La Argentina Pizzería: El poder de la masa

Un saber heredado desde el más profundo Buenos Aires, hecho realidad con manos artesanas, generando sabores típicos trasandinos que a su vez reaparecen en Santiago. El resultado: una iniciativa de primera calidad.




Entre las calles Marín y Bilbao aparecen los sabores interesantes de avenida Italia y del barrio completo: se cruzan, y a buen nivel, ideas de autor, vegetarianas, gringas y, desde diciembre pasado, una pizzería bajo los códigos de Buenos Aires. Es raro que no existan más opciones como La Argentina Pizzería, tomando en cuenta que durante años ese modo de comer masa fue el referente pizzero en Santiago. Ahí están las locales tipo Da Dino y Pizza Inn o las de Plaza de Armas, con décadas en el centro replicando esa influencia: masas aireadas, esponjosas y crocantes, hechas con suave esmero.

La fórmula en ese lugar es poner la suma de harina, levadura, agua y sal en un molde redondo y de base más angosta que su extremo, fermentando así a sus anchas. Tras un rato se agrega salsa de tomate o cebolla pluma fina, impregnando la mezcla para luego precocinarla (¿Recuerdan las pre pizza de supermercado? Esa es su génesis). Después basta esperar por los pedidos y calentarlas a horno fuerte, junto con 400 g de queso mozzarella a la argentina, o sea muzzarella: una mezcla amarilla, más intensa de sabor y sensación grasa, que al fuego penetra la masa por completo, dejando sus bordes crocantes.

Después, aceitunas verdes, anchoas, morrones, ananá (piña), queso azul, cecina picante, entre otros ingredientes. Eso basta para crear un consulado gastronómico argentino en Santiago. Una parada de nostálgicos, con memorabilia del siglo XX, la época de oro de la influencia argentina en Latinoamérica. En este local reaparece ese esplendor, bajo un sabor de fondo crocante, interior esponjoso y de superficie deliciosamente reblandecida. Puede ser versión Fugazza (desde $ 6.900), Napolitana (desde $ 8.500), Calabresa (desde $ 9.500) o Roquefort (desde $ 8.500), en tamaños que alcanzan para dos, como mínimo. Aparte, versiones al corte (desde $ 1.500) y Fainá, hecha con harina de garbanzo. La maleta básica de sabores propia de nuestros vecinos vuelve a Santiago gracias a Juan Manuel Pena, dueño de este lugar y con larga experiencia en el medio local (Peumayén, Cabildo). Un sitio que amplía los modos de comer pizza en la ciudad. En buena hora..

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