Vivir donde crecimos y nos criamos para muchos es un sueño, no solo porque rememoramos nuestra infancia, sino que muchas veces tenemos una red de apoyo cerca: los abuelos y amigos. Mantenerse por generaciones en la misma comuna o barrio es algo que ha comenzado a pasar en zonas como Chicureo o San Miguel, el primero un barrio relativamente joven que hoy ve cómo las generaciones que nacieron ahí comienzan a construir sus vidas en este mismo lugar gracias a las comodidades que les brinda el barrio: grandes terrenos, actividades outdoor, vivir en una metrópolis lo suficientemente alejado para no sentirla y lo suficientemente conectado para no perderse. San Miguel, en cambio, es una comuna con más de 120 años y con una buena oferta de viviendas, una excelente opción para las familias que buscan mejorar su calidad de vida y no quieren cambiarse de comuna. Para Isabel Palma, gerente comercial de la inmobiliaria del grupo de empresas FG, San Miguel tiene una identidad muy fuerte y un porcentaje alto de quienes están optando a comprar en esa comuna son los hijos de sanmiguelinos que se casaron y hoy quieren su vivienda propia. Agrega que también están aquellos que se fueron a vivir a Santiago Centro cuando se independizaron de sus padres y vuelven a su barrio a formar familia motivados por la red de apoyo.

Según cifras de Portalinmobiliario.com, los cotizantes de viviendas en San Miguel lo encabezan personas de la comuna de Santiago con un 19,3%, seguido por los sanmiguelinos. "La proporción de cotizantes que provienen de la misma comuna es mayor, representando un 11%, solo superada por la comuna de Santiago. Esta migración desde Santiago a San Miguel podría entenderse por familias que buscan mayor espacio respecto a lo que podrían encontrar en Santiago al mismo valor", explica Nicolás Izquierdo, subgerente de Estudios de Portalinmobiliario.com.

Para Mario Escobar, asesor urbanista de la Municipalidad de San Miguel, esta comuna es una muy buena opción para vivir al ser paricentral –"estamos a 15 minutos de la capital del país"– y con muy buenas conexiones, no solo viales, sino que también de transporte público: actualmente cuenta con 6 estaciones de la línea 2 del metro –de sur a norte: Ciudad del Niño, Departamental, Lo Ovalle, San Miguel, El Llano y Franklin, al límite de la comuna– y con la recién estrenada línea 6 con las estaciones Biobío y Franklin. Otro de los beneficios de esta comuna es que tiene todos los servicios necesarios, desde universidades hasta conservador de bienes raíces.

Estas características han hecho que San Miguel se convierta en un barrio muy apreciado, a tal nivel que el 2016 comenzó a regir un nuevo plan regulador para ordenar el crecimiento de la comuna, en el cual se limitan la densidad y la altura de las nuevas construcciones, además de aumentar la cantidad de áreas verdes de la comuna. "San Miguel hasta el año pasado tenía 2,9 y cuando se hizo la modificación del plan regulador logramos incorporar una superficie importante de área verde, aun cuando es difícil por el hecho de que esta comuna es mediterránea. Se aumentó de 2,9 a 3,1 metros cuadrados por habitante, lo cual sigue siendo bajo", explica Escobar.

Actualmente en esta comuna el desarrollo inmobiliario es fuerte, pero aún la siguen formando en su mayoría casas, a excepción de la zona de El Llano, donde se concentran los edificios.

Comenzando una tradición

La comuna de Colina en 15 años ha duplicado su población, pasó de 80 mil a más de 130 mil habitantes según cifras del INE, una tendencia que se ve en el boom inmobiliario, siendo esta una de las comunas con mayor crecimiento a nivel nacional y su barrio de Chicureo es comparable al fenómeno de La Dehesa en los 80. Para Cristián Cominetti, gerente general de Piedra Roja, Chicureo ha experimentado un crecimiento sostenido producto de la demanda que existe por vivir en sectores de la capital que ofrecen nueva oferta residencial de primer nivel, acompañada de completa infraestructura comercial y de servicios, así como muy buena conectividad. Agrega que son lugares atractivos para quienes buscan una vivienda nueva por su excelente relación precio-calidad y gran plusvalía. Las Zonas de Desarrollo Urbano Condicionado (ZDUC) que allí existen conviven con loteos agrícolas, que se han desarrollado como condominios, pero sin aporte real al sector en cuanto a obras de vialidad, áreas verdes o equipamientos.

Según cifras de Portalinmobiliario.com, los principales cotizantes de viviendas de este sector son los habitantes de Las Condes y en quinto lugar están los de Colina, con un 3,6%. "En el caso de Colina, por tratarse de una comuna donde el desarrollo inmobiliario se ha ido dando de forma más reciente y con productos similares a los del sector oriente, las comunas de origen de los cotizantes de estos proyectos son principalmente de esta zona, siendo predominantemente usuarios de la comuna de Las Condes", explica Nicolás Izquierdo.

Uno de los barrios más consolidados de Chicureo es Piedra Roja, sector que actualmente está en una nueva etapa con oferta de departamentos de lujo y planificación de edificios. "A este proyecto (Piedra Roja) le queda mucho por crecer, porque a las 3.500 familias con niños pequeños y adolescentes que hoy viven en Piedra Roja se sumarán las distintas personas que aspiran a vivir allí: los abuelos, los que quieren dejar la vida en parcela o se han separado y no quieren dejar Chicureo, y en general todos aquellos que buscan vivir en barrios bien planificados y desarrollados. Será precisamente la diversidad de sus residentes la que estimulará el crecimiento económico del sector, ya que al tener personas de distintas edades y en distintas etapas de la vida se atraerán más y mejores servicios comerciales y centros educativos", cuenta Cristián Cominetti.