El suicidio de Katy Winter es algo que no dejó indiferente al país. Los efectos que provocó la historia de la chica de 16 años víctima del ciberacoso dieron origen a "I don't want to say goodbye" canción que recupera los últimos registros de una joven que a su corta edad trabajó una faceta en la música.

A inicios de este año los padres de Katy tomaron contacto con el productor Enzo Massardo, reconocido profesional detrás de distintas obras musicales contemporáneas. En conversación con Culto, Massardo detalló su experiencia detrás del trabajo de dicha canción, creada íntegramente con inteligencia artificial.

"Cuando nos conocemos con la familia nos damos cuenta que teníamos muchas personas en común. Yo era muy amigo del hermano de Emmanuel, el papá de Katy. Teníamos mucha sincronía, yo siento que Katy orquestó para que todos nos juntáramos y desarrolláramos esto. Fue muy loco en ese sentido", explicó el profesional por vía telefónica.

Y es que su labor se logró tras tener la maqueta de la estructura inicial de la letra. "En términos de melodía y letra era tan impactante que necesitábamos el timbre familiar. Si tú te fijas en frases como 'No me quiero despedir', 'no puedo abrir mis ojos', 'necesito otra oportunidad', emocionan hasta las lágrimas al saber que lo canta alguien que se suicidó. La idea de esta canción es generar consciencia y que no quedara indiferente ante quien la escuche".

Tras concebir la primera parte, Massardo coleccionó cerca de 800 audios hechos en vida por la cantante, recopilados en diferentes etapas de su joven carrera. El productor tuvo los audios limpios gracias a la tecnología de Machine Learning, una disciplina científica del ámbito de la inteligencia artificial que aprende automáticamente patrones entre millones de datos, por lo que dicha aplicación trascribió archivos de audios de los registro de la joven.

"Tener acceso a audios de alguien que se suicidó es muy fuerte, porque cuando tú escuchas una voz sin música de alguien que grabó hace tiempo atrás, no solamente la estás escuchando cantar, se siente cuando se mueve, cuando respira antes de que parta la toma. Para mí fue muy emocionante, por ratos tenía que detener la búsqueda porque me emocionaba mucho escuchar la voz de una niña, se siente la pureza de una voz de una chica de 16 años. Los archivos de audio eran de ella más joven por lo que por supuesto me emocionaba mientras trabajaba".

[caption id="attachment_74283" align="alignnone" width="1060"]

Enzo Massardo junto a integrantes de la Orquesta de Cámara del Teatro Municipal de Santiago.[/caption]

"I don't want to say goodbye" contó con la ayuda de músicos de la Orquesta de Cámara del Teatro Municipal de Santiago y, según Massardo, los padres le dijeron que trajo a Katy a la vida tras escuchar la versión final, entre lágrimas de orgullo por el legado de una chica que soñaba con entregar un mensaje en la música.

"Me empecé a dar cuenta que tenía una gran responsabilidad en mis manos, en términos musicales busqué llegar a lo más alto posible. Katy era música y la idea de esta canción no busca convertirse en un himno, simplemente es generar consciencia en torno al cyberbullying".

Escucha acá "I don't want to say goodbye".

https://www.youtube.com/watch?v=DCxNzJ1C4sg