El intrincado engranaje político de las dos principales coaliciones argentinas corre contra el reloj a una semana del plazo final para definir a los precandidatos presidenciales que se quieran colgar la cinta tras las elecciones de octubre. Pero los coletazos de la conformación de alianzas electorales al interior de los dos conglomerados, el oficialista Unión por la Patria o ex Frente de Todos y el opositor Juntos por el Cambio (JxC), dejaron en claro que los próximos días serán de reuniones, planificación y mucho cálculo político en el país vecino.

“Hubo un importante aumento de las tensiones internas en todos los que competirán con posibilidades”, explicó a La Tercera Orlando D’Adamo, académico argentino y consultor en liderazgo y campañas electorales. “Las Primarias, Abiertas, Obligatorias, Simultáneas (PASO) de agosto son un gran organizador de las internas. En la semana veremos un incremento importante de las disputas, aunque por diferentes motivos”, agregó el experto.

El clima de tensión está presente en las dos coaliciones, con cruces tanto entre aspirantes a la presidencia como entre actores externos. Esto último es claramente visible en la vicepresidenta argentina, Cristina Kirchner, quien rompió el pacto de no agresión implícito que existía hasta antes del cierre de las alianzas, aseguró Clarín, para salir a criticar de manera indirecta el propio Presidente Alberto Fernández. “Cuando uno tiene responsabilidades de gobierno, la responsabilidad es gobernar y que haya la menor conflictividad”, dijo el jueves en alusión al mandatario.

La vicepresidenta de Argentina, Cristina Kirchner, en un mitin en la Plaza de Mayo de Buenos Aires con Massa, Wado de Pedro y Kicillof a sus espaldas en mayo. Foto: AP.

En una lucha cuasi declarada por ver quién vencerá en una eventual primaria de llegar a realizarse, considerando la aversión del kirchnerismo por esta instancia: si el señalado por algunos como el protegido del mandatario, Daniel Scioli, embajador en Brasil que se plantó frente a la vice al negarse a bajar su campaña presidencial y forzó, de momento, las PASO, o si lo hará el candidato K, aún no definido, pero que oscila entre el ministro de Economía, Sergio Massa, el de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

Si bien este último se ha resistido constantemente al llamado de ir por la presidencia ya que busca la reelección en la gobernación bonaerense, durante los últimos días su nombre ha crecido con fuerza, puesto que el hijo de la vicepresidenta y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, podría ir por Buenos Aires, detalló La Política Online.

El bloque fue renombrado como una señal de separación de la gestión del Presidente Fernández, y D’Adamo no descarta que “habrá numerosas acusaciones mutuas entre quienes participen de las PASO”. Para el experto electoral, es posible que se desarrolle la interna, donde Scioli “será derrotado”. También opina que De Pedro aún “no logra despegar como candidato y que no habría que descartar a Kicillof. Pero como allí decide Cristina Kirchner, siempre puede haber sorpresas”.

Un detalle no menor, recordó María Lourdes Puente, directora de la Escuela de Política y Gobierno de la U. Católica de Argentina, es que “está claro que la salida de competencia de los tres últimos presidentes (Alberto Fernández, Mauricio Macri y Cristina Kirchner) –entre ellos, los dos líderes de los extremos del arco político– habilitó la fragmentación en el interior de las coaliciones, alentando competencias entre los diversos sectores”.

Ante la oposición, cree la politóloga, también se abrió una grieta tras el cierre de las alianzas, lo que “estuvo precedido por la minicrisis de JxC ante la pretensión de Horacio Rodríguez Larreta de sumar al peronismo cordobés al frente electoral”, cuando este intentó incluir a Juan Schiaretti -miembro del Partido Judicialista del Presidente Fernández, es decir, un peronista no kirchnerista- a JxC, a lo que Bullrich y Macri se opusieron.

El expresidente Mauricio Macri junto al precandidato Horacio Rodríguez Larreta. Archivo.

“Hay diferentes lecturas respecto a por qué realizó esta maniobra tan cerca del cierre, pero lo cierto es que desnudó aún más la interna con Patricia Bullrich”, continuó. En la suma para la raya, cree Puente, el bloque opositor impulsó “una inscripción con desgaste general de la coalición y empate entre los dos contrincantes mayores”.

La que hace un año parecía una victoria fácil para Juntos por el Cambio, ahora es vista con mayor cautela. La coalición opositora, aseguró Orlando D’Adamo, está “enfrascada en una interna que seguramente será más feroz de lo que es hasta ahora, luchando por dos objetivos: uno, ser la alternativa ganadora que parecía invencible un año atrás, y es por ello que son tan duras, pues están dirimiendo al potencial presidente o presidenta. Y dos, no seguir perdiendo votos a manos de Javier Milei”, el candidato libertario que, según todos los sondeos, debería aparecer entre los tres primeros lugares en las elecciones generales de octubre.

Así, la semana que se avecina se asoma como crítica para los comicios de este año. “El cierre de frentes no cambió demasiado el escenario, y las verdaderas definiciones vendrán con el cierre de listas el 24 de junio. El perfilamiento de las precandidaturas condicionó el armado, y aunque se ordenaron todos, quedaron lastimados”, explicó María Lourdes Puente. Y agregó: “El único beneficiado es Milei, cuyo voto representa el enojo contra esa clase política a la que solo se la ve peleando”.

La politóloga dijo a este periódico que hay que poner especial atención en los próximos días a “quién queda de candidato del peronismo kirchnerista, si Wado de Pedro o Sergio Massa, además de los apoyos que logre Daniel Scioli y el volumen que tome su campaña. Esto último impacta en la vereda contraria, en las posibilidades de que Schiaretti sume algunos votos para negociar después con JxC en primera o segunda vuelta”, explicó.