Medio año desde el primer contagio en Wuhan, la ciudad china donde nació el Covid-19. Cinco meses desde el primer caso detectado en Estados Unidos. Tiempo suficiente, estiman en Hollywood y en los motores más poderosos de la industria, para ejecutar los primeros proyectos basados en lo que el mundo sigue viviendo y sufriendo; varios con elenco armado y nombres de peso en la industria cinematográfica. Todos planificados para -ironías de la vida- comenzar a rodarse cuando la enfermedad lo permita.

Michael Bay, que ha filmado a robots gigantes, la batalla de Pearl Harbor y recientemente trabajó para Netflix, le pone la firma a una película como productor llamada Songbird. Lejos de mostrar una realidad alternativa algo más alentadora, el filme se sitúa dos años en el futuro para enfocarse en lo que por estos días se denomina un trabajador esencial, en este caso un joven que trabaja en el servicio de envíos por motobicicleta y que extrañamente es inmune al coronavirus.

Según el guion que coescribe el director Adam Mason, la cinta es el relato de un héroe pero también una historia de amor imposible, la que el protagonista tiene con una joven artista con la que desea estar a toda costa pese a que debe lidiar con inconvenientes adicionales a la pandemia, como asesinos y una familia poderosa liderada por una matriarca.

Ese personaje lo encarna Demi Moore mientras que en el elenco también destacan Craig Robinson (The office), Peter Stormare (Fargo) y Paul Walter Hauser, el protagonista de la última película de Clint Eastwood, El caso de Richard Jewell. Los actores detrás de los dos personajes principales aún no se definen, pero es cosa de días para que se revele quiénes serían, dado que la intención del director de Armagedón era comenzar a filmar en julio, usando “innovadoras técnicas de filmación y estrictas prácticas de distanciamiento social”, se adelantó. Sin embargo, los contagios en Los Angeles se han elevado durante las últimas semanas y algunas medidas sanitarias se han vuelto a endurecer, por lo que la fecha del rodaje está a merced del virus que aborda.

Aparentemente con algo más de calma se avanza en un proyecto liderado por el también estadounidense Charles Randolph. Ganador del Oscar en 2016, el guionista sabe de hecatombes en distintos grados: en La gran apuesta, la película que le dio la estatuilla, retrató con agudeza la crisis económica de Wall Street de 2008 y recientemente, con resultados dispares, en El escándalo mostró a las mujeres que acusaron al exjefe de Fox News, Roger Ailes, y dieron el inicio al MeToo.

En el que sería su debut como director, Randolph se enfocará en el origen del Covid-19 en Wuhan y en los intentos de los equipos médicos por descifrar la enfermedad, antes de que se convierta en lo que todos conocemos. En la presentación del proyecto, el sábado, el realizador entregó las primeras pistas de cómo podría aterrizar la trama: “Cuanto más profundizamos, más rica se vuelve la historia de Wuhan. Una cosa es luchar contra un monstruo. Otra cosa es luchar contra un monstruo en la oscuridad”.

La película se filmaría en parte en China y cuenta con productores que tienen oficinas tanto en ese país como en Los Angeles, por lo que luce como la comunión perfecta entre los dos principales mercados mundiales del cine, aún noqueados por la crisis sanitaria y económica que sigue amplificándose.

También enfocado en un episodio real y fresco en la memoria, el inglés Michael Winterbottom pondrá la mirada en el primer ministro británico, Boris Johnson, y su reacción inicial al coronavirus, criticada ampliamente por su demora y luego rectificada por su administración. En esas primeras semanas, cuando la pandemia golpeaba particularmente a Europa, Johnson cayó en cuidados intensivos tras enfermar de Covid, en una de las peores crisis de un mandatario de ese país desde la primera mitad del siglo XX, y luego se convirtió en padre por quinta vez.

Todo eso será usado por el prolífico director de filmes como A todo corazón y The trip en una serie producida por Fremantle y Richard Brown (True detective), que además contará con la asesoría del editor político del diario The Sunday Times, Tim Shipman.

“Hay momentos extraños en la historia en que los líderes ven sus vidas privadas conectadas de manera única con eventos nacionales, donde la experiencia personal y el rol oficial chocan de una manera inusual”, describió Andrea Scrosati, principal jefe de Fremantle, la compañía británica detrás de otros proyectos televisivos como The young pope y la chilena La jauría. “Los últimos meses en la vida del primer ministro del Reino Unido marcan claramente uno de estos momentos”, añadió.