La particular dieta que ayudó a Novak Djokovic a recuperar la cima del ATP

Novak Djokovic enseña parte de su alimentación en Instagram.
Novak Djokovic enseña parte de su alimentación en Instagram. Foto: @djokernole/Instagram.

El serbio, quien retomó el liderato del ránking ATP tras imponerse en Roland Garros, sigue una estricta dieta que le ha permitido sostener su nivel competitivo.



Novak Djokovic está más vigente que nunca. El tenista serbio de 36 años se ha vuelto a poner en el tope de la clasificación ATP después de que el fin de semana pasado se impusiera a Casper Ruud en la final de Roland Garros.

Con eso, además, se transformó el el tenista con más títulos de Grand Slam en la historia tras alcanzar su 23° victoria en estas instancias.

Pero todo esto está lejos de tratarse de una casualidad. Para lograrlo el balcánico ha debido sostener una estricta dieta que le permite sacar lo mejor de sí en cada encuentro deportivo.

Una de las claves de este régimen es que intenta comer lo menos posible durante el día cuando así lo necesita, en especial cuando no compite, con el fin de que su cuerpo gaste energía por el proceso de digestión. Por lo mismo, intenta estar cerca de 16 horas sin consumir alimentos entre la cena y el desayuno del día siguiente.

El primer paso para cumplir con la dieta es que , apenas despierta, consume un vaso de agua caliente o a temperatura ambiente con unas gotas de limón. También en algunos sitios ha contado que le hecha gotas de plata colodial con el fin de eliminar así las bacterias.

¿Por qué agua caliente? Pues con esto considera que su cuerpo no gastará energía adicional calentando el agua fría que introduciría en su estómago.

Posterior a esto, su desayuno se basa en un jugo de apio para luego comenzar con los sólidos, todos ellos basados en productos vegetales. Así, suele beber un batido verde con una mezcla de algas, espinacas y frutas, además de otros suplementos que le permiten tener una mejor claridad mental y beneficios para la salud. También consume mucha frutas para obtener el azúcar que le dé energía para los entrenamientos, dejando totalmente de lado el azúcar refinado.

También consume un bowl con una mezcla de cereales orgánicos sin gluten, avena, las frutas y miel de manuka, que se produce en Nueva Zelanda, pues esta posee propiedades antibacterianas más potentes.

A la hora del almuerzo la consigna de evitar alimentos pesados se mantiene para que así su energía comience a disiparse con los entrenamientos y no antes de aquello. De esta forma, la carne roja está completamente descartada. Así, la alternativa para las proteínas las obtiene de la quinoa, arroz o la pasta sin gluten. También varía con el consumo de papas, papas dulces al vapor o cocidas con abundantes verduras o ensaladas.

Entre medio de todo esto también hay tiempo para snacks los que suelen ser frutos secos como nueces, almendras y frutas.

Por último, la cena está compuesta por el consumo de verduras y una fuente de proteínas para poder recuperar lo que haya utilizado en las prácticas, siendo el alimento protagonista.

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