Durante los últimos 15 años, la producción de cine nacional ha ido creciendo sostenidamente gracias a diversos factores: inversión pública, privada, coproducciones internacionales, acompañado todo del talento de nuestros creadores. Este proceso también ha generado diversidad temática en las películas, la aparición de nuevos directores y la consolidación de otros. Asimismo, los estándares de calidad en lo técnico y artístico son de nivel mundial y se ven reflejados en los innumerables reconocimientos que nuestra cinematografía recibe internacionalmente, con premios en festivales de prestigio y ventas a múltiples países en variadas plataformas.
En este contexto la aparición de Una mujer fantástica en 2017 no es casual. Menos si los profesionales que están detrás de su producción cuentan con una vasta experiencia, prestigio y conocimiento del quehacer audiovisual nacional e internacional. Esta es la quinta película chilena del director Sebastián Lelio, celebrado anteriormente por trabajos como Gloria, Navidad o La sagrada familia, por nombrar algunas. Todas películas que recorrieron el mundo cosechando premios y aplausos. Además acaba de dirigir la producción internacional Disobedience, con Rachel McAdams y Rachel Weisz, y el remake en EE.UU. de Gloria, con Julianne Moore. Y si a esto sumamos la experiencia de sus productores, la compañía Fábula, de los hermanos Larraín, tenemos una mezcla perfecta de talento que son las bases del éxito de Una mujer fantástica.
Esta producción comenzó su recorrido obteniendo el Oso de Plata al Mejor guión en el Festival de Berlín, en febrero de 2017, donde me tocó ser jurado y pude ver de cerca la efervescencia que la película generaba tanto en el público como en la crítica y los profesionales de la industria. Luego ganó los premios Iberoamericanos Fénix y Goya. También se estrenó en salas comerciales en Chile y ha pasado por un sinfín de festivales internacionales, llenándose de elogios, ya que es un trabajo prolijo desde lo estético, con una historia profunda y emotiva que nos lleva a reflexionar sobre las relaciones humanas, la familia, el amor y la diversidad sexual. Cuenta con un sólido elenco liderado por Daniela Vega, que da vida a un relato particular y sobrecogedor.
Las películas de Sebastián Lelio siempre se han destacado por plantear una estética original y propia a partir de una mirada singular y profunda. Acá se dejan ver problemas sociales, familiares y personales a través de personajes muy bien construidos. En el caso de Una mujer fantástica se aprecia desde su protagonista, Marina, una joven transgénero que pierde a su pareja y que sufre el rechazo de la familia de esta, obligándola a defenderse y a hacer lo posible por despedirse de su amado una vez muerto. En este sentido, la película mantiene la tensión durante toda la narración con la presencia sutil de elementos musicales que generan una atmósfera a ratos de suspenso y a ratos de drama. En este marco la película se destaca por su integridad y equilibrio en todos los sentidos cinematográficos, generando un trabajo original, universal y emocionante que la encumbró hasta lo más alto: el Oscar.
Este logro por supuesto es muy relevante para la industria audiovisual nacional, sobre todo considerando que la mantiene en el foco mundial, entregándole un buen impulso para lo que viene. Asimismo, este reconocimiento también pone a Chile ante los ojos del mundo, generando mayor cercanía y conocimiento de nuestro país.