El sueño de Chile y Sudamérica se fortalece: “El título de Argentina es un tremendo impulso para la candidatura al Mundial de 2030″

El afiche de la postulación al Mundial de 2030.

En la postulación conjunta a la cita de seis años más existe pleno consenso en que la corona de la Albiceleste reposicionó al continente en la lucha por traer de vuelta la cita a la región. Tanto la ministra del Deporte, como el presidente de la ANFP y un experto en la materia coinciden en que el escenario hoy es más favorable.


Lo que parecía solo una declaración de intereses en 2018, comienza a tomar inusitada forma. La candidatura de Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina al Mundial del 2030 recibió una inyección importante apenas el balón traspuso la línea de gol tras el penal de Gonzalo Montiel que le dio a la Albiceleste su tercera Copa del Mundo. Con el máximo título de este lado del mundo las expectativas de albergar la máxima fiesta en seis años más crecen considerablemente.

“Con la victoria de Argentina en el Mundial se le da un valor adicional a la importancia de Sudamérica en el fútbol mundial y renueva y fortalece las esperanzas del Mundial 2030, desde lo histórico y lo romántico del fútbol”, señala el presidente de la ANFP, Pablo Milad, quien estuvo en Qatar desarrollando importantes reuniones con diversas federaciones, especialmente las africanas, tal como lo había anunciado hace algunas semanas en el lanzamiento de la corporación que reúne a la candidatura conjunta. Además, justo en un momento en que las relaciones entre la UEFA y la FIFA no pasan por su mejor momento.

Alexandra Benado, ministra del Deporte y presidenta de dicha corporación, coincide con el timonel del fútbol chileno. “El triunfo de la selección argentina en el Mundial de Qatar enriquece la postulación al Mundial 2030 que estamos haciendo desde Chile junto con nuestro vecino país, además de Paraguay y Uruguay. La tradición sudamericana en el fútbol mundial es innegable, por sus jugadores, jugadoras y su historia, por lo tanto, crece el legítimo anhelo que tenemos de organizar una de las principales citas deportivas del planeta”, resalta.

En ese sentido, no duda en recordar tiempos pasados y la épica con la que se gestó la cita en nuestro país hace 60 años, pero también establece que la situación es más auspiciosa. “Para el Mundial de 1962, la frase era ‘porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo’. Sin embargo, esta vez sí tenemos elementos a nuestro favor, como un monarca sudamericano, el mejor jugador del mundo, selecciones y países con mucha tradición y, en cuanto a Chile, un prestigio internacional que nos abre puertas en el mundo”, sostiene.

Por esto mismo, también, le manda un recado a las máximas autoridades del fútbol: “Si bien quedan etapas por delante que cumplir, esperamos que, a 100 años del primer mundial de fútbol realizado en Uruguay, se reconozca el valor de nuestro continente y nuestra realidad regional. Aspiramos a organizar un mundial responsable, sustentable e inclusivo, que deje un legado en nuestro territorio para las futuras generaciones”.

En esa misma línea, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, valoró el título transandino, en una emotiva carta publicada por la entidad. “La intención fue también mostrar al mundo la relación especial que Sudamérica tiene con el fútbol, parte fundamental del ADN cultural de nuestro continente. En honor a esa historia y a esa pasión, queremos que la Copa del Mundo del 2030 se juegue en Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile. Queremos que, cien años después, el balón vuelva a rodar donde todo comenzó”, escribió.

Un giro importante

Michael Boys es uno de los chilenos con más experiencia en política deportiva internacional y en el manejo de la FIFA, debido a su gran experiencia como coordinador de eventos de la entidad, lo que lo ha llevado a diversos Mundiales. Desde su punto vista, celebra el éxito del equipo de Lionel Messi y cree que será muy beneficioso para las aspiraciones de la postulación. “Es un tremendo impulso por varias razones. La primera, es una razón de política deportiva muy fuerte. Hace 20 años que Conmebol no tenía al campeón del mundo y eso había significado un retroceso muy fuerte de la influencia y de la presencia. No porque se dejara de producir jugadores, sino que las selecciones y también los clubes en las instancias correspondientes habían dejado de ser competitivos ante Europa. No nos olvidemos que en el Mundial anterior, en Rusia, los cuatro semifinalistas habían sido europeos, y eso en la política deportiva influye mucho”, comienza planteando.

Por otro lado, asoma una mirada económica muy interesante, porque a su juicio se genera un giro importante. “El segundo elemento pasa por las finanzas. El hecho de que Argentina salga campeón del mundo implica una gran cantidad de dinero que recibe y también recibe un premio la confederación correspondiente, y hace que en general los ojos del mundo vuelvan a posarse en la región. No solo a los jugadores que salieron campeones del mundo, sino al fútbol argentino, al brasileño, por extensión al chileno y al uruguayo, porque la región vuelve a ponerse en vitrina como particularmente relevante”, detalla.

Para Boys, la competencia interna también asoma como otro factor determinante. “Argentina, campeón mundial va a jugar Clasificatorias y Copa América. Entonces, revaloriza y hace que vuelva un interés que ya es grande por jugar con Argentina. Pero eso también obliga a Brasil, que había sacado una gran ventaja de Argentina a nivel de clubes, principalmente por los recursos que podía poner o que ha conseguido recaudar el Brasileirao. Sin embargo, a nivel de selecciones se da vuelta la tortilla y hace que la selección brasileña tenga que desafiar a la argentina, que ya le ganó la Copa América del año anterior y ahora gana la Copa Mundial y vuelve a ser la gran protagonista de la región. Esa rivalidad sana entre Argentina y Brasil se impulsa no solo entre sí, sino que también al resto de la región para competirle”, destaca.

Finalmente, pone en evidencia el sustento que va a tener la candidatura. “Ya no es solo por los 100 años del Mundial de 1930 en Uruguay, sino que es por traer de vuelta una Copa Mundial del ahora tricampeón mundial. En política deportiva es muy relevante, planta a la postulación en una posición totalmente distinta y le da un gran impulso. Ahora, eso no significa que esté ganado, pero sí creo que para los públicos internos como para los públicos externos es muy relevante”, afirma.

Eso sí, también pone en el ruedo los desafíos que el fútbol sudamericano tiene que superar para robustecer esta postulación. “Creo sí que la región tiene que atacar varios problemas que son estructurales: temas de gobernanza en las federaciones y en la confederación; temas de modernización, temas de arbitraje... Vimos la gran diferencia que hay entre los arbitrajes de primer orden mundial y los que tenemos en la región, en términos de juego, disposición de los jugadores, dinamismo, recuperación, etcétera... Por otro lado, hay temas inherentes a la experiencia en los estadios, que acá en Sudamérica, excluyendo a Brasil, es mala y eso tiene que ver con temas de infraestructura, seguridad, servicios... Todos esos son temas por avanzar, pero una Copa Mundial como la que trae Argentina a la región solo puede ayudar a favorecerlo”, sentencia.

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