Taylor Hawkins: crónica del tour latino de Foo Fighters que terminó en tragedia

Una de las pocas fotos fuera del show que se tomó el baterista en Chile. Aquí, con el fanático Eduardo Avendaño.

El baterista llegó a Sudamérica el jueves 17 de marzo por la mañana, cuando aterrizó en Santiago para alojarse en un hotel del sector oriente. Firmó autógrafos, salió a comer carnes y se tomó fotos. Al otro día arrasó en Lollapalooza Chile junto a su banda. Luego siguió por Argentina, Paraguay y Colombia, donde habría muerto por sobredosis.


Fue el pasado jueves 17 de marzo, en la madrugada, cuando Foo Fighters llegó a Chile desde México para presentarse al día siguiente como headliners de la primera jornada del Lollapalooza 2022 en Cerrillos. El aterrizaje no era un trámite cualquiera: marcaba el inicio de la gira sudamericana del conjunto. En Santiago, el grupo alojó en el exhotel Hyatt, hoy Mandarin Oriental.

Como parte de la comitiva, y como casi siempre, el baterista Taylor Hawkins se mostró sonriente, amistoso y vital. Incluso, ese mismo día firmó autógrafos a algunos fanáticos y se fotografió sin ningún problema. Lo hizo tanto en ese recinto como en el hotel InterContinental, donde llegó para visitar unos amigos. El mismo día en que aterrizó también salió a comer carnes junto al otro guitarrista, Chris Shiflett, al restaurante Carnal, de Vitacura. Ahí también conversó con garzones y personal del recinto.

Taylor Hawkins posa junto a Eduardo Avendaño, fanático que lo siguió por todo Santiago durante su llegada al país.

El viernes 18 de marzo, el día de la verdad, Foo Fighters se reencontró con el público chileno que llegó en masa a verlos. Sebastián de la Barra, director de Lotus, la productora de Lollapalooza, alcanzó a compartir algunas palabras con el líder del conjunto.

“Conversé con Dave Grohl, cortito, estaban muy emocionados por el show. Con muchísimas ganas de darlo todo. Con Perry Farrell estuvieron en un contenedor chiquitito, tenían su sala de ensayo para practicar el tema que cantaron en conjunto (Been caugh stealing)”, comenta al teléfono con Culto.

Producto de la visita anterior del grupo, en 2012, y la que realizó con el proyecto Chevy Metal en 2013, De la Barra conocía perfectamente a Taylor Hawkins, pero esta vez apenas lo divisó. “A Taylor lo vi pasar a un par de metros y se veía súper bien, normal, con energía, con ánimo”.

El show en Chile fue sólido y arrollador. Se extendió por más de dos horas, casi hasta la medianoche. Un instante notable fue cuando Grohl decidió sentarse a la batería para interpretar un cover y Hawkins pasó a la voz protagónica: desplegó Somebody to love, el clásico de Queen, en una de las instantáneas más conmovedoras de la jornada.

Uno de los seguidores que compartieron brevemente con Hawkins en el hotel fue el ingeniero comercial Eduardo Avendaño. De hecho, lo siguió y se topó tres veces con él en distintos puntos de Santiago. Ahí, el fallecido artista se mostró siempre amable, firmándole discos y dejándose capturar por su cámara. “Incluso, cuando llegaron estaban muy cansados, pero él fue el único que accedió a una foto”, dice.

Desde Chile, el conjunto pasó a Argentina, abandonando la capital el sábado 19 de marzo. Veinticuatro horas después se presentaron en el Hipódromo de San Isidro, en Buenos Aires. Ahí cerraron la versión transandina de la franquicia con un set muy similar al de Santiago, donde solo faltó This is a call. Al igual que en nuestro país, los medios locales destacaron la potente actuación de la banda liderada por Dave Grohl.

Ese fue el último show de Taylor Hawkins tocando la batería con Foo Fighters.

FOTO: NATALIA ESPINA.

Luego, el periplo siguió en Paraguay, donde tenían presupuestado presentarse en el festival Asunciónico, proyectado para los días martes 22 y miércoles 23 de marzo. Foo Fighters estaba considerado como número principal del primer día. Sin embargo, una fuerte tormenta se desató sobre Asunción y ello obligó a la organización del evento a cancelar el festival. De hecho, el avión donde viajaba la cantante pop Miley Cirus debió aterrizar de emergencia tras ser alcanzado por un rayo.

Con el show de Asunción cancelado, se vivieron dos momentos que mostraron el lado más humano de Hawkins y la cercanía que siempre tuvo con su hinchada. Frente al hotel donde alojaba la banda apareció una niña de nueve años con una batería. Su objetivo era llamar la atención del baterista, porque quería conocerlo. Tocó canciones de Nirvana y Foo Fighters. Y su sueño se hizo realidad, puesto que Hawkins, efectivamente, bajó a la calle y se fotografió con la menor.

Además, registros en Twitter mostraron a Hawkins en horas de la noche disculpándose con los fanáticos que llegaron al hotel por la no presentación. Los fans le hicieron prometer que la banda volvería, pero el oriundo de Texas dijo humilde: “Yo sólo soy el baterista”. Una actitud muy distinta a la que tuvo, por ejemplo, la cantante Doja Cat, quien furiosa por la cancelación del Asunciónica descargó en contra de ese país.

Ese rasgo de afabilidad con el público no es raro para quienes lo conocen. Sebastián de la Barra comenta: “Era amante del surf, de la playa. Súper inquieto, alegre, un gran rockstar, pero al mismo tiempo alguien que se veía cercano. No era como esos de los que no puedes aproximarte, al contrario”.

De Paraguay, la siguiente etapa fue Colombia, donde estaban anunciados como uno de los artistas principales del festival Estéreo Picnic, en Bogotá. El show estaba agendado para el viernes 25 a las 23 horas. La banda se alojó en el Hotel Casa Medina, al norte de la ciudad.

FOTO: NATALIA ESPINA.

Sin embargo, durante la noche del viernes se dio a conocer la muerte inesperada del baterista. Según versiones entregadas por radio Caracol, Hawkins presentó un dolor en el pecho, por lo que personal del hotel llamó a una ambulancia. El músico se desvaneció y el personal médico le realizó maniobras de reanimación, aunque no tuvo mucho que hacer: fue declarado muerto la noche del viernes. Cerca de la una de la madrugada trasladaron su cuerpo al Servicio de Medicina Legal.

Por su parte, la revista Semana publicó ayer que los informes forenses indicaron que la muerte se debió a una sobredosis de heroína mezclada con antidepresivos y benzodiazepina. Los exámenes realizados al cadáver también dieron positivo por marihuana. En total le fueron halladas por lo menos 10 sustancias psicoactivas.

Por supuesto, Foo Fighters debió cancelar su show en el Estéreo Picnic.

De la Barra se encontraba en Bogotá acompañando a los organizadores del evento. “Estábamos con la crew de Foo Fighters esperando que llegara la banda cuando sale la noticia y todo el mundo quedó helado. Fue devastador”, recuerda. Incluso, estuvo in situ cuando los nerviosos organizadores estaban decidiendo qué hacer. “Estuvieron evaluando si cancelaban la noche o no, Finalmente, por la seguridad del público siguieron, pero haciéndole un tributo con las velas. La gente en el festival estuvo muy tranquila, muy pacífica. Fue un festival extraño”.

FOTO: NATALIA ESPINA.

Para De la Barra, la muerte de Hawkins no tuvo ningún indicio previo. “Fue muy inesperado, justamente ayer un amigo en común me estaba comentando que (Taylor) estaba súper sano, estaba haciendo deporte, estaba en un buen momento”.

A las 21.48 horas de Colombia, la noticia fue anunciada al público antes del show de Black Pumas, quienes se presentaban previamente al grupo de Grohl y compañía. Se pidió un minuto de silencio que la gente siguió respetuosa. Luego, la organización del festival hizo un altar improvisado con velas justo en el escenario donde iba a tocar Foo Fighters. Todo en medio del pesar y la congoja de los asistentes, que no podían creer lo que estaba sucediendo

FOTO: NATALIA ESPINA.

Sus pasos anteriores por Chile

Hawkins apareció en nuestro país por segunda vez en 2012 -ya había estado en los 90 junto a Alanis Mrissette- , cuando Foo Fighters debutó en Chile el domingo 1 de abril, cerrando el Lollapalooza de ese año. Al año siguiente volvió dos veces, ambas con su proyecto paralelo Chevy Metal, una banda con la que interpretaba covers de rock clásico. En la primera de esas ocasiones tocó en el escenario del Kidzapalooza, el domingo 7 de abril de 2013. Sebastián de la Barra recuerda cómo se gestó esa visita: “Tenemos muchos amigos en común, y queríamos traer a Chevy Metal justamente para invitar a Taylor a que viniese a Punta de Lobos a surfear y a compartir”.

En la ocasión, el baterista fue a comer con sus amigos al restaurante Aquí está Coco. Poco después, y también con Chevy Metal, Hawkins volvió en el marco del Festival Internacional de Innovación Social (FIIS), en el que tocaron el miércoles 23 de octubre, en el Teatro Caupolicán, Para esa ocasión, la banda necesitaba un lugar para ensayar, y para ello, el destacado baterista nacional Cote Foncea (Lucybell) facilitó su estudio de grabación. El músico tiene un amigo con común con Hawkins, Alain Johannes, por lo que el contacto se dio de forma directa.

“Alain me comentó que (Hawkins) quería saber si podía utilizar el estudio. Me acuerdo que estábamos trabajando con Lucybell, les pedí un tiempo para poder desarmar. Llegaron los chiquillos y les teníamos todo el backline listo, estuvimos un ratito conversando previo al ensayo. Ensayaron tres, cuatro horas”.

Foncea aún recuerda que Hawkins quiso comprarle uno de los instrumentos del estudio. “Tengo muchos instrumentos casi ya a modo de colección, porque se han ido estropeando. Vio un módulo de percusión latina y me dijo: ‘Te lo compro’. ‘No te lo voy a vender, está usado, está viejo’, le dije. ‘100 dólares’. ‘No, por esa plata no lo voy a vender’. ‘Ya, 200′”. Finalmente, Foncea no le vendió el set a Hawkins.

Luego, Hawkins pidió comer “un churrascou”, para lo cual Foncea y el resto del grupo se movilizaron hacia un local cercano al estudio, en Avenida Ossa. “Era un tipo muy simpático, muy cariñoso, muy relajado. Al otro día se fue a surfear a Pichilemu”.

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