Se trata del caso de un niño de 12 años de Indonesia, quien luego de llegar a pesar 215 kilos se mantuvo "postrado" producto de su peso. Tras un exhaustivo tratamiento logró dejar atrás esta etapa y hoy camina 5 kilómetros a diario, además de jugar bádminton con sus amigos. Arya, fanático del Liverpool, tiene como gran sueño ser futbolista, por lo que tiene en sus planes bajar otros 40 kilos más.

A los 9 años su obesidad no le permitía caminar y tuvo que dejar el colegio. Sus padres, preocupados por lo que estaba pasando, decidieron tomar medidas extremas con Arya: se le aplicó una dieta estricta limitada en azúcar y carbohidratos, además de los ejercicios diarios y una intervención de banda gástrica. Hoy, tras perder 115 kilos, comienza a retomar sus estudios y su vida junto a su familia y amigos.