O'Higgins gana en la agonía y se mete en la pelea

O'Higgins, Palestino
Foto: Agencia Uno

En El Teniente, los locales perdían 0-2, con una espectacular arremetida final, y terminando el duelo con diez jugadores, se impusieron por 3-2 a Palestino.




Parecía que Palestino se prendía en la lucha por el título. Los de Nicolás Córdova dominaban y superaban con comodidad a O'Higgins que, aunque había generado peligro, no había tenido nunca claridad frente al arco. Era triunfo 2-0. Claro y justificado. Con un Leonardo Valencia inspirado. Capaz de comandar cada carga ofensiva de un equipo que cree y confía en sus herramientas y capacidades.

Los tricolores dominaron gran parte del partido. Dueños de la pelota, se instalaron en campo contrario con gran volumen ofensivo. O'Higgins, por lo mismo, se vio obligado al repliegue, y a buscar desde el orden y la velocidad intentar desnivelar el marcador.

Pese al control que ejerció el visitante, las mejores ocasiones corrieron por cuenta de los celestes. Con Lezcano e Insaurralde haciendo gran desgaste, y desestabilizando a la zaga del equipo de colonia, pero sin claridad, ni ideas, ni buena fortuna.

Palestino, en tanto, tuvo el mérito de mantener el orden y ser fiel a su propuesta. Y también la fortuna de tener a Valencia. El ex Universidad deChile se instaló en el sector izquierdo y, desde ahí, se había convertido en la figura del encuentro. Sus diagonales se volvieron una constante. Y aunque predecible, fue imparable.

Los últimos 10 minutos del partido, sin embargo, tendrían otra historia que contar. O'Higgins, con el orgullo herido tras ir en desventaja, supo despertar para encontrar, en la agonía, la posibilidad de seguir vivo en la lucha por el título.

Calandria, de penal, e Insaurralde por dos. Los principales artífices de un triunfo lleno de épica y amor propio. Los celestes aprovecharon la merma física árabe, que sobre el final bajó su intensidad de manera notable, evidenciando todo el desgaste del encuentro ante San Lorenzo de la semana pasada. O'Higgins y Rancagua sufren, pero espabilan a tiempo. Con empuje y gallardía, los celestes siguen siendo candidatos.

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