El servicio de streaming Netflix se puso en contacto con Línea Libre, fundación chilena de prevención del suicidio, para apoyar y resolver las consultas de los espectadores de la serie 13 Reasons Why.

Álvaro Castañón, director ejecutivo de la ONG, aseguró que "antes del estreno mundial, Netflix y la producción buscaron redes de organizaciones e instituciones de apoyo a niños y adolescentes en diferentes países".

"En Chile, (Netflix) nos contactó a nosotros porque somos la única fundación dedicada a orientar, a través de una línea telefónica gratuita y confidencial, a menores de edad en crisis y con ideación suicida", dijo a La Segunda.

La línea —800 116 111— "funciona las 24 horas del día, los siete días de la semana. Es atendida por un equipo de 15 psicólogos y tenemos un área sociojurídica para realizar derivación a centros de urgencia o instituciones de salud mental".

13 Reasons Why

La serie cuenta la historia de Clay Jensen (Dylan Minnette), un adolescente que encuentra una caja de casetes en la puerta de su casa, los que contienen una serie de grabaciones realizadas por su compañera, Hannah Baker (Katherine Langford), quien se suicidó un par de semanas antes.

A partir de ahí, la joven describe las treces razones que motivaron su decisión y quienes, por acción u omisión, fueron los culpables del desenlace. La narración -con intensos flashazos al pasado y al presente- no sólo muestra a una joven y a una familia que ignora sus tormentos, sino que también experiencias tan difíciles como una violación y, lógicamente, el minuto en que la protagonista decide quitarse la vida cortándose las venas.

En entrevista con Culto, Dylan Minnette, protagonista de la serie, contó que para su preparación "llevaron psiquiatras y consultores a la preproducción para aclararnos algunas dudas y también para acompañarnos en el proceso de grabación. El personaje de Katherine atraviesa muchos momentos desafiantes. Se nos dio la oportunidad de conversar con personas que han estado en contacto de manera muy cercana con el tema y con víctimas de cualquier conflicto que estuviéramos tratando en ese momento. Eso sin duda nos ayudó mucho a sensibilizarnos, era necesario acercarnos a ese tipo de personas, para garantizar la seriedad con que se abordan estas situaciones".

Katherine Langford contó que "los productores fueron excepcionales y muy previsores para asegurarse de hacer algo donde todos estuviéramos bien. Había conversaciones, pero no se trataba de una retórica que nos intentara dar lecciones, sino que de simples charlas de preparación. Ellos estaban conscientes de que serían seis meses de filmación y de que somos actores jóvenes. Al menos para mí, éste es mi primer trabajo, y ellos nos dieron todo lo necesario. Nos pusieron psiquiatras de quienes pudiéramos tener información certera, porque aunque quisiéramos personificar de forma realista estos papeles, y por más que empleara toda mi concentración, obviamente estar bien informado es algo básico".

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