Policía noruega confirma que Breivik hizo dos llamadas para rendirse desde Utoya

El autor de la masacre de julio pasado, se presentó en el primer contacto telefónico como "comandante Anders Behring Breivik del movimiento de resistencia anticomunista noruego".




La Policía noruega confirmó hoy que mantuvo dos conversaciones telefónicas con el autor de las masacres en Oslo y Utoya, Anders Behring Breivik, antes de ser capturado y que las dos veces pidió entregarse.

En las dos llamadas, que se produjeron con un intervalo de casi media hora, fue Breivik el que cortó, y aunque luego un agente intentó llamarlo de nuevo, no tuvo éxito, declaró hoy Sissel Hammer, comisaria del distrito del norte de Buskerud.

Breivik aseguró en los interrogatorios que había llamado desde el celular de una de las víctimas una decena de veces a la Policía y que en dos casos logró comunicarse, mostrando su deseo de rendirse, pero que como supuestamente no recibió una llamada que confirmara que su mensaje había sido recibido, decidió continuar disparando.

La Policía noruega había admitido hasta ahora la existencia de la segunda llamada al distrito del sur de Buskerud, pero no la de la primera, que fue recibida en otro, el del norte de Buskerud.

Además de confirmar las dos conversaciones, la Policía comunicó su contenido, después de que abogados de víctimas y supervivientes de la matanza en el campamento de las Juventudes Laboristas en Utoya habían pedido por vía judicial su difusión.

En la primera llamada, el fundamentalista cristiano se presentó como "comandante Anders Behring Breivik del movimiento de resistencia anticomunista noruego", dijo que estaba en Utoya y que quería entregarse.

Después de que Breivik aclarara al agente que llamaba desde el teléfono de otra persona, éste le volvió a preguntar por su nombre y ahí la conversación se cortó, de acuerdo con el registro policial.

En la segunda llamada, dio su nombre completo, se presentó como comandante del movimiento de resistencia antiislamista y miembro de los templarios europeos y luego pidió ser entregado a las fuerzas especiales porque consideraba acabada su misión.

La conversación finaliza con un malentendido: Breivik pide al agente al mando que le llame a ese teléfono cuando las fuerzas especiales hayan recibido el mensaje de rendición y se despide, mientras éste le pregunta por el número de teléfono de su móvil.

Breivik fue detenido, sólo un minuto después de la llamada, aunque la Policía reconoció que podría haber pequeñas diferencias entre la hora que figura en el registro y la real.

La Policía noruega aprovechó para hacer un repaso cronológico de su actuación para dar algunas "respuestas provisionales" a víctimas y supervivientes, con el fin de que tengan "una imagen más clara de lo ocurrido", dijo su director, Oystein Mæland.

Así se supo que los agentes intentaron usar lanchas particulares que había en tierra para ir a la isla, pero que no pudieron usarlas porque no pudieron arrancar el motor y sus dueños tampoco estaban, de ahí que tuvieran que esperar a la llegada de un bote propio.

El jefe de las tropas de emergencia, Anders Snortheimsmoen, reveló que se recibieron informaciones confusas, como que había cinco tiradores y explosivos, lo que dificultó el trabajo.

La magnitud de los atentados y el hecho de que toda la atención estuviera centrada inicialmente en la explosión del auto bomba en el centro de Oslo y no en Utoya fueron otros aspectos apuntados por la Policía noruega, que afrontó "una operación sin igual en nuestra historia", en palabras de su máximo responsable.

Mæland resaltó que las informaciones facilitadas son una primera evaluación y que hasta marzo de 2012 no estará listo el informe, que será remitido a la comisión de investigación, aunque en septiembre se difundirán algunas partes y las conclusiones provisionales.

En el atentado del pasado día 22 murieron 77 personas, ocho de ellas por la explosión de un auto bomba en el complejo gubernamental de Oslo y las otras 69 en el tiroteo en Utoya.

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