El evento no es uno cualquiera. Se trata nada más y nada menos que de la reunión del partido que domina la política nacional en China, donde se elige al líder de uno de los países más poderosos del mundo. El 20° congreso del Partido Comunista de China (PCCh) se alista para su celebración el próximo domingo, mientras las restricciones sanitarias de la política “Cero Covid” continúan activas, incluso torpedeando el viaje de los delegados de la colectividad que se dirigen hacia la capital, en Beijing.

El Presidente Xi Jinping, quien convirtió la estrategia sanitaria en su estandarte político, buscará un inédito tercer mandato en el 20° congreso del PCCh, transformándose en el líder más importante de la China comunista desde Mao Zedong.

“El congreso elevará el gran emblema del socialismo con características chinas, el marxismo-leninismo, el pensamiento de Mao Zedong, la teoría de Deng Xiaoping y el planeamiento científico para el desarrollo, además de implementar en profundidad el pensamiento de Xi Jinping sobre el socialismo con características chinas para una nueva era”, señala un reporte de la agencia oficial Xinhua.

En vísperas de la celebración del 20° congreso del PCCh, este domingo se inició el XIX Comité Central del Partido Comunista de China en Beijing. Según China Radio International, los miembros revisarán dos informes y un borrador de enmienda. El primero de los documentos es el informe sobre la labor del propio comité, y el segundo es el informe de trabajo de la Comisión Central de Control Disciplinario. La sesión revisará, además, un borrador de enmienda a los estatutos del partido.

De cara al nuevo congreso nacional del PCCH, que se lleva a cabo cada cinco años para establecer los objetivos de la política nacional del partido y elegir a su alta directiva, los números asociados a la pandemia suben, o al menos para los estándares del país.

Durante la semana pasada, las autoridades informaron 2.883 casos en más de 25 provincias. Solo el miércoles se contabilizaron 227 contagios. Considerando que la población de China bordea los 1.400 millones habitantes, el número es ínfimo, pero bajo la política impulsada por Xi Jinping, la cifra es suficiente para tomar la drástica decisión de cerrar masivamente las ciudades afectadas.

El hastío de la población

Con cierres repentinos de tiendas, lugares de trabajo y la obligatoriedad de encerrarse en los hogares, el “Cero Covid” ha destacado a nivel mundial por lo radical de su implementación, con algunos calificándolo incluso de una exageración. Si la política adoptada por la gran mayoría de los países del mundo es aprender a convivir con la enfermedad, pareciera que China se ha propuesto erradicarla por completo.

Así lo demuestra el aumento de pruebas que se realizan en la capital tras los días festivos asociados al Día Nacional de China, el 1 de octubre. El viernes pasado, junto al último día de las celebraciones, las autoridades locales instaron a regresar a la ciudad solo con un resultado negativo en las pruebas contra la enfermedad, mientras, en otras ciudades, se instauraban nuevos confinamientos masivos.

Registros viralizados días atrás, cuando el aeropuerto de Xishuangbanna, en la provincia de Yunnan, cerraba instantáneamente sus puertas, dejando a una multitud de ciudadanos molestos que gritaban frustradamente contra los funcionarios, demostraban la consecuencia de la medida. Los videos no solo eran ilustrativos debido a lo inusual de la respuesta ante agentes de seguridad, sino que también porque la provincia registraba la ínfima suma de 26 casos confirmados cuando se tomó la decisión.

Similar fue el caso ocurrido en Xinjiang, donde las autoridades redujeron al mínimo el transporte público, cancelando vuelos y la partida de trenes. Desde junio a la fecha, se han informado cerca de 5.800 casos en la zona, pero, según los reportes del miércoles y jueves de la semana anterior, se encontraron a través de test preventivos 93 y 97 casos, respectivamente, todos asintomáticos.

Dichas pruebas aleatorias de PCR son las que definen cada semana si podrán conservar las libertades de movilización o si, por el contrario, se producirá un cierre súbito de prácticamente todos los servicios.

“La ronda actual del brote de Covid-19 es la emergencia de salud pública de más rápida propagación, más extendida, más infecciosa y más difícil de controlar en la historia de Xinjiang”, dijo el vicepresidente de esa región china, Liu Sushe, según The Guardian.

Eso fue suficiente para que se prohibiera la salida de los 22 millones de residentes que habitan la región del noroeste chino. Los vuelos se redujeron al 75% de su capacidad, mientras que los servicios de trenes y transporte público interprovincial fueron suspendidos hasta nuevo aviso, detalló el diario británico.

Las muestras del hastío de la población china no son nuevas, pero se han dado con mayor regularidad durante los últimos meses. Fue en junio cuando un grupo de trabajadores se enfrentó a la policía, ya que estos últimos no los dejaban entrar a Beijing. Yanjiao, localidad vecina de la urbe, cuenta con precios mucho más bajos que la capital, pero un río los separa. Dicho cauce fluvial era custodiado férreamente por las autoridades, lo que forzó a los trabajadores a cruzar en balsas plásticas cuando el paso estaba cerrado, detalló BBC.

Al menos de forma oficial, la efectividad en cuanto a la cantidad de muertes lograda por China es muy superior si se compara con otros países. La veracidad de los números entregados siempre ha sido un tema polémico durante la pandemia, pero, siguiendo dichas cifras, China registra 5.226 muertes asociadas al Covid-19, muy lejano al millón de decesos de Estados Unidos, su rival geopolítico.

Sin embargo, la estrategia de “Cero Covid” no solo afecta a las personas en su día a día, para bien o para mal. También está hundiendo la economía local.

Repercusiones económicas

Antes de la pandemia, el crecimiento de China era superior al 6% anual. Sin embargo, el PIB chino creció solo un 0,4% interanual en el segundo trimestre de 2022, su nivel más bajo desde 2020, como consecuencia del confinamiento por el Covid-19 y las dificultades de su sector inmobiliario.

Otra variable económica importante guarda relación con el desempleo juvenil, donde las cifras alcanzaron el 18,7% en agosto, número levemente mejor que a principios de año, cuando llegaba al 20%, pero de igual forma una preocupación para las autoridades locales.

Y es que la perspectiva económica del país está directamente ligada a la política impulsada por Xi Jinping, aseguraron a Reuters economistas de la empresa de servicios financieros Morgan Stanley. “En todas las conversaciones que hemos mantenido sobre las perspectivas macroeconómicas de Asia, la pregunta número uno que se hacen los inversores es cuándo se reabrirá China y cuál sería la hoja de ruta”, aseguraron.

“Creemos que se producirá una reapertura, ya que el estricto enfoque de gestión del Covid ha provocado problemas de crecimiento de la renta significativamente más débil y un fuerte aumento del desempleo juvenil, resultados que están en desacuerdo con el objetivo político de la prosperidad común”, añadieron.

Ejemplo del duro momento financiero por el que pasa el gigante asiático lo entregaron las grandes marcas que operan en el país. Según la Cámara de Comercio de la Unión Europea (UE) en China, el 75% de las empresas que operan allí se han visto afectadas por la medida. La organización, que agrupa a más de 1.800 empresas, catalogó la medida como “inflexible” e “inconsistente”, informó Deutsche Welle.

“El ambiente empresarial en China seguirá siendo impredecible mientras persista la amenaza de confinamientos”, aseguraron desde la entidad europea, en línea con lo planteado por la firma Morgan Stanley.

Con miras a la reelección

Para analistas interiorizados en el panorama chino, la política del “Cero Covid” no guarda relación solamente con una perspectiva sanitaria. También tiene un componente político de cara al 20° congreso del PCCh, donde se espera que Xi Jinping, quien ocupa la presidencia de China desde 2013, sea reelegido para un tercer mandato.

El Presidente chino, Xi Jinping, a fines de septiembre, en una recepción por el Día Nacional de China, en Beijing. Foto: Reuters

“El legado de Xi y la legitimidad del PCCh están ligados al éxito de la campaña ‘Cero Covid’”, dijo a la agencia AFP la experta en política interna china en el grupo de expertos Brookings Institution, Diana Fu. Y esa también podría ser una razón para la intensificación de la medida durante las últimas semanas, considerando la proximidad al evento político.

Según el líder chino, el modelo que ha impulsado es el más “económico y efectivo” para enfrentar la crisis sanitaria, como ha defendido en numerosas ocasiones. La duda de muchos analistas y economistas es que si, tras la cumbre, existirá alguna clase de flexibilización en la restrictiva medida.

El PCCh, al mando de China desde 1949, conmemoró en 2021 el centenario de su fundación y se da por hecho que en su 20° congreso Xi Jinping cimentará su ya enorme poder, que algunos empiezan a comparar al que acumuló Mao Zedong.

La más que probable reelección del mandatario quedó apuntalada en noviembre pasado, cuando el PCCh aprobó una “resolución histórica”, en la que se acordó seguir dando mando en plaza a Xi Jinping en una proclamada “nueva era” de “modernización socialista” que deberá abordar los desafíos a los que se enfrenta el país. Esa resolución enfatizó el rol “central” del gobernante y avanzó “nuevas ideas y estrategias” que allanaron el camino para su ratificación en el 20° congreso.