Los episodios de dopaje más polémicos en la historia del deporte chileno

El positivo de Carlos Oyarzun en Toronto 2015 se agrega a una lista de deportistas nacionales que se han enfrentado a esta controversia.




Carlos Oyarzun arriesga una sanción que iría desde los cuatro años por el positivo que dio en un examen antidoping en los Juegos Panamericanos. Una situación que golpea profundo en el Team Chile y que marca la nota negativa con respecto a lo conseguido por la delegación nacional que compite en Toronto 2015.

Sin embargo, y aunque se está a la espera de lo que arroje la muestra B que confirme la violación, el del ciclista es sólo el último episodio en donde el deporte chileno se ha manchado por este tipo de percances.

En 2011, y tras ganar la Vuelta a Chile, el curicano Marco Arriagada dio positivo por estanozolol, una sustancia anabolizante. Fue castigado con cuatro años de suspensión.

Cuatro años antes, en 2007, las malas noticias fueron para la patinadora Carolina Santibáñez, quien dio positivo en un control por consumo de salbutamol a meses del Panamericano de Río de Janeiro. Sin embargo, y como la notificación fue tardía, la deportista pudo ser inscrita para competir en dichos juegos, en donde logró plata. Al final, se comprobó que ella tomó la sustancia por una bronquitis usando receta médica y fue absuelta de todo cargo.

Mucho más atrás se encuentra el registro de Fernando Vera. El atleta conocido como el Lobo fue descalificado en los Juegos Panamericanos de 1983 en Caracas, por consumo de anabólicos mientras competía en los cuatro mil metros. Al menos, Vera encontró redención cuatro años después, al lograr adjudicarse la Vuelta Chile.

Por su parte, en 2002 la arquera Denisse Van Lamoen dio positivo por etilanfetamina, por lo que fue suspendida por un año en junio de 2003 y perdió, además, las siete medallas que consiguió en los Odesur del 2002 en Brasil, entre las que contaba con seis preseas de oro y una de plata. Al igual que Vera, no permitió que el caso acabara con su carrera, y la ariqueña continuó consiguiendo logros en la disciplina y colgándose nuevas medallas en representación de Chile.

Dos episodios similares vivieron los ciclistas Luis Mansilla y Paola Muñoz, con una distancia de dos años en el tiempo. En 2012, y mientras competía en la Vuelta a Chile, el natalino fue notificado por la presencia de eritropoyetina en su sangre, según lo arrojado por un examen preliminar. Algo parecido vivió la pedalera, luego de su destacada presencia en los Odesur del 2014, aunque, en su caso, por otra sustancia: octopamina. Sin embargo, los dos ciclistas terminaron absueltos una vez llegada la contramuestra y no sufrieron consecuencias además del mal rato vivido.

EL FÚTBOL TAMBIÉN APORTA

El último caso de doping en el fútbol chileno es el que involucró a Roberto Cereceda: dio positivo por cocaína tras el partido entre Universitario de Sucre y Colo Colo, disputado el 17 de agosto de 2010, por la Copa Sudamericana. Ello le costó seis meses de suspensión al futbolista, que explicó que todo partió con el consumo de té de coca.

Una historia similar fue la de Nicolás Peric: el mismo día en que el arquero convirtió un gol defendiendo a Universidad de Concepción, un control delató presencia de cocaína en su cuerpo. Y al igual que Cereceda, atribuyó el origen al consumo de té de coca. Fue castigado por seis meses.

Más atrás, en 1999 fue sorprendido Juan Carreño por consumo de cocaína. Y a mediados de esa década, la misma sustancia fue detectada en futbolistas como Pedro Monzón, Francisco Hörmann y Jaime Bahamondes, entre otros. Todos los anteriores, algunos ejemplos de la "pelota manchada".

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