A fines de noviembre, decía: "Echo de menos escribir, pero no me da el pellejo". Acababa de publicar el volumen de cuentos Un oscuro pedazo de vida y de algún modo presentía que sería el último. Un mes después, Germán Marín, uno de los autores imprescindibles de los últimos 25 años en el país, muere en el Hospital Salvador, a los 85 años, luego de una larga enfermedad.

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"Dejé de escribir harán unos dos meses", dijo en noviembre a Culto. "Se me empezó a achicar la letra. Para mí, en estos momentos, escribir es una confusión. Entonces dejé de leer y escribir. Incluso leer el diario me cuesta. Es una ceguera que comenzó a inicios de año. No me han operado porque el médico prefiere, por la anestesia, esperar. He ido perdiendo la visión".

Hace solo unas semanas, su libro La ola muerta, tercer tomo de sus memorias, fue escogido entre los mejores libros del siglo XXI chileno en una encuesta entre críticos y periodistas realizada por este diario.

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Nacido en 1934, Marín es autor de una obra de gran fuerza y carácter, que dialoga con la autobiografía y con el pasado traumático del país. Estudió en el Colegio San Ignacio, fue expulsado de la Escuela Militar, donde conoció a Augusto Pinochet; fue alumno de Jorge Luis Borges en Buenos Aires; vivió en China y a su regreso trabajó en Editorial Quimantú. Tras el Golpe de Estado se exilió en México, donde hizo de escritor fantasma de Gabriel García Márquez, y luego se trasladó a Barcelona, ciudad en la que desarrolló labores editoriales.

Desde su regreso al país, a mediados de los 90, emprendió una obra de gran ambición narrativa, prácticamente sin parangón en nuestro medio, largamente celebrada por la crítica pero de pocos lectores. Ex comunista y ex maoísta, era a su vez un polemista de temer: criticó ásperamente a Volodia Teitelboim, así como a buena parte de los escritores vinculados a la llamada Nueva Narrativa Chilena.

Varias veces candidato al Premio Nacional de Literatura, su saga Historia de una absolución familiar es una de las obras fundamentales de la literatura chilena reciente. Integrada por Círculo vicioso (1994), Las cien águilas (1997) y La ola muerta (2005), en ella levanta un gran retrato de su vida y de su época, cruzada por reflexiones en torno a la creación, la literatura y la historia. Además es autor de una serie de novelas que escarban en las esquirlas y escombros del quiebre democrático, entre ellas Carne de perro, El palacio de la risa y La segunda mano. "El Golpe de Estado fue mi primera comunión", diría.

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"Marín realiza un impresionante alarde de desarraigo y de impudicia, servido de una prosa espesa y ondulante entre cuyos modelos más reconocibles se encuentran Juan Carlos Onetti y Juan Benet", afirmó el crítico español Ignacio Echevarría sobre su obra.

"Un autor maestro, identificable por todos, a la vez que se esfuma detrás de cada una de sus frases, de cada palabra, de cada letra", afirmó Raúl Zurita.

Sus funerales se realizarán mañana lunes en forma privada.