Al calor de las elecciones, y a horas del primer debate entre Joe Biden y Donald Trump -este martes-, Showtime lanzó en Estados Unidos la primera parte de The Comey rule. Su episodio uno se emitió este domingo en la televisión norteamericana, luego de que en junio el director y guionista de la miniserie, Billy Ray, lamentara que la cadena estuviera planificando un debut posterior a la crucial votación del 3 de noviembre.

“Aunque antes había hecho películas sobre mi país, esta fue la primera vez que hice una película para mi país”, expresó al elenco el realizador detrás de los guiones de filmes como Capitán Phillips y El caso de Richard Jewell, además del remake estadounidense de El secreto de sus ojos.

Una voluntad que terminó pesando y ubicando a la producción en horario estelar justo el mismo día que The New York Times reveló que el mandatario no pagó impuestos federales en 10 de los últimos 15 años.

Jeff Daniels en la producción de dos partes.

Su historia no ubica exactamente a Trump como protagonista, sino que a James Comey, exdirector del FBI. De hecho, el mandatario tiene su aparición en la segunda parte, que se emite esta noche en Norteamérica, a 24 horas del primer debate presidencial.

Basada en el libro que Comey publicó en 2018 contando su versión de los hechos (A higher loyalty), la miniserie se interna en la elección de 2016 que enfrentó al candidato republicano con Hillary Clinton. Una hebra que se toma la trama es la investigación que el FBI inició contra la postulante demócrata –una revisión a sus servidores de correo electrónico privados–, con la contradicción que implicó su desarrollo: primero el FBI dio una conferencia de prensa anunciando que no presentaría cargos y, a un mes de las elecciones, comunicó que el caso se reabría ante la existencia de nuevas pruebas.

Luego la producción se vuelca al periodo de Comey bajo la administración de Trump, hasta el momento de su despido, en mayo de 2017. Sus equivocaciones fueron detalladas en un documento autoría del fiscal general adjunto Rod Rosenstein (Scoot McNairy, de Narcos: México), quien ejerce de narrador de la miniserie y es otra figura clave de la trama, que también suma a Obama (Kingsley Ben-Adir) y excluye a Hillary como personaje de la historia.

Frente a su debut en EE.UU., las críticas conseguidas han sido mixtas. “Irregular pero entretenida miniserie”, señaló The Hollywood Reporter, agregando: “El acento y la entonación de Gleeson vacilan, sin embargo, capturan una interioridad que el verdadero Trump rara vez expone. Es una imitación mediocre y posiblemente una gran actuación”.

“Se supone que The Comey rule no es divertida. Los hechos reales que dramatiza, que abarcan el tenso mandato de James Comey como director del FBI, ciertamente no son una broma. Y, sin embargo, a veces, la serie de dos partes de Showtime me hizo reír de manera tan incontrolable que tuve que presionar pausa”, indicó Time. “Una simplificación excesiva”, planteó la revista, celebrando a cambio el documental de dos partes de HBO Agents of chaos (este martes a las 20 horas), que aborda la interferencia rusa en las elecciones de 2016.

“Si The Comey rule refuerza los cultos de personalidad existentes y agrega combustible al fuego partidista, entonces Agents of chaos disipa suficiente humo para brindar a los espectadores una imagen más clara de lo que la mayoría habrá visto antes sobre lo que enfrenta nuestro país”, concluyó Time.

Desde Inglaterra, The Guardian propuso: “(Billy) Ray quiere encajar los últimos cuatro años en un marco comprensible para la política tal como la conocemos, cuando la cruel insensatez que se abre paso a través del statu quo siempre ha sido la característica definitoria y la mayor arma de esta administración”. Y llamó al trabajo de Gleeson “una buena imitación y una actuación mediocre, mejor en sus detalles que en su esencia”.

“¿Para quién es?”, se preguntó Entertainment Weekly en torno a la producción. “Para la multitud pro-Trump, The Comey rule está destinada a ser descartada como más #FakeNews de los liberales raros de Hollywood. Para todos los demás, ofrece la experiencia única y castigadora de repetir la historia incluso mientras seguimos viviendo en ella”.