SEÑOR DIRECTOR:
La mayoría del directorio del Instituto Nacional de Derechos Humanos decidió presentar una querella por el supuesto delito de tráfico de influencias en la designación de jueces. Lo anterior pues, en su opinión, afectaría la independencia e integridad de quienes deben proteger los derechos humanos de los ciudadanos. Nada hace, no obstante, para reclamar contra el grosero retraso del gobierno en proponer al Senado los nombres que reemplacen a los tres jueces de la Corte Suprema que se jubilaron, algunos, hace bastante más de un año. Es decir, ese tribunal funciona con 18 miembros titulares y permanentemente con abogados integrantes. He ahí un riesgo concreto a la independencia de quienes juzgan y están llamados a proteger los derechos humanos. El silencio del INDH en esta materia invita a desconfiar de sus intenciones con esta querella.
Eugenio Evans
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