Catalogado como un logro sin precedentes, el piloto Luke Czepiela de 39 años, logró aterrizar su avión en la plataforma a 212 metros de altura, en el piso 56 y sin señales que lo guiaran.

De nacionalidad polaca, el piloto realizó dos vueltas de sobrevuelo y logró aterrizar el avión en el tercer intento.

El mayor desafío, según Czepiela, “fue la ausencia de puntos de referencia externos, que suelen estar presentes en un aeropuerto con cientos de metros de pista”.