Al parecer vendría en camino otro intento de ciudad sustentable, esta vez se pretende construir una ciudad-estado llamada Neom entre las fronteras de Arabia Saudí, Jordania y Egipto, bajo la soberanía de Arabia Saudí, pero que opere de forma independiente con sus propias leyes para atraer a inversores de todo el mundo. Está dentro del plan económico 2030, cuyo objetivo es diversificar la actual economía saudí, centrada casi exclusivamente en las exportaciones de hidrocarburos. Contaría con un área total cercana a los 26.500 km² en la zona este del golfo de Áqaba y un presupuesto que ronda los 500.000 millones de dólares (Chile para los próximos años contempla cerca de 20 M).

Este megaproyecto urbanístico se basa en nueve sectores de investigación cuyo objetivo será el futuro de la civilización humana: la energía y el agua, el transporte, las biotecnologías, la alimentación, las ciencias técnicas y digitales, la industrialización avanzada, la información y la producción mediática, el entretenimiento y la vida.

En general se busca atraer a las principales empresas de los sectores de energía solar, salud, tecnologías de inteligencia artificial, transporte de alta velocidad y de construcción de infraestructuras portuarias; con esto se pretende estimular el crecimiento y la diversificación económica, habilitar los procesos de manufacturación y crear y promover la industria local a nivel global. Será una tierra para gente libre y sin estrés, una 'startup' del tamaño de un país; la nueva era del progreso humano, y tendría el crecimiento económico per cápita más alto del mundo.

Se podría decir que los sauditas planean construir Neom como una ciudad donde no existe el dinero; todo será automatizado, muy robotizado; la energía vendrá de paneles solares; no habrá calles sucias, ni delincuencia; ni atascos, ni autos con gasolina. Algo así como un paraíso terrenal en donde se vive feliz en una burbuja futurista. Más que una ciudad, el proyecto se trata de la construcción de la primera zona económica y sustentable independiente del mundo. El objetivo es transformar el reino desde un petro-Estado hacia una economía más abierta, que será capaz de crecer cuando los precios del crudo bajen, sumado al debate cada vez más fuerte del cambio climático, factores que podrían incidir en una menor demanda petrolera, en un mundo muy digital y en donde el 70% de la población será de menos de 30 años. Lo que se está haciendo es tratar de cambiar la imagen de un país profundamente conservador y petrolero hacia uno que está abriendo las puertas al capital privado extranjero y sustentable. Poco tiempo atrás, este tipo de reformas habrían sido impensables. Es por eso que expertos hablan de un cambio cultural y económico que puede requerir mucho tiempo antes de convertirse en realidad, pues la cultura local no está acostumbrada a emprender iniciativas individuales y tomar riesgos en el mundo privado. De alguna manera esta iniciativa, independiente del costo, estaría dando pautas de cómo será lo que viene.