Volviendo del 18




Luego del 18 y al avecinarse los días de calor, es impresionante cómo hay una ola colectiva por limpiarse y hacer dietas detox. Aunque no debe invadir el pánico, como profesionales de salud que nos dedicamos a educar en alimentación, es importante validar las emociones que surgen en muchos pacientes.

Como no comemos empanadas, choripanes, sopaipillas o carne todos los días, ni tampoco los almuerzos son extendidos y gratamente largos siempre, no podemos ignorar que corporalmente pasan cosas, podemos sentirnos pesados o con acidez, algo igual de restrictivo y ofensivo que andar hablando de calorías.

No estoy hablando en ningún caso de limitarse a comer los días que vienen o hacer algo compensatorio al respecto, claro que no, más bien estoy validando el sentir de muchos y dando un espacio desde lo amable e intuitivo con nosotros y nosotras.

Así como muy bien se describe en la alimentación intuitiva, conectémonos más de esta manera con nuestro cuerpo y el acto de comer en estos días posteriores. Aquí algunas recomendadiones:

- Alejarse de la mentalidad de DIETA. Si crees que la única manera de sobrellevar estos días posteriores es con una “dieta”, lo más probable es que tengas más fijación a lo que comes o no comes y cómo tu físico responde a ello, lo que tendrá una respuesta muy reactiva frente a los alimentos y generará un estado ansioso que nos lleva a la culpa.

- Honra tu hambre. No hay signo más vital que sentir hambre. No hagas callar tu hambre porque los días anteriores comiste más de la cuenta o comiste alimentos que no sueles comer. Si no te da apetito a primera hora post celebraciones, no hay problema con que tomes desayuno cuando tu cuerpo, estómago y mente lo deseen. Honrar esta señal que nos mantiene vivos es volver a conectar con tu cuerpo.

- Haz las paces con la comida y desafía el policía de la comida. En estos días post celebraciones, intenta ver todos los alimentos como lo que son: alimentos! Ni buenos, ni malos, ni engordantes o adelgazantes, sucios o limpios. Elige de acuerdo a tus ganas, gusto, deseo, antojo. Ningún alimento por sí solo te puede causar daño.

Siente tu saciedad y satisfacción. Conecta con tu cuerpo físico y confía en sus señales. Te dirá cuando ya comiste lo que tu estómago necesitaba y paralelamente te sientes plena con el acto de comer.

Comienza a buscar otras maneras de gestionar tu emociones que no sean solo la comida. Date la oportunidad con curiosidad de buscar otras actividades que tengas a tu alcance y que te den placer y calma al igual como lo hacen los alimentos.

Respeta tu cuerpo. Honra, cuida y sé amable con tu cuerpo, considerándolo desde una mirada realista en donde aceptes tus partes que te gustan y también puedes validar que hay otras que no. Eso no está mal ni tampoco bien, simplemente es.

Siente la diferencia cuando haces una actividad física o movimiento desde el goce. Todos sabemos que la actividad física tiene un sinfín de documentación sobre sus beneficios. Sin embargo, cuando tomamos eso desde un mandato de hacer cierta actividad solo desde el impacto final y largo plazo, pierde todo el sentido de goce. Busca un movimiento o actividad física que realmente te motive, disfrutes, te llene de energía y siente la diferencia.

Integración dinámica. Encuentra tu equilibrio en una forma auténtica de vivir la salud validando tu bienestar, tus necesidades y tus objetivos.

Si sientes que tienes que detenerte y hacer elecciones de ciertos alimentos, hazlo. Si sientes la necesidad de comer preparaciones más livianas y de fácil digestión, hazlo. Si solo necesitas retomar tu alimentación que acostumbras hacer, hazlo. Lo importante a destacar es que valides y les prioridad a lo que tú personalmente necesitas desde un espacio de cuidado.

Camila es Nutricionista – Health Coach. Instagram: @camilaquevedot

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