Peluquería Francesa: Negocio cultural




En una pieza de una antigua casa del Barrio Yungay se encuentra Cristián Lavaud de 50 años. Lleva un sombrero Panamá, una parka sin mangas y unos pantalones de cotelé verdes. Entre varios cachureos -como la primera máquina para ondular el pelo eléctrica- ordena una serie de peinetas de cobre que venderá en la peluquería.

Es dueño de la Peluquería Francesa, también del restaurante Boulevard Lavaud y de un almacén que imita a un antiguo local en donde vende productos gourmet.

Lavaud ha dedicado su vida a proteger y dar a conocer el Barrio Yungay. "Logramos que la gente bajara de la Plaza Italia", comenta.

La Peluquería Francesa tiene 145 años de antigüedad. La historia se remonta a su bisabuelo, quien llegó desde Bordeaux, Francia, a Chile con su abuelo cuando todavía era guagua, para trabajar en la industria del vino en Lontué. Al poco tiempo, el inmigrante francés murió, su viuda y su hijo Emilio (abuelo de Cristián), bajo la protección del Consulado de Francia, fueron trasladados a Santiago y ubicados en la calle Sto. Domingo frente a la Plaza Yungay. Ahí  funcionaba la Peluquería Francesa a cargo de Victorino Tauzan y dos maestros peluqueros franceses.

Con el tiempo, Victorino Tauzan se enamoró de la bisabuela de Cristián. Pasó a ser el padrastro del hijo de la viuda y el inmigrante Lavaud, y le dejó la peluquería quien a su vez se la dejó a su peluquero más antiguo Manuel Cerda. Este último tenía por testamento el derecho a llave y compró el edificio en 1996. Le arrendaba todo el lugar a Cristián menos la Peluquería de hombres.

En el 2009 Cristián se la compró a Manuel. Así, la tercera generación Lavaud logró recuperar parte importante de un negocio familiar de más de un siglo y aun más, salvar parte del patrimonio nacional.

El restaurante funciona desde el 2003. "Fuimos de menos a más", dice Lavaud y agrega "partimos con un hojita en la que salía solo el menú del día". En la actualidad, la carta tiene formato de diario y la renuevan cada seis meses. Van en la número 18.  Además de la amplia oferta gastronómica, publican historias y varias cosas más como por ejemplo, una ruta patrimonial del barrio. "Hemos invertido en patrimonio, algo que nadie hace", asegura Cristián quien además comenta que son conocidos mundialmente: "estamos en el Lonley Planet. Un 30% de nuestros clientes son extranjeros".

El edificio es de conservación histórica. Todo lo que hay en el restaurante se vende y la peluquería sigue funcionando como tal.

Con un presupuesto de $15.000 por persona es suficiente. Oscar Vera, el chef, dice que la propuesta de Boulevard Lavaud es "una carta extensa con platos chilenos y franceses, rescatando un poco la cocina natural que se ha perdido en estos tiempos" y agrega: "En cuanto a la evolución en los gustos, es el mismo cliente el que va marcando la pauta, a través de los productos y de buscar mejores proveedores".

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