Nasa prueba en el desierto de Atacama cómo un rover podría detectar vida en Marte

Rover

Debido a la similitud del desierto con el suelo marciano, estos prototipos de vehículos de exploración son testeados en Chile antes de ser enviados al espacio.


Una investigación publicada hoy describe la misión piloto de un rover de la Nasa por el desierto de Atacama en Chile, que podría reflejar parte de los objetivos de una futura misión a Marte. El vehículo explorador, diseñado por el Instituto de Robótica del Carnegie Mellon University, y financiado por la Nasa, cumplió con extraer muestras de microorganismos en la subsuperficie del suelo desértico. En Chile, la prueba de este robot contó con la colaboración del Centro de Biotecnología y el Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad Católica del Norte.

Los científicos buscaban que el rover, proporcionado de un taladro robótico, pueda sacar muestras de la subsuperficie, a unos 80 centímetros bajo el suelo, sin dañar o contaminar el material obtenido. Debajo de la superficie árida del desierto, las rocas y sedimentos brindan refugio frente a las condiciones extremas de temperatura, presión y pH, lo que proporciona un hábitat potencial para la vida.

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El taladro robótico del rover durante su prueba en el desierto de Atacama. Foto: Stephen Pointing[/caption]

"El desierto se estima análogo al ambiente marciano", comenta el doctor en geología de la Universidad Católica del Norte, Guillermo Chong. Muchos de los microorganismos que habitan en el desierto están adaptados para vivir en condiciones extremas, tal como ocurre en el planeta rojo. En preparación para futuras misiones a Marte, los científicos responsables de crear y probar estos rovers utilizan lugares como el desierto de Atacama para probar teorías sobre la distribución de la vida y las nuevas tecnologías de búsqueda en Marte.

El rover recuperó con éxito muestras de sedimentos subsuperficiales y los investigadores del Proyecto Norte de la U. Católica del Norte las compararon con muestras recolectadas a mano. A pesar de que se demostró que la vida bacteriana en los sedimentos recuperados por ambos métodos fue similar, la directora del Centro de Biotecnología de la U. Católica del Norte, Cecilia Demergasso, añade que "la muestra tomada por el robot demostraba una cierta contaminación, versus la muestra que fue tomada a mano".

Bajo la superficie

El estudio argumenta que al aumentar la profundidad del suelo del desierto, prolifera la comunidad de bacterias que pueden prosperar en los suelos extremadamente salinos y alcalinos. A su vez, a profundidades de hasta 80 centímetros apareció un grupo único de bacterias que sobreviven al metabolizar el metano como fuente de alimento.

La nueva investigación muestra, además, que el subsuelo de Atacama puede soportar microbios altamente especializados que podrían sobrevivir al suelo marciano salado. Se sabe, también, que Marte contiene grandes cantidades de metano en la superficie, lo que apunta a la posible presencia de microorganismos que consumen metano debajo de la superficie marciana, según el nuevo documento.

El paso siguiente de esta investigación será descubrir cómo los microbios del subsuelo en Atacama pueden sobrevivir. Para ese fin, están buscando posibles estrategias utilizadas por las bacterias para subsistir largos períodos sin agua y exposición a condiciones extremadamente saladas. Además, el equipo desea regresar al desierto de Atacama con un rover capaz de perforar 2 metros hacia abajo y entregarle las herramientas al vehículo para que pueda analizar los microbios in situ. "Acá no podemos generar rovers, pero sí podemos colaborar con los estudios en laboratorios, para crearle la inteligencia que debe adquirir el robot", enfatiza Demergasso.

Rovers en Chile

No es primera vez que un vehículo de exploración es probado en suelos del desierto de Atacama. Guillermo Chong recuerda que en 1997 llegó el primer rover a probar su autonomía al desierto. Se llamaba Nomad, y en una acción sin precedentes anduvo 215 kilómetros por el árido suelo de Atacama durante 45 días. Actualmente, el vehículo está en el Museo Ruinas de Huanchaca, en Antofagasta.

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Desde ese año, se han realizado distintas pruebas y experimentos a vehículos que la Nasa u otra agencia espacial busca enviar al espacio. Seguirán ocurriendo estas pruebas en Chile, sobre todo ahora que la agencia espacial norteamericana anunció que volverá a enviar vehículos de exploración a Marte durante la década de 2020.

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