eso es muy retrógrado. Me acuerdo que una vez el senador Girardi propuso un proyecto de aborto eugenésico, y le dije que me parecía profundamente antiprogresista esta categorización de vida. Él decía que era un paso más, yo le decía que era un paso para atrás. Es un paso discriminador.

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