En una semana marcada por el debate en torno al mecanismo para definir una candidatura única de la centroizquierda, el líder del PS, Álvaro Elizalde, aborda la difícil situación de su candidata Paula Narváez y asegura que no hay margen para que la colectividad vaya directo a primera vuelta. Sin embargo, insiste en que la mejor fórmula para arribar a una alternativa común con la DC es la primaria convencional. A su vez, se hace cargo del complejo en el que ha caído parte de sus sector respecto de los gobiernos que lideraron durante la transición.

El fin de semana pasado pareciera haber resurgido una especie de “orgullo” del electorado de lo que fue la Concertación. Tras el tono beligerante que desplegó la candidata del FA y el PC, finalmente Claudio Orrego se llevó el triunfo en la RM. ¿Cómo lo lee?

Fue un buen resultado para Unidad Constituyente y para el PS en particular, pero sobre todo fue una debacle para las fuerzas conservadoras. De 16 regiones, solo una será gobernada por la derecha. En todo caso, creo que la principal lección de lo que pasó el fin de semana pasado es que para promover cambios se debe construir mayorías amplias. La exclusión y el sectarismo terminan siendo opciones de minoría.

Parte del FA y el PC dice que ustedes ganaron gracias a la derecha…

Claudio Orrego no pidió los votos de la derecha. Pero en democracia son los ciudadanos los que deciden. Y si alguien quiere una elección se realice con un padrón parcial, bueno, para eso existen las primarias. Y fue el FA el que se negó a participar en primarias con nuestro sector.

En esa pugna quedaron expuestas dos visiones polarizadas de lo que fueron los últimos 30 años. ¿Cómo ve este complejo que hay en su sector por reivindicar a la ex Concertación?

Insisto, no hay que sobre interpretar. La pregunta es cuál debe ser el eje ordenador de la política chilena. El PC ha realizado su campaña centrándose en el pasado, pero desentendiéndose de su propia trayectoria de trabajo conjunto, hasta hace muy poco, con aquellos que ahora tildan de neoliberales. Nosotros, en cambio, creemos que el eje ordenador debe ser cómo se construye una amplia mayoría para impulsar los cambios profundos que demanda la sociedad chilena, pero con gobernabilidad. Cuando Daniel Jadue se refiere como neoliberales a todos quienes no lo apoyan, me da la impresión que está viendo el mundo en blanco y negro. Es similar a aquellos que tildaban de comunistas a todos los que nos oponíamos a la dictadura de Pinochet. Afortunadamente el mundo es multicolor y es lamentable que algunos no puedan distinguirlo.

Le insisto con el tema del complejo... algunos creen que precisamente eso ha sido lo que ha abierto espacio para que el discurso de sectores más radicales permee.

Creo que el pueblo es más sabio de lo que muchos creen, sabe de los avances, sabe también de los errores. Y sabe que para impulsar transformaciones profundas se requiere de grandes mayorías y políticas responsables.

Varios en su mundo han reconocido que el socialismo democrático ha perdido la brújula en términos identitarios y de proyecto político.

¿Alguien duda de que en Chile se requieren transformaciones sociales profundas? no. ¿Alguien pone en cuestión que esas transformaciones se deben hacer solo en democracia? Tampoco. Es cierto que los partidos socialistas y socialdemócratas en todo el mundo han enfrentado dificultades, muchas veces producto de su experiencia en el gobierno. Pero nuestro ideario sigue vigente.

¿El estallido social agudizó ese complejo para parte del mundo de la centroizquierda y, particularmente, entre los socialistas?

No tenemos que tener ningún complejo, al contrario. Desde su fundación el PS ha sido un actor protagónico de la historia de Chile que siempre ha actuado sobre la base de convicciones. Tenemos que estar orgullosos de lo avanzado en democracia, pero también debemos ser muy críticos con aquello que no se hizo y con los errores cometidos. Para mirar hacia el futuro, hay que hacer un balance justo del pasado. Llama la atención que los que más critican los 30 años tienen hoy como voceros a ilustres representantes de la Concertación.

¿A quién se refiere? ¿A Gonzalo Martner?

Es de público conocimiento que muchos de los que han insistido en que no deben seguir gobernando los mismos de siempre y que hoy han asumido roles importantes en las campañas del FA y el PC, jugaron roles relevantes en los gobiernos de la Concertación y, de hecho, de sus épocas más criticadas.

Lo llevaba al 18-O porque su partido tendió a inclinarse hacia la izquierda y hace poco llegaron a estar dispuestos a romper el eje histórico con la DC. ¿Fue un error?

Nuestra apuesta no es romper sino construir. No fue un error sino una clara opción por la unidad que no dio resultado porque otros se negaron. Respecto del estallido social le puedo decir que nosotros compartimos un diagnóstico común con muchas fuerzas políticas. La desigualdad, la naturalización del abuso de la instituciones y las grandes empresas, así como también la hiperinflación de expectativas -generada también por este propio gobierno- hicieron que el malestar social acumulado estallara. Pero el malestar no es una cosa nueva en Chile. Y hay a quienes se les olvida que la derecha, abusando de la Constitución del 80, de forma contumaz se opuso a los cambios.

¿Quedó demostrado que el camino del PS no es con la izquierda y es con el centro y sus aliados históricos?

El PS es un partido de izquierda, que cree en la igualdad, la libertad y la democracia. Y estamos convencidos que desde la izquierda se debe construir una amplia mayoría para cambiar Chile, lo que exige un entendimiento con todos, incluyendo el centro progresista. Por eso hemos defendido la tesis de la unidad sin exclusiones. Los cambios que perduran son aquellos que se realizan con mayorías sólidas y responsabilidad.

¿Pero qué los diferencia hoy día respecto del proyecto que propone Daniel Jadue o Gabriel Boric?

Representamos una opción de transformaciones profundas, pero con gobernabilidad, cambios que perduren en el tiempo. Por el contrario, la lógica del todo o nada, con sectarismo y sin vocación de mayoría puede terminar en nada, y ese costo finalmente lo paga el pueblo de Chile.

¿Marca ese hito un evento irreconciliable con el PC y el FA o se ve, por ejemplo, gobernando con ellos en un futuro próximo?

En política no hay eventos irreconciliables, pero sí hay principios y para nosotros la democracia, la diversidad, el pluralismo y la inclusión son valores fundamentales. El PC y el FA están construyendo un proyecto electoral que probablemente nos enfrentará en noviembre. Y espero que todos aprendan la lección: para promover cambios, como los que demanda la ciudadanía, se requiere construir mayorías.

Lo llevo ahora al plano presidencial. Al hablar con los socialistas pareciera haber un consenso en que la candidatura de Paula Narváez ya no despegó ¿Por qué no sincerar eso?

A medida que la candidatura de Paula Narváez exponga el proyecto que tiene para concursar, estoy seguro que aumentará su valoración en la ciudadanía. Ella representa una opción de cambio, pero con gobernabilidad.

¿Hay tiempo para revertirlo? En su propio partido algunos transmiten un respaldo a Yasna Provoste, la ven como una opción más competitiva para el sector.

Nuestra candidata es Paula Narváez y, por lo tanto, esperamos competir en una primaria ciudadana por una candidatura común.

¿Y qué opinión tiene usted sobre el liderazgo de la presidenta del Senado?

Por Yasna Provoste tengo el mayor de los respetos, creo que ha desempeñado una gran labor.

La DC ya ha manifestado sus dudas sobre la opción de una primaria convencional…¿Lo ve viable?

Nuestra opción es una primaria convencional y ciudadana y vamos a insistir en eso.

Usted decía que era contradictorio que la DC no quisiera competir si creían que realmente tenían mejores opciones de imponerse ¿A qué atribuye esa resistencia?

Habrá que preguntarle a la DC, pero en todo caso ellos no han tomado una decisión formal sobre este tema. Lo más importante es el compromiso que adquirimos con Carmen Frei (DC) y Heraldo Muñoz (PPD) para concursar por el apoyo ciudadano con una candidatura presidencial unitaria, una lista parlamentaria común y un programa conjunto.

¿Qué hará su partido si la DC no cede? ¿Hay margen para ir a una primera vuelta?

No hay margen para llegar con candidaturas por separado a primera vuelta, porque eso significaría dar la batalla por perdida. Nosotros vamos a insistir en las primarias convencionales.

¿Ve posible que el PS le pida a su candidata declinar su opción?

No.

¿Entonces cómo se resuelve? ¿Es ella la que tiene que dar un paso al costado, si el escenario se mantiene?

Yo no hago política de ficción, los socialistas esperamos que la candidatura unitaria se resuelva democráticamente.

Desde el comando de la candidata han acusado falta de apoyo de su directiva, sobre todo, en términos económicos. ¿Cuánto ha apoyado el PS ha su opción?

El PS ha apoyado y está apoyando a Paula Narváez. Tiene todo el respaldo político y también, siempre en el marco de la ley, todo el apoyo financiero necesario para despelgar su candidatura.