Jaime Silva: “Las personas con baja autoestima tienen mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud mental, y los jóvenes se ven especialmente afectados”

Jaime Silva: “Las personas con baja autoestima tienen mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud mental, y los jóvenes se ven especialmente afectados”

El psicólogo y director del Instituto de Bienestar Socioemocional (IBEM) de la UDD indicó que “la principal alerta de que un joven podría estar experimentando un problema de salud mental son los cambios en sus relaciones. Una ruptura, una discusión o un conflicto pueden indicar una dificultad emocional”.


—De acuerdo con el informe del Diagnóstico Integral de Aprendizajes (DIA) entregado por el Mineduc en 2021, el 70% de los niños y adolescentes tiene dificultades para expresar sus emociones. ¿Cuáles cree usted que son las principales causas?

—Para poder expresar las emociones, también es necesario comprenderlas, ya que cuando uno siente una emoción, generalmente necesita algo. Por ejemplo, si a una persona le falta algo, experimenta una emoción displacentera, mientras que si alcanza algo que necesitaba, experimenta una emoción placentera. Por lo tanto, la principal causa de las dificultades que enfrentan las personas al manejar y expresar sus emociones radica en la falta de comprensión de lo que les sucede. Otra causa es la falta de lectura, ya que cuando las personas leen poco, tienen una comprensión limitada del mundo interno de los demás y, por ende, les resulta difícil expresar sus emociones, especialmente durante la etapa escolar. A medida que los niños desarrollan sus habilidades de lectoescritura, también desarrollan su capacidad de comprensión.

—Los jóvenes están más propensos a tener algún bajón, baja autoestima o de frentón algún problema en materia de salud mental. ¿Por qué?

—La autoestima es una variable psicológica que se relaciona con la valoración que una persona tiene sobre sí misma, sus relaciones y sus acciones en el mundo. Las personas con baja autoestima tienen mayor probabilidad de desarrollar problemas de salud mental, y los jóvenes se ven especialmente afectados, debido a que la autoestima se va desarrollando junto con las capacidades de reflexión de una persona, conocidas como funciones ejecutivas. Durante la adolescencia, las personas experimentan un aumento en estas capacidades y adquieren una visión más compleja del mundo, lo que las lleva a enfrentarse a desafíos más altos. En este periodo, la autoestima debe enfrentarse a mayores desafíos para estabilizarse.

—¿Por qué es importante que las personas sepan cómo expresar y regular sus emociones?

—La expresión y regulación emocional son aspectos clave de la salud mental. La capacidad de regular las emociones refleja la habilidad de una persona para enfrentar las dificultades y estrés. Las emociones ayudan a las personas a navegar en la vida diaria, incluyendo las dificultades y los desafíos, por ejemplo, si una persona tiene que realizar una prueba al día siguiente, es probable que experimente ansiedad, lo que puede convertirse en el temor de que le vaya mal. Como consecuencia, esa persona se prepara. Sin embargo, si las emociones se vuelven muy intensas y la persona no las regula, se convierten en un problema. Por ejemplo, si decide no asistir a la prueba debido a la ansiedad, la misma emoción, si no es manejada, se convierte en una dificultad y un problema. Por ello, es muy importante que las personas desarrollen una buena alfabetización emocional, ya que les permitirá utilizar sus emociones de manera estratégica y no sentirse controladas por estas.

—¿Cuáles son las alertas que un joven debe tener para no caer en una depresión o en una enfermedad de salud mental mayor? ¿Y cómo puede prevenirlas?

—La mejor forma de prevenir problemas de salud mental es mediante buenas relaciones interpersonales. Sentirse conectado con familiares, amigos o compañeros es fundamental, ya que cuando las personas mantienen relaciones significativas y gratificantes, la probabilidad de desarrollar trastornos de salud mental es mucho más baja. Por otro lado, la principal alerta de que un joven podría estar experimentando un problema de salud mental son los cambios en sus relaciones. Una ruptura, una discusión o un conflicto pueden indicar una dificultad emocional. Este problema se hace evidente cuando la persona ya no puede funcionar bien en su vida diaria, ya sea en el trabajo, los estudios o a la hora de relacionarse. Para prevenirlo, el deporte puede ser un buen aliado, debido a que cualquier actividad que implique movimiento estimula y genera sensaciones positivas en la persona.

—¿A qué señales deben estar atentos los familiares y amigos, de un joven que pueda estar pasando por un mal momento en materia de salud mental?

—Uno de los indicadores más importantes es que las personas que tienen problemas de salud mental tienden a aislarse. Por lo tanto, la principal alerta en la que hay que fijarse es si la persona ha experimentado un cambio drástico en su comportamiento y ha comenzado a alejarse de sus familiares y amigos. Estos cambios suelen ser evidentes en el ámbito de las relaciones, y los cambios abruptos o intensos generalmente están vinculados con este tipo de problemas.

—¿Qué medidas se deberían implementar para ayudar a la población, especialmente a los más jóvenes, a expresar sus emociones?

—Para generar cambios, lo principal es lograr que la población tenga una buena alfabetización emocional. En general, mientras mejor conozcan su mundo emocional, mejor van a expresar sus emociones. Por eso, es necesario hacer muchos esfuerzos en educación. Mejorar la educación emocional de manera decidida y sistemática es clave para alcanzar bienestar y habilidades emocionales como sociedad.

—Según un estudio de la Universidad de Chile, revelado en 2023, la prevalencia de trastornos de salud mental en universitarios en primer año, tales como síntomas ansiosos y depresivos, podría llegar a un 50%. ¿A qué relaciona esto?

—Vivimos tiempos difíciles, pues los problemas de salud mental parecen ser bastante prevalentes, sin embargo, también enfrentamos problemas socioculturales respecto de qué se entiende por un trastorno de salud mental. Las clasificaciones de ansiedad o depresión a menudo incluyen entre sus preguntas cambios en la afectividad, que son experiencias comunes para muchas personas. Por ejemplo, si se le pregunta a la población general si ha sentido tristeza en las últimas dos semanas, es probable que la mayoría responda que sí, ya que todos experimentamos emociones con regularidad y, por ende, se tiende a sobrediagnosticar este tipo de problemas. Actualmente, a un joven le resulta más fácil decir “tengo depresión” que “tengo tristeza”, lo que indica una falta de conocimiento emocional que se traduce en una necesidad y demanda de atención debido a esta falta de comprensión. Por otro lado, vivimos en una sociedad que enfatiza mucho la felicidad como resultado final de la vida, lo que genera un contexto denominado ‘tiranía de la felicidad’, es decir, la obligación a estar siempre feliz. Es importante reconocer que la ansiedad y la tristeza son emociones que siempre están presentes en nuestro día a día y debemos tratar de comprenderlas para llevarlas de la mejor manera.

—¿Cuáles son algunas de las estrategias efectivas que los estudiantes universitarios pueden emplear para manejar el estrés y la ansiedad asociados con la exigencia y presión académica?

—Principalmente, hay cuatro estrategias efectivas para disminuir el estrés. Mejorar las relaciones interpersonales, dejar espacios para conectar con el aquí y ahora para poder disfrutar la vida, aumentar el nivel de autoconocimiento, ya que si me conozco puedo tener mayor alfabetización emocional, y por último, desarrollar un proyecto o tener un propósito en la vida que permita orientarla y también moverse estratégicamente, no sólo centrado en las necesidades del día a día, sino también en ciertos objetivos. Cuando las personas combinan esas cosas logran manejar su vida afectiva y reducir síntomas psicológicos.

—¿Cuál debería ser el rol de un profesor en esta materia o cómo pueden ayudar a tener alumnos con más autoestima, más enfocados, y más bienestar?

—Un profesor debe, en primer lugar, promover contextos nutritivos y respetuosos que fomenten la colaboración, la contención emocional y relaciones saludables. Además, es fundamental que cuente con un programa de formación que incluya, entre otras cosas, la alfabetización emocional. Por otro lado, todo profesor, como cualquier persona que trabaja con personas, debe cuidar su bienestar psicológico. Si, por ejemplo, una persona que trabaja con niños no tiene bienestar psicológico, no podrá trabajar bien con ellos. No se trata sólo de realizar actividades con los alumnos, sino también de que el profesor trabaje consigo mismo.

—Muchas veces en redes sociales se muestra una “vida perfecta”, pero en la vida real es muy distinto. ¿Qué impacto puede tener eso en la vida de una persona?

—A través de las redes sociales, se suele mostrar que la felicidad es el estado continuo de la vida, pero esto no es cierto. La vida tiene momentos felices, pero también desafíos y dificultades, y una representación incorrecta puede influir en la percepción del mundo y de la vida cotidiana de las personas. Alguien sensible podría sentir que no encaja en la norma, al comparar su vida con estas representaciones de pura felicidad en las redes sociales.

—¿Cómo sé si tengo alguna adicción al uso del celular o las redes sociales, y qué puedo hacer si lo tengo?

—La adicción está relacionada con la salud mental, ya que cuando una persona desarrolla una conducta adictiva, esta comienza a dominar su vida. La persona deja de realizar sus actividades cotidianas, experimenta problemas en el trabajo, los estudios y en sus relaciones. Además, tiende a aislarse socialmente. Cuanto más afectada se vea su vida cotidiana, más se podría catalogar como una adicción.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.