Todas las mañanas, el senador y recién elegido vicepresidente PS, Alfonso de Urresti, dice que dedica algunos minutos a leer poesía o novelas antes de concentrarse en sus tareas políticas. A partir de ese instante, su agenda casi no tiene respiros. Cuando está en el Congreso, su tiempo lo consume entre conversaciones políticas y sesiones legislativas, donde se caracteriza por su estilo frontal.

Una muestra de ello fueron las críticas que el 14 de junio dirigió contra el ministro secretario general de la Presidencia, Giorgio Jackson, en medio de la discusión sobre el estado de excepción en el sur. De Urresti le reprochó particularmente al ministro haber tratado de frenar otra reforma alternativa que permitía a las FF.AA. intervenir en el resguardo de infraestructura crítica.

Fue reelegido por ocho años, pero su mandato se acorta hasta 2026 si se aprueba la nueva Constitución. Para muchos podría ser una razón para rechazar. ¿Está firme con el Apruebo?

De todas maneras. Es la voluntad personal y la decisión del Partido Socialista. Nos hemos jugado por este proceso de nueva Constitución, fuimos impulsores del “Acuerdo por la Paz y la nueva Constitución”. La vamos a respaldar absolutamente. Es una Constitución que da un paso enorme en materia de derechos sociales. Solo hago algunas observaciones, principalmente en lo que dice relación con la reelección inmediata de los presidentes de la República. No me gusta esa institución, pero será una discusión posterior.

¿Aprobar para reformar?

No, nosotros vamos a aprobar porque es un buen texto y pongo el ejemplo de algo que a mí no me parece desde el punto de vista de la alternancia en el poder.

Jorge Navarrete dijo que “muchos teníamos grandes expectativas del proceso”. A pesar de que anunció que votará Apruebo, revela una decepción. ¿Comparte ese diagnóstico?

Creo que pudo hacerse mejor. Hubo en algunos casos improvisación. Valoro lo que hizo el Colectivo Socialista de poner cordura, pero claramente hay algunas cosas que tenemos que ser claros en señalar que no son convenientes. Esta fallida invitación a los expresidentes de la República no enaltece una obra tan importante. La situación del convencional Rojas Vade fue un episodio bochornoso.

Aparte de la reelección presidencial, ¿qué otra cosa le gustaría arreglar de la nueva Constitución?

La reposición del recurso de protección. Es algo importante que ha servido mucho para la defensa de derechos. También hay un tema importante en las iniciativas exclusivas del Presidente. Son elementos que me han hecho presente profesores de Derecho.

¿Y el tema indígena, por ejemplo, la autonomía territorial?

Creo que es importante explicarlo de mejor manera. Echo de menos saber cuál es el modelo que se ha seguido y explicarlo es labor de los constituyentes que han impulsado esas iniciativas. Pero en contraste a eso, creo que hay elementos fundamentales: la protección medioambiental. Está la Defensoría del Medioambiente, creo que ahí hay un enorme avance.

La presidenta del PS, Paulina Vodanovic, dijo que “no soy partidaria ni de segundas ni de terceras vías”. El gobierno también ha sido crítico de esas alternativas. ¿Usted está en la misma postura?

Estoy en la misma postura de la presidenta Vodanovic.

A usted, sobre todo en la Comisión de Constitución, le va a tocar decidir si aprueban o no esta reforma que baja el quorum a 4/7 que propusieron los senadores Walker, Rincón y Araya. ¿Cómo votaría usted esa reforma?

Revisaré los antecedentes, pero creo que hay que ser muy respetuoso del proceso constituyente. Nos dimos esa tarea y tenemos que dejar que la Constitución se pueda implementar.

¿Eso no es inhibirse? Ud. también le criticó eso al gobierno.

No, de ninguna manera nos vamos a inhibir en el trabajo. El senador Walker podrá explicar su proyecto. Y espero que la derecha también entienda que avanzamos hacia un nuevo ciclo.

Ahora, en el PS, después de las elecciones internas, se barajó la posibilidad de que Ud. fuera un enlace con el Congreso, dado que la presidenta del PS y el secretario general no son parlamentarios. ¿Esa fórmula se desechó?

Yo creo que tanto la presidenta como el secretario general son quienes deben llevar las relaciones institucionales del partido y así se lo he hecho ver a Paulina y a Camilo (Escalona). La colaboración será siempre desde las bancadas.

Es común que el nuevo ministro secretario general de la Presidencia reciba un trato duro de los parlamentarios. A veces le ponen apodos y otros calificativos. Que usted le dijera pusilánime al ministro Jackson, ¿estuvo bien o es una palabra que retiraría?

La crítica la hago en el Parlamento. No la hago ni por Twitter ni por la prensa. Hago observaciones. Mi crítica es política, fue hacia una gestión, hacia la actitud del ministro, en algo tan importante como la legislación sobre infraestructura crítica. Tiene que saber recoger la crítica, entender la discusión en el Parlamento. Recibir críticas es parte del enriquecimiento de la discusión. Cuando se hace con convicción y cuando, a la luz de los antecedentes, la tramitación de esa legislación (sobre seguridad) no ha sido la más favorable, no hay que quedarse con los adjetivos o con las palabras, sino con el resultado. El PS manifestó una lealtad al apoyar esta legislación, visitamos a la ministra del Interior para darle nuestro respaldo irrestricto a esa legislación que estaba requiriendo el gobierno. Hay que acostumbrarse a la crítica. Los ministros están para sacar adelante la legislación y no para comentar intervenciones.

El gobierno se quejó a través de la ministra Vallejo del trato que recibió de parte de los socialistas. ¿Recogen ese reclamo o no corresponde?

No corresponde. Los parlamentarios expresan su postura a través de la votación. El Partido Socialista ha respaldado al gobierno. Sería mejor que algunos ministros revisaran cómo votaron sus coaliciones, sus partidos.

Poniéndome en otra perspectiva, son varios parlamentarios que hacen críticas. El senador Moreira (UDI), el senador Walker (DC), el diputado Ilabaca (PS) cuestionan al ministro Jackson por su ausencia. ¿Comparte esa crítica?

Absolutamente.

¿Qué le falta al ministro Jackson? ¿Más diálogo con las bancadas?

Le falta diálogo, le falta mayor oficio y yo le recomendaría que se queje menos y haga el trabajo para el cual el Presidente lo designó. Hay una tremenda agenda en seguridad, en materia de crisis sanitaria, en materia económica. Ahí el ministro debiera poner los acentos y la capacidad y entender que se trabaja con el Parlamento. No contra el Parlamento o generando situaciones que no suman ahora.

¿Usted cree que la relación con el ministro Jackson es mejorable? Le mencionaba lo del trato duro de los parlamentarios, pero también ha habido casos de Segpres que no han levantado la cabeza.

Deseo que al gobierno le vaya bien y al Presidente Boric -en quien confío, por quien voté y voy a respaldar permanentemente-, le vaya bien. Él tiene la atribución y las facultades para hacer los ajustes y ver efectivamente qué ministros están haciendo bien su trabajo y avanzan en las tareas de gobierno y quiénes no lo hacen, pero es una atribución del Presidente.

Uno de los temas que catapultó su carrera fue la defensa medioambiental en Valdivia. Ahora está impulsando el delito medioambiental, que cobró fuerza por el caso de la fundición Ventanas.

Soy autor de esa iniciativa, lo mismo del proyecto de ley de la Resolución de Calificación Ambiental Retroactiva. Valoro la decisión sobre Ventanas, pero tiene que ir acompañado de otras medidas.

¿Le llama la atención que muchos parlamentarios exigieran decisiones drásticas respecto de Ventanas? Tras el anuncio, el respaldo parlamentario no fue categórico.

El anuncio se pudo hacer mejor. No me gustaron las contradicciones de la ministra de Minería y de algunas autoridades que no podían contestar el planteamiento de los trabajadores. No se conversó. Seamos claros: exigencias a Codelco, las máximas, pero también las máximas exigencias a las 16 empresas privadas que están ahí. También se debe hacer ecologismo con las empresas privadas.b