Convocamos a 10 destacadas autoras nacionales para que recomendaran a una par, o sea, a una creadora de las letras locales que, según ellas, merezca ser más difundida entre los lectores. En la era #MeToo, la selección permite valorar a nombres que van más allá de los mencionados habitualmente o establecidos en los planes de estudio y lectura, como lo es la Premio Nobel de Literatura 1945, Gabriela Mistral o Marcela Paz, creadora de la saga Papelucho.

Nacidas en diferentes períodos, autoras de uno o varios libros, los nombres que participaron para componer esta suerte de canon improvisado son Sonia Montecino (1954), Pía Barros (1956), Carla Guelfenbein (1959), Alejandra Costamagna (1970), Lina Meruane (1970), María José Viera-Gallo (1971), Nona Fernández (1971), Claudia Apablaza (1978), Paulina Flores (1988) y María José Cumplido (1988).

Ellas optaron por artistas de diferentes épocas y registros. Hay narradoras, dramaturgas, poetas y ensayistas como Julieta Kirkwood, socióloga, cientista política, precursora de los estudios de género en el país, quien falleció en 1985, con 49 años.

No fue casual, entonces, que el miércoles pasado,en medio de la gran convocatoria de la marcha por "Una educación no sexista", varias selfies circularan en las redes sociales junto al libro Ser política en Chile, de Julieta Kirkwood.

Julieta Kirkwood por María José Viera-Gallo y María José Cumplido

"Creo que es el turno de rescatar a escritoras de no ficción, como la ensayista, socióloga, teórica feminista Julieta Kirkwood (1936-1985). En estos tiempos de revuelta feminista universitaria, cierres de medios liderados por mujeres y escaso debate intelectual al respecto, urge volver a la fuente, a lo clásico. Y Julieta K. lo es. Es, sin ir más lejos, nuestra Simone de Beauvoir", dice la narradora María José Viera-Gallo (Verano robado). "Hoy se echa de menos su voz. Quisiera ver en todos los mesones de las librerías su obra maestra: Ser política en Chile (1982). De ese libro en particular, valoro su rigor teórico y afán activista para narrar y reflexionar entorno a lo que llama 'la historia oculta femenina' de Chile. Hay ensayos brillantes donde se cuestiona la relación entre género, saber y poder, todas preguntas de gran actualidad que ella no responde de manera lineal ni con slogans, sino zigzagueando entre Camus, Sartre, Arendt, Foucault, el contexto político de los 80, y su propio malestar con respecto a mitos culturales como 'lo femenino' o la igualdad", agrega Viera-Gallo.

"Pienso que una de las autoras feministas más importantes del siglo XX chileno es Julieta Kirkwood", señala la historiadora María José Cumplido. "Volver a leerla es fundamental para entender la historia del movimiento feminista, los estragos que causaron la dictadura en su organización y la lucha política de las mujeres en contra de la violencia y del sistema neoliberal que nos perjudica a nosotras sobre todo", agrega la autora del libro Chilenas. "Desde otro punto de vista, Kirkwood también es una intelectual central para comprender la relación indisoluble entre feminismo y lucha política. Hoy en día que vemos marchas multitudinarias apoyando causas feministas es esencial volver a releer sus pensamientos, no solo para comprender otros períodos de la historia, sino también para proyectar este nuevo movimiento feminista hacia el futuro", comenta Cumplido.

Alia Trabucco Zerán por Lina Meruane

"Están apareciendo muchas escritoras con fuerza, entre las que he leído por ahora puedo apuntar a Alia Trabucco Zerán (1983), una escritora muy potente, además de pensadora brillante. Su novela La Resta (2015) tuvo excelentes reseñas, pero su circulación fue acotada. Este año será publicada en inglés. La Resta repiensa la memoria de la dictadura chilena y del exilio desde el punto de vista de tres jóvenes contemporáneos, y lo hace de una manera renovadora, más crítica, poniendo en cuestión los modos en que se ha narrado ese pasado reciente y a sus protagonistas".

Isidora Aguirre por Nona Fernández

"Isidora Aguirre (1919-2011), figura clave del teatro chileno, conocida por la famosa La pérgola de las flores (1960), que eclipsó el resto de su obra. Visitar el trabajo de la maestra Aguirre me parece de toda urgencia. Una autora comprometida, audaz, que rompió las barreras de su propia clase para estar a la altura de las necesidades de su época. Con estudios de Trabajo Social, su escritura estuvo siempre iluminada por esa vocación generosa de trabajar para y por los desposeídos. En sus obras los marginales, los que no tienen voz, tienen la posibilidad de hablar y entregar sus descargos".

Mercedes Valdivieso por Sonia Montecino

"Mercedes Valdivieso (1924-1993) es una escritora que debe ser visibilizada por su abordaje a los nudos problemáticos de la categoría simbólica de la mujer en la década de los 60. La brecha (1961) es una novela que anuncia los cambios en las relaciones de género en Chile y, posteriormente, Maldita yo entre las mujeres (1991) es un revisar la figura de la Quintrala (Catalina de los Ríos y Lisperguer) con ojos contemporáneos persiguiendo cambiar los estereotipos con que se la ha valorado en el imaginario cultural".

Marta Brunet por Alejandra Costamagna

"Recomendaría volver a Marta Brunet (1897-1967). Afortunadamente, en los últimos años ha habido un rescate liderado por Natalia Cisterna. Ahí podemos apreciar la relevancia estética de Brunet, que trasciende con creces el rótulo del criollismo que le ha pesado. La escritora instala personajes que desnaturalizan el deber ser impuesto socialmente, y lo hace con los ojos muy atentos al contexto en el que escribe. Brunet sabe que el discurso transgresor no sólo pasa por las tramas, sino también por la gramática, por los códigos lingüísticos, por un particular uso de la lengua. Y ahí juega todas sus fichas".

María José Ferrada por Pía Barros

"Creo que de las voces notables de la narrativa actual, María José Ferrada (1977) es imperdible. Se conoce por sus libros para niños, y aunque su maestría en ellos no es cuestionable, creo que debe ser leída en su timbre actual. Su novela Kramp es de una belleza total. En un lenguaje de aparente simpleza aporta una profundidad que no es usual en las narrativas de este momento. Si a eso le sumamos La tristeza de las cosas (2017), una joya literaria como pocas. Creo que ella es una lectura urgente e imprescindible en estos momentos".

Daniela Catrileo por Claudia Apablaza

"Recomiendo a la poeta Daniela Catrileo (1987). Es una escritora que tiene mucha fuerza y que trabaja de forma hermosa el tema de la violencia hacia el pueblo mapuche en su libro Río herido, publicado por Edicola ('¿Cómo escribir un nombre/ que nació herido,/ antes de ser escrito/ antes del origen/ de la letra?'). Es además un libro que en cierto punto trabaja el tema de la muerte, de la desaparición en todo sentido. Es un libro violento y nostálgico a la vez, con un compromiso político y espiritual importante y un lenguaje hermoso".

María Luisa Bombal por Carla Guelfenbein

"Hay muchas razones para leer a M. L. Bombal (1910-1980), pero cabe destacar un aspecto que resulta relevante hoy. Es la primera escritora latinoamericana que describió el acto sexual. En su época, la literatura imperante era el criollismo, una corriente vinculada con lo masculino, la conquista de la naturaleza y la lucha con otros hombres, donde el trofeo era la mujer. El sexo era representado como una acción de dominio de lo masculino sobre la mujer. Bombal explora los sentidos del cuerpo femenino, y le otorga un sentido carnal y cósmico".

Soledad Fariña por Paulina Flores

"Yo diría que la autora Soledad Fariña (1943) es relevante. Su poesía es a la vez inteligente, bella y muy sensorial. Además posee frescura y cierta ironía, en el sentido que se despoja de los principios del mundo y del lenguaje, características que la hacen muy actual. En el 2016 Ediciones UDP reeditó El primer libro (1985), pero lamentablemente es bastante difícil encontrar sus obras". Algunos versos de El primer libro: "Tiembla la mano larga de dedos afilados/ serpentea la tierra profunda oscilación/ (¿abrirá al fin la grieta?)/ Polvareda amarilla asciende al cielo gris".