Cuando triunfa la voluntad

A punto de cumplir 40 años, la panelista de SQP y Primer plano, de Chilevisión, cuenta que por primera vez se está alimentando conscientemente y ha logrado establecer una rutina deportiva que la tiene con el peso y el cuerpo que soñaba. "He educado mi voluntad", dice. Desde ahí, y meditando, como hace casi dos décadas, es que enfrenta su tercer embarazo.




Paula 1145. Sábado 12 de abril de 2014.

ENTRENAR CINCO DÍAS A LAS SEMANA

"Durante toda la vida me cuidé y me descuidé. Hace un año y medio, finalmente, logré el peso y el cuerpo que quiero. Mi peso ideal son 54 kilos. Ahora estoy en 55 después de haber estado, incluso, en 71, luego tener a mi hija Amanda, de 6 años (su hijo mayor, Dominic, tiene 11). Después de eso me mantuve harto tiempo pesando 65 kilos. Me costó moverme de ahí. Todo ha sido un largo proceso de entender que la gente que se mantiene mejor –más joven y saludable– es la que hace muchísimo deporte. Desde los 20 a los 38 años nunca fui al gimnasio seriamente. Iba, pero aburrida.

Entrenaba con el mínimo esfuerzo y no era constante. Tenía la intención, pero no concretaba. Hoy es una necesidad y una constatación de que me he transformado en una mujer con voluntad. La voluntad se ve reflejada en el cuerpo. Los músculos son pura voluntad.

Por lo menos cinco veces a la semana entreno dos veces al día. A las 7:30 de la mañana hago una hora de cardio. Antes de estar embarazada salía a correr o hacia elíptica. Ahora, que tengo dos meses, camino rápido o hago elíptica durante una hora. En la tarde, después del trabajo en el canal, entreno en el gimnasio o en mi casa con un personal trainer. Con ella hago un circuito de 40 minutos de pesas y máquinas. Trabajo brazos, que se notan demasiado en la tele; piernas, abdomen y trasero. Todo.

El poto es la parte de mi cuerpo que más me acompleja. Aunque ahora está mejor, le sigue faltando tonificación. Mi fortaleza es mi cintura y mis brazos. Miro la gala del pasado festival de Viña y veo unos brazos que nunca tuve. Es muy rico tocarlos y sentirlos duros.

Voy a cumplir cuarenta años en mayo y es la primera vez en mi vida que me siento así, conforme con mi cuerpo. Ya no siento los complejos de antes".

"Siempre estoy recordando la fórmula: estar en forma es 30% de ejercicio y 70% de alimentación. Es lo que me está dando resultados. Cuando trabajas la voluntad te vas sintiendo cada vez mejor y te cuesta menos. Cuando estás pasada de peso la voluntad se te hace un mundo lejano e inalcanzable, pero si traspasas la barrera te das cuenta de que puedes lograrlo. Este embarazo será diferente. En los dos anteriores comí como chancho. Eso ya no puede ser".

APRENDER A DOMINAR EL ESTÓMAGO

"Me ha costado años dominar mi estómago. Soy de las mujeres a las que les encanta comer, pero que quieren ser flacas. Al igual que con el deporte, a los 38 años hice un corte y cambié mi forma de enfrentar la comida. Después de ir a un montón de nutricionistas y no hacerle caso a ninguna, estoy aplicando la voluntad y el sentido común.

Antes comía todo el día. Iba al gimnasio y cuando llegaba de vuelta almorzaba un tremendo plato con arroz. Y me repetía. Después tomaba té con panes y queques. Terminaba y ya estaba pensando en la comida de la noche. Comía postres, galletas. Si veía una película me comía un chocolate. Me criticaron mucho cuando estaba con kilos de más y no me dolía, porque era verdad: no estaba en mi peso y no me veía bien.

Estaba guatona y punto. Nunca se me va a olvidar un almuerzo con el equipo de SQP. Me pedí un plato enorme y un compañero me dijo: 'Pancha, deberías adelgazar, te verías muy bien´. Yo le pregunté qué ganaba adelgazando. Me respondió que más fama, más plata y que me iba a ver mejor. Y así pasa en el mundo en que trabajo. Esa frase me hizo despertar. Ahora me cuido en la comida y trabajo seriamente en el gimnasio porque es parte de mi pega. Yo trabajo con mi cuerpo. Pero no me quedo ahí. Entendí, después de años de tener una tremenda ansiedad frente a la comida, que alimentarse equilibradamente y varias veces al día es lo saludable; lo que te permite no andar siempre con hambre y arrasar con todo cuando abres el refrigerador. Entonces, yo

como cada dos horas. Eliminé de mi dieta el azúcar blanca, las carnes rojas, las papas, el arroz, los tallarines y cualquier aceite que no sea de oliva. Chao frituras y chao lácteos, así es que reemplacé el café cortado por té de hojas. Lo que más extraño es la mayonesa, con la que antes bañaba todas las ensaladas".

LA DIETA DE UN DÍA

En el desayuno me tomo un té y un jugo recién hecho con la fruta que haya en mi casa y me como dos tostadas de pan negro light con palta.

A media mañana me como seis nueces y media fruta o una entera. Antes, cuando estaba adelgazando eliminé la fruta por completo de mi dieta. Al almuerzo como un gran plato de ensalada con atún o jamón de pavo o pollo orgánico, sin hormonas. Desde que estoy embarazada incorporé la quínoa y el arroz integral. En la noche como mucha ensalada con alguna proteína y si estoy ansiosa me como una fruta. No es lo ideal pero, es mejor que comerse un chocolate. Y, durante todo el día siempre estoy tomando té rojo, verde o negro".

Un día del fin de semana me salgo y como todo lo que quiera. Me repito el plato y llego a quedar tiesa. Es mi premio. Igual, de repente, cuando voy al supermercado les robo unas papas fritas a mis hijos, pero ya no me compro el paquete entero para mí sola. Y, al día siguiente, obviamente hago más deporte".

MEDITAR DESDE LOS 19 AÑOS

"El respeto a mi cuerpo es parte de un camino espiritual. Si no respeto mi cuerpo, tampoco respeto mi alma. Por eso Buda se alimentaba tan frugalmente: toda la energía que el cuerpo gasta en digerir lo usa en crecer. Muy joven, a los 19 años, me comenzó a interesar la meditación como un camino para calmar las ansiedades, entender y mirar con tranquilidad.

En ese camino fui cinco veces a Pune, en India, antes de tener a mis hijos. Allí medité en templos, con seguidores de Osho, gente muy fanática. También he meditado con lamas, sufíes y chamanes. En mi casa, medito varias veces por semana si tengo una crisis o quiero resolver un problema. Incluso me ha ayudado para enfrentar mi relación con la comida. Medito sola, de noche, o en la mañana. Hay estudios que dicen que cuando meditas ciertas partes del cerebro se oxigenan y eso hace que el sistema nervioso se vaya tranquilizando. Mi hija Amanda también medita. Está aprendiendo con una profesora que va una vez a la semana a la casa y la está introduciendo en el tema. Se sientan en el jardín, se conecta con su respiración, toca la tierra. Está aprendiendo a conectarse con el aquí y el ahora. Yo le enseñé a abrazar los árboles, que también es una suerte de meditación. Sientes su olor y te conectas con ellos".

CARA Y PELO

"Aunque tengo buena piel, me cuido mucho la cara. Uso factor en invierno y verano, porque me lleno de manchas con el sol, y me he dado cuenta de que llega un minuto en la vida en que uno deja de verse bronceada y se empieza a ver manchada. Además, uso Cosmelan 2, un despigmentante muy potente. También la hidrato harto: después de la ducha me pongo la crema Nivea azul de cara, porque es pura agua. Para el día y la noche estoy usando la nueva línea de cremas Lederm de L'bel. Y, hace veinte años, tomo vitamina E 400 que es una regeneradora de la piel.

Aunque no me da miedo envejecer ni arrugarme, sí me hago tratamientosfaciales. Cada dos meses me hago limpieza de cutis y oxigenación donde Donka Avdaloff (clinicadonka.cl, fono 2219 3169). Ahí también me he hecho dos veces la octopolar para tener una piel más tersa y firme. Una vez me puse botox pero no lo volvería a hacer. Me cargó. Sentí que la mirada se me veía horrible.

Desde hace dos años que cada seis meses me hago freestyle en las puntas del pelo con la Andrea, de Isla Bonita (islabonita.cl, fono 2219 0167). El casco no me lo tiño. Me cortan las puntas tres o cuatro veces al año en el canal. Siempre en luna llena o creciente".

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