Calles sin alcohol y algo más



SEÑOR DIRECTOR:

A propósito de la carta del director de Educleta Andrés Santelices, publicada recientemente, sobre la necesidad de una política para tener calles sin alcohol, nos parece fundamental relevar otra arista tan importante como la mencionada: la prevención.

Y es que, si queremos generar un cambio real, nos parece prioritario llegar antes y evaluar qué está pasando en nuestra sociedad con la baja o casi inexistente percepción de riesgo en el consumo de alcohol.

De hecho, hace solo unos días, Aprocor junto a Cadem dieron a conocer un estudio sobre la percepción del consumo de alcohol en Fiestas Patrias, donde se indicaba que uno de cada tres chilenos considera “socialmente aceptable” manejar bajo los efectos del alcohol; peor aún, cuatro de cada cinco personas encuestadas señalaban que la ingesta de alcohol aumentaría en los menores de 18 años. Cifras demoledoras que grafican la normalización social del consumo de bebidas alcohólicas en nuestro país, no solo en adultos, sino que lamentablemente también en nuestros niños, niñas y adolescentes.

Esto no puede ser y, si bien las políticas públicas deben poner el foco en una Agenda Temprana de Prevención Social, que aborde los factores de riesgo y protectores que están presentes en los entornos que rodean a nuestros menores de edad en su desarrollo (pares, familia, escuela, comunidad), hay un rol que, como adultos responsables, no puede ser sustituido por nadie: la comunicación, éste debe ser nuestro puente para establecer vínculos con nuestros hijos e hijas, para poder mostrarles el riesgo del consumo de forma cariñosa y firme.

El consumo de alcohol no es inevitable, debemos preocuparnos ahora para evitar lamentos futuros.

Raúl Perry

Gerente de programas de Fundación San Carlos de Maipo

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