Columna de Carmen Romero: Las artes serán nuestro salvavidas

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La directora general de Fundación Teatro a Mil, en su Relato Personal, dice que el Festival se hará sí o sí en enero y cuenta los dolores que ha vivido por el crítico momento que viven los artistas. También cuenta cómo transformaron una parte de su casa en un teatro.


Sin leer un libro, sin ver una película, sin mover el cuerpo, sin escaparnos y rebelarnos con la música, este confinamiento sería más radical de lo que es. Nuestra vida es con las artes, las necesitamos para volver a reflexionar sobre nuestra historia, sobre la Constitución que vamos a escribir. Cuando por fin una líder alemana dice que las artes y las culturas son un bien de primera necesidad, me hace sentir que algo estamos avanzando y espero que también nuestro país lo entienda. Me niego a aceptar que nuestro país deje a los artistas y a las compañías de teatro, danza o música sin esa capacidad creadora. No nos podemos dar el lujo de perderlos porque no pueden sobrevivir con su arte. Si hoy un artista tiene que vender pan o verduras -y no lo digo por el valor del trabajo, sino porque su trabajo es iluminar-, si no están creando, entonces no sé cuál es la salida. Los médicos y trabajadores de la salud tienen un rol clave y nos están salvando. Las artes serán nuestro salvavidas cuando salgamos de esta pandemia, tal como lo están siendo en nuestras casas en este minuto. Teatro a Mil comenzó hace 26 años y ha sido siempre ininterrumpido. No vamos a parar nunca. Sentimos que más que nunca tenemos que estar, de volver a encontrarnos, de tomar nuevamente las calles y estar en el teatro y con los teatros, de pensar que en el formato que sea, nuestra responsabilidad es mantener vivo el Festival Teatro a Mil. Tenemos que hacer el festival en enero, no hay de otra. Recién hicimos un ciclo de teatro y como no pudimos estar en vivo, fue online y vamos a seguir en este formato. Sé que como trabajamos con arte en vivo, vamos a ser el último sector que vuelva a tener actividades en vivo. Todo el año se cerró: los programas, ir al teatro, no podremos hasta final de año. Tuvimos la dificultad económica en la fundación, nuestro presupuesto depende de cuándo volvamos, pero tenemos un 30% a 40% menos de presupuesto de pérdida del año. Pero esta pandemia no nos va a parar.

"Sentimos que más que nunca tenemos que estar, de volver a encontrarnos, de tomar nuevamente las calles y estar en el teatro y con los teatros

Me parece que como nunca se ha relevado el poder de las artes para la reflexión, para la conversación, para lidiar con los temas que están pendientes y que tenemos que enfrentar: el cambio climático, la sanidad, el cómo estamos armando el modelo de sociedad que estamos construyendo. Tenemos que ocupar la capacidad reflexiva de las artes para poder entender mejor donde estamos parados y, por otro lado, desde la emocionalidad, de este dolor profundo, liberar la rabia contenida. Me llama la atención la poca capacidad de realmente escuchar al otro, de entendernos y ponernos en sintonía. Creo que hay un abismo entre las autoridades y la gente, eso me tiene muy mal, porque tenemos un duelo que vamos a vivir y necesitamos hacerlo juntos. Se ve en Chile y en Estados Unidos una rabia contenida, porque no hemos sabido convivir y escucharnos lo suficiente. Por lo tanto hoy yo relevo a las artes, porque son capaces de hacernos reflexionar sobre todo los temas, y nos ayudan a sentir, sacar nuestras emociones y transformarlas. Una de las cosas que he aprendido en este tiempo tiene que ver con la edad. Bajar un poco la guardia y que me vean llorar. Lloro todos los días. Por los muertos, porque me da pena todo esto, porque no está mi hija cerca, por mis nietos que están lejos. Por otro lado, este tiempo nos ha permitido escuchar mucho más, porque a través de las pantallas es más difícil entenderse. Me ha servido también este tiempo para admirar a mi equipo de trabajo, porque pudimos reinventarnos. Nos tuvimos que venir a las casas el 18 de marzo, con TeatroaMil.tv en pleno desarrollo, porque funciona desde 2017, y lo que hicimos fue ir aumentando nuestros archivos, sacando nuestras historias para acompañar a la gente y luego a los artistas a subsistir. Esta capacidad, esa rapidez de acción, es un aprendizaje increíble.

, porque necesito el contacto con el otro, estar en comunidad, y el teatro es comunidad. Han sido un gran descubrimiento estos medios digitales.

"Lloro todos los días. Por los muertos, porque me da pena todo esto, porque no está mi hija cerca, por mis nietos que están lejos

Mi historia de esta pandemia es de conmoción interna diaria. Ver la invisibilidad de mi sector me tiene muy mal, me afecta, pero me da fuerza para seguir buscando salidas, así como lo están buscando muchos artistas. Quiero contar una historia maravillosa que ocurrió en mi casa: mi pareja es un actor conocido y a fines de marzo mis hijos, que también son artistas, trasformaron un pedacito de mi casa en un teatro, donde Francisco Reyes volvió a contar una historia que había creado para viajar y contar en pueblitos sobre Hamlet. Le pidió a nuestro hijo, que es artista visual, que hiciera todos los personajes en plasticina y a la hija, que está terminando cine, que lo filmara. Se demoraron tres meses y ya está terminado. Seguí este proceso alucinada y vi cómo en estos momentos tan terribles había una luz. Eso es algo que me conmueve y me da fuerzas para decir: “Hay que seguir, no es imposible seguir”.

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