Rey Felipe VI en discurso de Nochebuena: "Debemos cortar de raíz la corrupción"

Además, el monarca español centró su mensaje navideño en los problemas que más preocupan a los españoles: la regeneración democrática y el desempleo.




Felipe VI instó hoy a cortar la corrupción en España "de raíz y sin contemplaciones" en su primer mensaje de Nochebuena como rey, uno de sus momentos más difíciles desde que accedió al trono tras el reciente procesamiento por un presunto delito fiscal de una de sus hermanas, la infanta Cristina.

"La lucha contra la corrupción es un objetivo irrenunciable", dijo sin alusiones directas al caso de corrupción que golpea a la familia real española desde hace más de tres años, en el marco del cual la hermana del rey y su marido, Iñaki Urdangarin, se sentarán en el banquillo de los acusados, según se supo hace dos días.

Aunque distinto en el tono y las formas, el contenido recordó a las ya famosas palabras que su padre, el rey Juan Carlos, lanzó en el discurso navideño de 2011, cuando su yerno fue imputado: "La Justicia es igual para todos". 

En esta ocasión, el nuevo monarca, de 46 años, centró el mensaje de Nochebuena, el único que no escribe el gobierno, en los problemas que más preocupan a los españoles: la regeneración democrática y el desempleo. 

En medio de la ola de corrupción que salpica a las instituciones españolas, de la que no se ha librado la casa real, Felipe VI hizo un alegato a favor de "la honestidad" de los "servidores públicos".

"Las conductas que se alejan del comportamiento que cabe esperar de un servidor público, provocan, con toda razón, indignación y desencanto", dijo en un guiño al descontento social en España, que se ha traducido en el auge de fuerzas políticas como Podemos, a la que las encuestas sitúan ya entre los partidos más votados. 

El 19 de junio, en su primer discurso tras su proclamación como rey, Felipe VI anunció un tiempo nuevo en la monarquía española, muy deteriorada en los últimos años de Juan Carlos, y reclamó la ejemplaridad y la honestidad en la vida pública.

El procesamiento de su hermana ensombrece sus promesas y las medidas que puso en marcha durante sus seis primeros meses de reinado, pero su mensaje hoy fue optimista.

"Regenerar nuestra vida política, recuperar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones, garantizar nuestro Estado del bienestar y preservar nuestra unidad desde la pluralidad son nuestros grandes retos. No son tareas sencillas. No son retos fáciles. Pero los vamos a superar", dijo.

Sobre la crisis que asuela a España desde 2008, el monarca reconoció mejoría en los datos macroeconómicos, pero se alejó del discurso eufórico del gobierno de Mariano Rajoy, quien hace unos días la dio por finalizada.

"Nuestra economía no ha sido capaz, todavía, de resolver de manera definitiva este desequilibrio fundamental", expresó el rey, reconociendo que los datos de desempleo, con una tasa que supera el 23 por ciento, "son inaceptables". 

También se refirió directamente al desafío independentista de Cataluña, región del noreste de España cuyo gobierno impulsó el 9 de noviembre una consulta soberanista simbólica, y que el rey visitó en tres ocasiones desde que accedió al trono. 

"Los desencuentros no se resuelven con rupturas emocionales o sentimentales", dijo, instando a "todos" a hacer un "esfuerzo" para superar las tensiones en el marco del respeto a la Constitución.

El de hoy es el primer mensaje de Nochebuena que Felipe VI envía a los españoles a través del televisor, una tradición que sentó su padre, Juan Carlos, y que repitió cada 24 de diciembre durante 38 años.

Emitido por todas las televisiones públicas del país excepto por la vasca ETB, el mensaje fue grabado en una sala del Palacio de la Zarzuela, residencia de la familia real, y no en el despacho oficial del rey, desde donde solía lanzarlo Juan Carlos.

El formato también fue distinto. En un plano con una estética más moderna y sencilla, el rey habló a cámara sentado en una silla de madera junto a la cual se podían ver dos fotografías: una del monarca junto a su esposa, la reina Letizia, tomada durante un vuelo, y otra en la que el matrimonio posaba junto a sus dos hijas, de 9 y 7 años.

En otra mesa más alejada, junto al tradicional Belén, lucía una imagen del monarca con el rey Juan Carlos y con su madre, la reina Sofía.

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