La propuesta de Lituania, de las artistas Lina Lapelyte, Vaiva Grainyte y Rugile Bardzdziukaite se impuso, ante otros 89 pabellones nacionales, y se quedó con el León de Oro, máximo galardón del evento, sorprendiendo al jurado y a los asistentes de la bienal justamente por hacer de ese microcosmos de relajo encantador una reflexión entrelíneas sobre la urgencia del cambio climático y la indiferencia humana frente a la inminente catástrofe. El jurado, compuesto por cinco miembros presidido por Stephanie Rosenthal, calificó la obra de "brechtiana" y destacó su "enfoque experimental y su modo inesperado de afrontar la representación nacional", además del compromiso con la ciudad de Venecia y sus habitantes.

La curadora del pabellón lituano, Lucia Pietroiustu, quien trabaja como comisaria de los programas en vivo de la Serpetine Gallery en Londres, comentó que la idea había surgido primero como una representación teatral un poco más larga en lituano y luego mutó hacia una performance artística que fusionó teatro, música y literatura. "Este es exactamente el tipo de colaboración interdisciplinaria que resuena en la actualidad", señaló.
Este es uno de los formatos mixtos que presenta el arte contemporáneo, el que de entrada puede parecer difícil de entender, pero que resulta bastante más accesible a todo tipo de público. "No te sientes intimidado porque no es necesario tener antecedentes e historia del arte para comentar algo", opinó sobre el pabellón Rose Lee Goldberg, directora fundadora de Performa, una organización de arte multidisciplinaria en Nueva York.

En tanto, el León de de Oro para participación individual fue para el artista afro estadounidense Arthur Jafa (1960), quien fue parte de los convocados por el curador general de la bienal, Ralph Rugoff, director de la Hayward Gallery de Londres, en la muestra general de 79 artistas titulada Qué vivas tiempos interesantes. Jafa es conocido por sus videos que mezclan transmisiones de noticias, material de archivo original y extraído de Youtube, con los que suele examinar el problema del racismo en EEUU. Ahora en el espacio Giardini de la bienal, el artista proyectó su último trabajo The white album (2018), una exploración sobre la blancura, y en el Arsenale una instalación de tres esculturas tituladas Big Wheel I, II y III hechas con neumáticos y cadenas con las que habla sobre la violencia en su país.

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El artista afroamericano Arthur Jafa, cargando el León de Oro de Venecia por su participación en la muestra general. FOTO: EFE[/caption]

La Mención especial a mejor pabellón fue para Bélgica, con la instalación Mondo Cane de los artistas Jos de Gruyter y Harald Thys. En ella se despliegan una serie de títeres mecanizados, a modo de "pequeño Disneyland". "El pabellón belga, que no escatima en humor, presenta una mirada alternativa de los aspectos poco reconocidos de las relaciones sociales en toda Europa. La extraña puesta en escena de una serie de personajes ficticios basados en estereotipos folklóricos actúa en varios registros, mientras crea dos –si no más- realidades paralelas", señaló el jurado. En ella se puede ver a un cocinero de pizzas, una tejedora, un secretario y un afilador de cuchillos.
En la ceremonia de premiación, liderada por el presidente de la bienal Paolo Baratta, se entregó también el León de Plata a la participación joven promisoria a la artista Haris Epaminonda (Chipre, 1980) y dos menciones especiales a las artistas Teresa Margolles (México), quien trasladó un bloque de muro de Ciudad Juárez, con fotos de mujeres desaparecidas pegadas en él, para hablar sobre la violencia y las drogas en México y a la nigeriana Otobong Nkanga, quien explora la relación del ser humano con el territorio.

El pabellón de Venezuela en ascuas

Mientras desde los primeros días de recorrido la "playa de Lituania" dio que hablar y fue de inmediato destacada en todas las revistas especializadas de arte, el pabellón de Venezuela ha hecho noticia por permanecer cerrado. La organización de la bienal envió un comunicado de prensa titulado "El drama político de Venezuela impide la apertura del pabellón nacional en la Bienal", a pesar de que las obras ya habrían arribado al evento.

Diseñado por el italiano Carlo Scarpa, el pabellón venezolano se inauguró en 1956, transformando a ese país en el primero de Latinoamérica en integrar el exclusivo club de estados con sede permanente en la bienal de arte. La exposición, que anunciaron abriría a mediados de mes, es curada por Óscar Sottillo Meneses con obras de los artistas Natalie Rocha Capiello, Ricardo García, Gabriel López y Nelson Rangelosky.