“La historia va a juzgar a un gobierno que defendió o no defendió la Constitución vigente”, sostiene el ministro del Interior, Rodrigo Delgado, en la semana en que La Moneda enfrentó una nueva arremetida para el retiro de los fondos previsionales. El jefe de gabinete -que regresó hace unas semanas a sus funciones tras ser contagiado de Covid-19- insiste en que el gobierno está disponible para un acuerdo que congele la iniciativa del tercer retiro en el Senado y elimine la posibilidad de recurrir al TC. De lo contrario, recurrir al organismo fiscalizador es “una responsabilidad”.

Al gobierno le gusta jugar al límite, jugar con fuego. Estaban advertidos de que el tercer retiro previsional generaba amplio respaldo en parlamentarios oficialistas, sin embargo, sólo en la recta final se allanaron a proponer una alternativa para frenarlo. ¿Cómo explica eso?

Al gobierno le gusta el debate responsable. El gobierno ve con buenos ojos a todas aquellas personas -porque esto no solamente involucra a los parlamentarios- que quieran tener un debate responsable en el marco de la Constitución y van a ser bienvenidos en La Moneda (…). Hay un fallo del TC que dice que este tipo de retiros -sobre todo fundamentándolo en las modificaciones transitorias- no son constitucionales. Y uno esperaría que quienes juran respetar la Constitución lo hagan. Por lo tanto, esto de jugar al límite más bien es de aquellas personas que desafían los fallos de un Tribunal Constitucional, y no del gobierno que tiene que respetar la Constitución.

No lograron que se rechazara el proyecto con articulado transitorio, pese a sus tratativas. ¿Es una derrota?

Hay muchos parlamentarios que lo que quieren no es aprobar un retiro ni permanente ni transitorio, muchos quieren cambiar el régimen presidencial. Porque estamos hablando de facultades que son del Ejecutivo, del Presidente (…). Eso, por supuesto, un gobierno no lo puede permitir. La Constitución es clara, y la nueva Constitución que se comenzará a discutir durante el año dirá qué es lo que quieren los chilenos y las chilenas para el día de mañana con respecto a eso.

El punto es que no fueron capaces de alinear a su propio sector…

La derrota finalmente no es del gobierno o de un sector político determinado. Insisto, la derrota va a ser para cinco millones de chilenos y chilenas que eventualmente, si es que se llega a aprobar el tercer retiro, van a quedar desprotegidos en su vejez.

La votación fue por mucho más de dos tercios, el gobierno entregó mensajes contradictorios: que iba haber más recursos, luego que no por ahora y después se abrieron a recoger la propuesta de Joaquín Lavín. ¿Hay una debilidad en el comité político?

Lo que pasa es que hay temas que es más complejo poder generar que los parlamentarios puedan tener una sola voz. Sabemos que los retiros de los fondos de pensiones es uno de ellos, porque tiene que ver, también, lamentablemente, con una gran presión social. Una cosa tiene que ver con que hay mucha gente que tiene necesidades, por supuesto que lo sabemos, empatizamos y, por eso, el paquete de transferencias vía recursos fiscales ha ido al alza y es reconocido dentro de Chile y fuera de Chile por organismos de distinta índole. Tenemos que entender que hay mucha gente que a lo mejor siente que el Estado no ha llegado a golpear su casa con ayuda y tenemos que identificar quiénes son esas personas para poder mejorarlo. Pero siempre dentro del camino de la responsabilidad. El gobierno debe ser responsable. Creo que Chile Vamos, más allá de esta votación en particular, se ha caracterizado por poner arriba de la mesa el concepto de la responsabilidad. Chile Vamos tiene un rol en esto, el gobierno tiene un rol en esto. Chile Vamos tiene que ser también la primera línea contra el populismo de aquí en más.

Pero no lo está siendo en este momento.

Bueno, nuestro trabajo es que lo sea.

Usted atribuye la acción de los parlamentarios oficialistas básicamente a un período de campaña y miedo a la presión ciudadana…

No hablo de miedo. Ellos tienen sus argumentos y sus convicciones, pero las convicciones y los argumentos de ellos son muy distintos a los que puede tener el Ejecutivo… Es como que se parte de la base que el gobierno no ha entregado absolutamente nada, y la única fórmula sería el 10%. El gobierno ha entregado un paquete de más de 18 mil millones de dólares en distintas etapas, y va a seguir evaluando y entregando. Pero dentro de un marco de responsabilidad e institucionalidad. ¿Nos gustaría que todos pensaran como nosotros? Sí, por supuesto que nos gustaría, pero tenemos que respetar, porque ellos son también representantes de sus electores y tienen sus argumentos. No soy quién para condenarlos por eso, pero sí nos gustaría que tuviesen también la mirada que tiene el Ejecutivo a la hora también de poder colegislar.

Los parlamentarios sostienen que es insuficiente lo que ha hecho el gobierno...

Cualquier persona que diga que el gobierno no ha hecho nada en materia de transferencia, lo invitaría a leer todas las minutas que los mismos parlamentarios tienen. Hay una transferencia importante, el gobierno ha hecho grandes esfuerzos, pero a veces competir en paralelo con recursos que son de los mismos trabajadores, que son mayores que los bonos o que un IFE, por supuesto que un parlamentario puede decir “yo prefiero esta otra alternativa”. Pero el gobierno tiene que ser responsable.

Y cuando la voz del gobierno no es escuchada, ministro, ¿no da cuenta de su irrelevancia política?

Lo que quisiéramos instalar como temas centrales de nuestros ejes para este año -que es el tema de la pandemia, reactivación económica, seguridad, vacunación, etcétera- a veces pasa a segundo plano desde el punto de vista mediático.

Eso no explica que los parlamentarios oficialistas no escuchen a su propio gobierno.

El gobierno es escuchado, pero cada parlamentario o cada bancada tiene que tomar sus definiciones. Nos gustaría que las definiciones fueran con todos los elementos que el mismo gobierno toma.

En el gobierno también transmitían en un principio que tampoco sería responsable abrirse a la propuesta de Lavín, pero terminaron cediendo…

Sí, pero a diferencia del 10 por ciento, hay un componente de fondo solidario…

Y con todo esto que ha pasado, ¿cuál es el estado de ánimo del gobierno con su coalición?

Esta es una coalición muy resiliente. Nosotros podemos tener una postura que esté en base a elementos distintos, tal vez a la que puedan tener los partidos o cada parlamentario(…). Pero eso no es suficiente para quebrarnos con nuestra coalición, ni para cerrar la puerta, ni para no seguir conversando o no seguir con otro tipo de proyectos.

¿Espera que los senadores tengan otra actitud?

Esperamos que el Congreso en general legisle de acuerdo a la Constitución.

¿El gobierno va a recurrir finalmente al TC? El Presidente el viernes planteó que “de ser necesario” acudirán…

Esas son las palabras, de ser necesario. Lo dijo el Presidente.

¿Usted cree que es conveniente ir?

Nos gustaría llegar a acuerdos en el marco de la responsabilidad, del gasto fiscal y de no perjudicar las pensiones futuras de los trabajadores. Si eso no ocurre, si eso no se da, tal como lo ha dicho el Presidente, más que una opción, es una obligación siempre respetar la Constitución.

La idea es llegar a un acuerdo que frene el proyecto y no obligue recurrir al TC...

Los acuerdos todavía no se han dado, y si se llegan a dar habría que ver la magnitud de los acuerdos (…). Cualquier acuerdo que esté en el marco de la Constitución, de la institucionalidad, bienvenido y, por supuesto, en ese contexto no se va a requerir ir al TC. Ojalá se pueda abrir una posibilidad en la cual no se perjudique el futuro de más de cinco millones de chilenos y chilenas. Si se llega a un acuerdo de esas características, bienvenido sea.

¿Van a esperar la votación del Senado para despejar el requerimiento del TC?

Noticia en desarrollo.

El gobierno pagará un costo si recurre al TC, por lo mismo que usted señalaba respecto de que era una demanda que se instaló en la ciudadanía.

El gobierno, desde el primer retiro, ha tenido la misma postura: por lo tanto, los costos ya están pagados (…). La historia va a juzgar a un gobierno que defendió o no defendió la Constitución vigente. Y este gobierno tiene que pasar a la historia por defender la Constitución en distintos ámbitos.

¿El gobierno rompió la prescindencia al optar por la fórmula de Lavín? Evópoli planteó su molestia.

El gobierno está abierto a discutir todas aquellas fórmulas de cualquier candidato del sector que esté en los márgenes que hemos planteado. Pero hay que recordar que Joaquín Lavín refrendó esta misma fórmula con otro candidato como Mario Desbordes.

¿No es marcar preferencia por ellos?

No. Todas las propuestas van a ser analizadas en su mérito.

En las últimas semanas, el gobierno también ha debido enfrentar críticas al manejo de la pandemia y debió posponer las elecciones.

Lo primero que había que poner arriba de la mesa era el tema sanitario de los millones de chilenos que iban a ir a votar ese día. Mucho candidato hasta el día de hoy nos dice, oiga a lo mejor, pucha, me pudo haber avisado antes, porque me trajo complicaciones... y cada vez que uno habla con algún partido político o algún candidato, siempre aparecen los temas de las externalidades que le generó este aplazamiento.

¿Asume alguna responsabilidad el gobierno en lo que se ha denominado comunicación de riesgo? El permiso de vacaciones, por ejemplo, sirvió para que la pandemia atacara con más fuerza.

Había un tema de salud mental, del estrés (…). El permiso responde a ordenar una salida que la gente igual iba a hacer… Encuentro injusto que se vea para atrás solo recordando un punto de prensa del Presidente y un ministro. La sociedad en su conjunto también ha tenido cambios de posturas, la gente pedía tener un respiro.

Quienes gobiernan son ustedes…

Sí, está bien. Esta fue una definición en conjunto con mucha gente, fue una decisión escuchando a la gente y distintos organismos. A veces la gente juzga al gobierno solo por un punto de prensa.

¿Hay alguna autocrítica por cómo se hicieron las cosas en el cambio de elecciones?

No digo que todo sea perfecto, pero hay que poner en perspectiva el análisis. A lo mejor debimos conversar con los partidos antes y tener un plan de aplazamiento, pero lo primero era poner la salud de las personas sobre la mesa.

¿Se está pensando en un plan en caso de que las elecciones no se puedan hacer en mayo?

Aprendimos y estamos tomando toda la información previa para tener algunos planes alternativos si es que llegasen a necesitarse. Todo indica hoy que las elecciones se van a poder realizar el 15 y 16 de mayo.

¿Ya tienen un plan de calendarización?

Tenemos algunos escenarios al respecto. Pero insisto, para que quede claro: hoy día la probabilidad de que se ejecuten elecciones son mayores a que no.

¿Y ese plan apunta a mantener igual la elección presidencial en la fecha actual y mover las otras elecciones quizás para junio?

No, la elección presidencial, tal como se comprometió el Presidente, no se mueve. Estamos revisando alternativas y el deadline es fin de mes.