La mano de Dios: cómo la figura de Maradona marca la Copa del Mundo de la Argentina de Messi

Las imágenes idénticas de Maradona y Messi con la Copa del Mundo.
Las imágenes idénticas de Maradona y Messi con la Copa del Mundo.

El recuerdo del astro, fallecido hace dos años, acompañó en todo momento la campaña de la Albiceleste. En las gradas y en el vestuario, hubo cánticos que lo hicieron parte del proceso. La influencia, en todo caso, partió antes. De hecho, el Diez impulsó a tres figuras claves del combinado de Scaloni. Una de ellas, el rosarino.



Y al Diego en el cielo lo podemos ver, con don Diego y con la Tota, alentándolo a Lionel”. El cántico retumba en el Lusail Stadium y en todos los rincones del planeta donde haya argentinos o nacidos en otros países interesados en sumarse a la fiesta. Pasó, de hecho, en Chile, aunque una de las situaciones más paradigmáticas se dio en Italia, especialmente en Nápoles, donde la figura de Maradona es y seguirá siendo objeto de devoción. De una u otra forma, la figura del astro, fallecido hace poco más de dos años, sigue presente en el imaginario colectivo. Y hay quienes, en medio del fervor, le pidieron el favor, y luego se lo atribuyeron, de que ayudara a llevar a Buenos Aires la tercera Copa del Mundo de la historia del balompié transandino.

El coro no solo se escuchó en los estadios. En la intimidad del vestuario transandino también se entonaba después de cada victoria. De hecho, los futbolistas estaban en eso cuando se produjo el accidental pisotón a una camiseta mexicana que Saúl Canelo Álvarez interpretó como una afrenta, al punto de llegar a ofrecerle golpes a Messi. “En Argentina nací, tierra de Diego y Lionel...”, abre la creación, cuya base musical es Muchachos, esta noche me emborracho, de La Mosca.

No fue la única forma en que Maradona estuvo presente. También apareció en lienzos, camisetas y bombos. Y, en la mayoría de los casos, compartiendo plano con Messi. Porque, en el fondo, si la hazaña requería ayuda divina, también necesitaba ejecución terrenal. Una más. Una de las imágenes de Messi con la Copa del Mundo es idéntica a una que le tomaron a Maradona en el estadio Azteca, después de la victoria sobre Alemania.

Messi besa la Copa del Mundo (Foto: AP)

“A Di María...”

Más allá de lo simbólico, hay situaciones concretas que vinculan a Maradona con la hazaña del plantel de Scaloni. De hecho, tres de sus figuras emergieron en el combinado transandino cuando el astro estaba sentado en la banca del combinado, en el proceso previo a Sudáfrica 2010 y, luego, en ese evento: el defensor Nicolás Otamendi, el delantero Ángel Di María y, por supuesto, Lionel Messi.

Por esos días, se hablaba de una nómina “a lo Diego Maradona”, estableciendo en ese concepto una carga de cierto afán despectivo por las determinaciones que tomaba el exfutbolista, quien se transformó en ícono del fútbol planetario durante el Mundial de México, en 1986. La convocatoria de Di María, de hecho, fue una de las más resistidas de la lista. “A Di María me lo resistían”, solía repetir el Diez respeto de la polvareda que levantó en su momento la convocatoria de Fideo. El tiempo, incluso, transformó la frase, que derivó en “A Di María no lo querían”. Hasta el humorista chileno Stefan Kramer se valió de la expresión para incluirla en la celebrada rutina en la que imitaba al exseleccionador transandino.

Esa vez, Maradona expuso argumentos técnicos. “Yo lo veía. Yo lo veía. El pibe pasaba la línea de la pelota con una facilidad bárbara y te encaraba. De punta, como dicen los italianos, te hace destrozos. Tiene enganche para adentro, para afuera… y tiene un remate bárbaro y unos centros bárbaros. Y es guapo. Es así (levanta su dedo meñique), lo marcan estos marcadores de punta portugueses y él los encara, le pegan y los vuelve a encarar”, detallaba.

Maradona Messi
Maradona y Messi en la selección argentina.

“No le saques el pie tan rápido”

De la misma época data otro recuerdo que Maradona solía sacar a colación. Messi, por cierto, ya era un indiscutido. Estaba en la plenitud de su forma en un Barcelona imbatible, pero había una materia en la que aún no lograba ser tan brillante: los tiros libres. Y ese era uno de los sellos de su entonces entrenador, quien se puso a disposición para aportarle una de las pocas facetas que le restaba mejorar.

Maradona contaba la situación, naturalmente, desde su perspectiva, que le atribuía protagonismo. “Poné la pelota acá y escúchame bien: no le saques tan rápido el pie a la pelota, porque si no ella no sabe lo que vos querés”, le habría dicho a Messi, en el afán de hacerle entender que debía acompañar durante más tiempo la trayectoria del pie en el impacto al balón. Fernando Signorini, histórico preparador físico del Diez, avaló el diálogo y lo situó en febrero de 2009.

“La verdad que no me acuerdo, me acuerdo que nos quedábamos a practicar”, planteó Messi, tiempo después, relativizando la ya mítica teoría. Sí recordó con más nitidez a otro técnico que le había planteado la misma observación. ““Me acuerdo de que el primero que me empezó a hablar fue el Coco Basile. Me decía “soltá el pie, mirá como hace Román (Riquelme)”, decía. El diagnóstico era, en todo caso, el mismo. “Yo antes pateaba despacito”, admitía Messi, quien, además, reveló el demoledor juicio de Basile. “Es un centrito”, recordó que le decía el también célebre entrenador.

Otamendi, otro de los elegidos por Maradona. (Foto: Reuters)

“Ya sabemos lo que pesa”

Otamendi, por cierto, no se olvidó de su mentor. En una de sus tantas entrevistas, Maradona reivindicó la importancia de obtener el máximo trofeo del planeta. “Solo los que la hemos logrado levantar, sabemos lo que pesa”, declaró, varias veces, el Pelusa. En el momento de la gloria, el zaguero central, el mismo el que el Diez había bendecido con la elección, recordó la reflexión atribuyéndole, otra vez, carácter de designio.

Ya sabemos lo que pesa, lo dijo el Diego”, sentenció el actual defensor del Benfica. El artículo forma parte de la denominación que más le agradaba a Maradona. Decía que graficaba su cercanía con el pueblo. Hoy, se puede situar como una muestra más de la pertenencia que tiene con esta conquista. Para Otamendi la ocasión era especial por todos lados: la final ante Francia era su centésimo partido con la Albiceleste. Un camino que inició de la mano de D10S.

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