Manuel Arriagada: "A esta UC hay que ponerle más corazón"

El histórico defensor no se olvida de Universidad Católica. Confía en el trabajo de Mario Salas, pero cree que al equipo le falta jerarquía.




Manuel Arriagada es historia viva. Defensor de la Universidad Católica que obtuvo el título nacional en 1949 -el primero de los 10 de la historia cruzada-, Pichanga, como lo bautizó el técnico Alberto Buccicardi,  por su capacidad para jugar en cualquier posición, no olvida al club de sus amores.

Con una lucidez admirable para sus 91 años, Arriagada comenta junto a La Tercera el presente del equipo de Mario Salas, que tiene la primera opción de quedarse con la corona del Clausura y sumar así su undécima estrella, esquiva desde 2010 y que, en las últimas temporadas, ha adquirido ribetes traumáticos para los precordilleranos.

¿Sigue regularmente las campapañas de Universidad Católica?

Sí, siempre veo los partidos. La UC es mi equipo de toda la vida. Esta campaña la he seguido completa. De un tiempo a esta parte, eso sí, sólo veo partidos por televisión. A pesar de que tengo entradas gratis en San Carlos de Apoquindo... No es por una cuestión de gastos. Es porque me queda un poco lejos el estadio. Antes iba más, porque había un grupo que nos juntábamos. (Fernando) Roldán,  (Andrés) Prieto... Nos pasábamos a buscar e íbamos todos juntos. Ahora es más complejo. Roldán ya no está... está en una casa de reposo... Prieto ya no sale. Estoy quedando yo no más. Somos los tres que quedamos de ese mítico equipazo.

¿Y cuál es su análisis de esta UC que está peleando el título?

He visto al equipo un poco irregular. En algunos partidos no ha jugado muy bien, pero ha ganado y obtenido buenos resultados como para estar peleando en la parte alta. Al final, es lo más importante. No veo a este equipo, sin embargo, a la altura de otros grandes planteles que ha tenido la Católica. Es un buen equipo, dentro de lo que hay.

¿Qué opinión le merece el trabajo de Salas como técnico?

Considero que el trabajo de Mario Salas ha sido bueno en muchos aspectos. Ha sido positivo porque, entre otras cosas, le dio una identidad de juego al equipo. Se puede ganar o perder, pero se sabe perfectamente bien a qué juega la UC.

¿Tiene alguna explicación de por qué no se ha podido lograr un título durante los últimos años, pese a estar tan cerca?

Como decía, esta Universidad Católica es un buen equipo, pero le ha faltado siempre dar un paso. Eso es porque, pese a jugar bien, no es un conjunto que logre marcar diferencias sobre los demás. No establece superioridad. Y se ha visto más en este campeonato, particularmente. Cualquiera de los que tiene opciones, por como se ha dado todo, puede quedarse con el título. Está todo muy parejo. Habrá que ver quién aprovecha mejor las oportunidades que se le presenten. Podría, incluso, intervenir la suerte en la definición. La Católica siempre es una gran institución y está peleando el título con la misma obligación que tiene la Universidad de Chile o Colo Colo. Ojalá que se le pueda dar.

¿Cuáles son los cambios a nivel institucional respecto de la época en que usted jugó?

Todo ha ido cambiando. Antiguamente el club pertenecía a la universidad y eso le daba un ambiente, por así decirlo, más amateur. Eran otras las motivaciones. Ahora todo es totalmente profesional. Hoy en día es una empresa y por ende es el dinero lo que está primero. Eso inevitablemente cambia la percepción de las cosas, pero siempre el fútbol es positivo; habiendo fútbol la vida es mejor. Insisto, ahora todo lo mueve el dinero. Antes uno defendía la camiseta porque te gustaba el club y eras hincha. Hoy hay hinchas también, pero en general no es así. El club, hoy en día, no te llena en todo sentido.

¿Cuál ha sido la principal falencia de la UC en los últimos años?

A este equipo le falta jerarquía. Se ve como un equipo incompleto. Para ser campeón se necesita mucha mayor solidez que la que ha mostrado esta Católica. En todas sus líneas. Hay jugadores que destacan por sobre otros, pero la base debiera ser mucho mejor y más sólida para aspirar a objetivos más grandes.

¿En qué sentido?

En el de los jugadores. El equipo debiera ser más completo. Los buenos jugadores necesitan de buenos compañeros: si no te pasan bien una pelota, es imposible que la figura, sea quién sea, pueda hacer algo más. Este equipo tiene lagunas en varios sectores y no me atrevo a nombrar a nadie, pero me parece que es evidente.

¿Y qué consejo se le puede dar a este plantel para la recta final?

Más allá de mantener la regularidad que han tenido la mayor parte del torneo y seguir siendo buenos jugadores, porque es innegable que lo son, lo que les diría es que (golpéandose el pecho) hay que ponerle más corazón, más fuerza. Que es muy importante. A este equipo ya le ha quedado claro que con la calidad no siempre alcanza. Hay que poner algo más.

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