Eran las 13.15 horas de este martes y por segunda vez en el día el general Hugo Lo Presti, jefe de la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN), salía a dar declaraciones públicas. Afuera, en las calles, desde primera hora, los 64 cantones de reclutamiento del país estaban abarrotados de jóvenes que presentaban sus documentos para eximirse del Servicio Militar.

Aunque el plazo para realizar el trámite vence a las 23 horas de este miércoles, fue este martes cuando buena parte de los 109 mil sorteados llegó con sus papeles, casi a un mes de que el gobierno decretara el estado de emergencia en 15 regiones y efectivos de las FF.AA. salieran a las calles a cumplir tareas de orden público.

En las largas filas, muchos comentaban sobre el rol que cumplieron los uniformados y especulaban el impacto que tendría sobre el número de voluntarios. Un dato es concreto: este año se convocó, por sorteo, al 95% de los nacidos en 2001; es decir, a 109.921 jóvenes. Nunca esa cifra había sido tan alta.

"Con la crisis, creo que mucha gente que iba a cursar el Servicio Militar decidió no hacerlo", dijo Felipe Carrasco (18), uno de los cientos de jóvenes que esperaban su turno en el cantón de La Reina.

En rigor, las cifras disponibles hasta el pasado 30 de septiembre dan cuenta de que hubo 8.926 voluntarios, solo 163 menos que el año anterior a la misma fecha (9.089).

"Hasta ahora estamos más o menos igual, aunque a medida que pase el tiempo pueden diferenciarse un poco más", señaló el general Lo Presti.

¿Cree que el rol durante el estado de emergencia impacte en el número final de voluntarios para 2020?

Puede tener un impacto, claro que sí, pero recién lo vamos a ver cuando llegue la lista de llamados en febrero y veamos cuánta gente se presente a las unidades.

Proyecciones

Los análisis marchan por dos carriles: demográfico y motivacional. Desde 2006 ha caído un 16% el número de jóvenes en edad para realizar el Servicio Militar, pero mayor ha sido la baja de aquellos que postulan de forma voluntaria. En 12 años, ese estrato pasó de casi 30 mil, en 2006, a cerca de 13 mil el año pasado. Y no todos quedan, pues deben cumplir una serie de requisitos.

Cuando los voluntarios finalmente seleccionados no alcanzan a completar las plazas requeridas, se llama a los "no voluntarios". Así ocurrió con cerca de 1.500 conscriptos en abril pasado, el primer año en que los voluntarios no bastaron. En total, 9.399 jóvenes se terminaron acuartelando, aunque después -solo en el Ejército- más de 1.500 tuvieron que salir tras no aprobar un examen sicológico.

Para evitar ello es que la DGMN instruyó que los exámenes se realizaran este año antes del acuartelamiento.

Desde la institución atribuyen el colapso a la dificultad que produjo el estallido social para que los jóvenes obtuvieran a tiempo la documentación necesaria que acreditara un eventual impedimento para realizar el servicio. Lo Presti señaló que los cantones tienen capacidad para atender a 50 personas por día y que este martes eran varios cientos en cada recinto. Por eso se amplió el plazo.

"El que no alcance o no tenga todos sus papeles, que no venga ahora y vuelva en marzo. Ahí podrán presentar los papeles para, cuando corresponda, quedar excluidos. Esa es la tranquilidad que les quiero dar a los jóvenes y a sus padres", señaló el oficial.

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