Con 34,5 puntos de rating regresó el pasado lunes Perdona nuestros pecados, la exitosa teleserie nocturna de Mega que, después de solo un par de días de receso, volvió con lo que sus realizadores han llamado una segunda temporada.

La ficción, que protagonizan Mariana Di Girólamo y Álvaro Rudolphy, volvió con varias novedades, y así lo explica su creador, el guionista Pablo Illanes: "Lo que nos propusimos era evitar que cambiara el tono de la teleserie, y que esto no es un alargue, es una segunda temporada. Hay nuevos conflictos, tiene una nueva estructura, otro eje dramático, y está contada a partir del terremoto y de la reconstrucción de la Villa Ruiseñor, y de los conflictos personales que nacen a partir de esa catástrofe, en cada uno de los personajes".

Y es precisamente el gran movimiento telúrico de 1960, que tuvo su epicentro en la Región de la Araucanía, el punto de inflexión de la historia de época y de sus personajes, y que en pantalla se verá dentro de los próximos días.

Serán solo algunos minutos de terremoto, aunque en la realidad fueron ocho, pero para el equipo detrás de cámaras significaron varios meses de trabajo para poder realizarlo lo más veraz posible.

Y para eso, se necesitaron cerca de 90 extras, seis días de grabaciones y cinco toneladas de escombros, entre otros recursos.

Nicolás Alemparte es el director de Perdona nuestros pecados, que en su segundo ciclo promedia 31,8 puntos de rating, y para él lo más importante de estas escenas era "traspasar la parte emocional. El día que grabamos, me junté con todos los equipos y el elenco, y los invité a concretar lo que nos propusimos como meta, que era cómo traspasamos la angustia de vivir un terremoto. Uno sabe lo que pasa en ese momento, porque todos lo hemos vivido, o en el 85 o en el 2010".

Durante tres meses se trabajó en este terremoto, y por eso Alemparte ha revisado y reeditado, al menos, unas 30 veces el resultado de todo ese trabajo. Esto, porque además de las emociones, era primordial que resultara lo más auténtico posible. Y para conseguir a cabalidad este objetivo, primero se apoyaron mucho en la ayuda que les entregó el equipo de prensa de Mega, y luego contrataron a un staff de efectos especiales, con larga trayectoria en trucos visuales, en tragedias y catástrofes naturales, tanto en películas como en series.

Y hay más, porque después llegarán las réplicas y las noches angustiantes por la incertidumbre a Villa Ruiseñor, que quedó completamente destruida, aislada, sin poder contar con la ayuda inmediata de terceros, tal como ocurría en aquellos tiempos, porque los sistemas de comunicación eran muy precarios. Será ahí cuando muchos de los personajes se conviertan en héroes que ayuden a levantar el pueblo.

"El pueblo se viene abajo, y eso para los televidentes será de alto impacto. Y para nosotros también lo fue, porque paramos todo ese pueblo con mucho esfuerzo y cariño. A mí me dio harta pena verlo así, con la cúpula de la iglesia en el suelo", finaliza el director.